La Audiencia Provincial de Zamora ha condenado a 40 años de prisión a un empresario de Zamora por cinco delitos de abusos sexuales continuados y otro de abuso sexual. Las víctimas fueron sus dos hijas y cuatro amigas de estas entre 2017 y 2022, cuando eran menores, según la sentencia difundida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).

El condenado aprovechaba las fiestas de pijamas que organizaban sus hijas en su casa y que algunas de sus amigas les acompañaban en las vacaciones de verano para cometer los abusos cuando las víctimas tenían entre 11 y 14 años, según el fallo judicial que ha adelantado este miércoles el TSJCyL, y contra el que cabe recurso.

Las víctimas ocultaron los abusos durante años por miedo a las represalias, hasta que una de ellas se lo confesó a su madre y después, lo denunciaron todas.

El juicio se celebró a principios de mes durante cuatro jornadas en la Audiencia de Zamora. Para entonces, cinco de las víctimas eran ya mayores de edad, excepto una de ellas, de 17 años. La menor confesó que, con 12 años, el acusado manoseó sus partes íntimas y se lo contó a una de las hijas del empresario, quien rogó que no la dejara a solas con su padre.

Uno de los episodios relatados por otra víctima ocurrió en un viaje, cuando el condenado violó a la menor, además de cometer más agresiones sexuales hacia ella entre 2018 y 2022.

La sentencia de la Audiencia de Zamora –sobre la que cabe la posibilidad de presentar recurso en un plazo de diez días a partir de la notificación del fallo judicial– recoge las condenas por seis "delitos de abuso sexual continuado".

El acusado cometió dos de los seis delitos contra sus hijas, por los que se le condena a diez años de cárcel por cada una. Por otros tres delitos se le condena a cinco años y, por el último, cuatro años de prisión.

Además, el condenado –que está en prisión provisional desde su detención por alto riesgo de fuga– deberá hacer frente a indemnizaciones de 140.000 euros: 30.000 euros a cada una de sus hijas por daños morales y 20.000 a las otras cuatro jóvenes por lo mismo.

Del mismo modo, se le imponen medidas de alejamiento a 500 metros y prohibición de comunicación con las víctimas durante 15 años, libertad vigilada diez años e inhabilitación especial para actividades que conlleven contacto regular y directo con menores de edad durante 16 años.