"Esta es la dinámica que emplea: ser extremadamente simpático inicialmente para engancharte, cuando ve que ha conseguido algo empiezan los desplantes y el gaslighting". Estas son las palabras con las que empezaba el primer mensaje sobre Íñigo Errejón, publicado en la cuenta de Instagram de Cristina Fallarás, y que provocó su dimisión.

Desde aquel mensaje la cuenta de la periodista no ha dejado de recibir testimonios de mujeres, algunos de los cuáles denunciaban de nuevo al propio Errejón. Estos testimonios permiten trazar un patrón que seguía el político madrileño con las mujeres.

"Empieza la fase Telegram, donde te habla en cualquier momento, hasta que se cansa de ti". Prácticamente la totalidad de las versiones que podemos leer en la cuenta de Fallarás concuerdan en que Íñigo Errejón siempre contactaba con ellas a través de esta aplicación. Al contrario que WhatsApp u otras redes sociales, los ajustes de privacidad de Telegram permitían que los mensajes se eliminaran en cuestión de minutos después de leerlos. 

Errejón utilizaba Telegram para hablar con las mujeres -si no lo tenían, les hacía descargárselo-, pedirles que fueran a su casa o que le enviaran "fotos sexuales". Al cabo de un tiempo, se cansaba y empezaba el gaslighting; o, si eran ellas las que querían cortar la relación, las bloqueaba. 

A la hora de mantener relaciones sexuales, los testimonios subrayan la "falta de empatía y humanidad" que mostraba Errejón. Una de las mujeres, que relata haber tenido relaciones de manera virtual, asegura que se sentía "un objeto" y que Errejón "ejercía poder" sin importarle cómo estaba ella. Otro testimonio resalta cómo el político "te hace suya mediante mil maneras de castigo" y "si no respondes lo que él quiere, se asegura de que lo hagas hasta que por cansancio respondas".

Una de las mujeres relata la forma en que Errejón cerró el pestillo de la habitación en la que estaban y empezó a tocarla y consumir drogas sobre ella. Otra, que "era muy insistente en tener sexo sin condón y realizar prácticas sexuales humillantes".

"Cuando iba a su casa tenía que seguir un protocolo muy estricto para que nadie se enterase de que había ido y me echaba justo después de tener relaciones sexuales". Estas formas de actuar ya estaban presentes en el primer testimonio conocido, donde la denunciante aseguraba que Errejón la echaba de su casa "a las dos horas".  En otros testimonios, el exdiputado mantenía relaciones con las mujeres para inmediatamente después echarlas del hotel donde se alojaba.