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Venta de Armas La UE se pone de perfil con Arabia Saudí, a pesar de la presión del Europarlamento

La Eurocámara ha pedido a los Estados miembros que frenen el comercio de armas con Arabia Saudí tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, pero la UE no encuentra la unanimidad necesaria en los Estados miembros.

Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. / REUTERS

BEATRIZ RIOS

La Unión Europea no encuentra el consenso que necesita para imponer sanciones y frenar el comercio de armas con Arabia Saudí, a pesar de que viola su propia legislación, del brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi y de las continuas vulneraciones del derecho internacional en la intervención saudita en Yemen. El Parlamento Europeo ha aprobado una nueva resolución a fin de presionar a los 28 para que adopten una embargo comunitaria.

La UE está violando su propia regulación en materia de exportación de armas. La conocida como 'Posición común' fue establecida en 2008 y sucedía al Código de Conducta sobre exportaciones de armas, que estaba en vigor desde 1998. La Posición establece ocho criterios a tener en cuenta cuando se estudia la posible exportación de armas a un país tercero. Entre otras cosas, este marco establece que el país receptor debe respetar los compromisos internacionales y los derechos humanos. Dos criterios que el asesinato de Khashoggi y la intervención saudita en Yemen ponen claramente en cuestión. La Eurocámara se lo ha recordado a los Estados miembros. Por quinta vez.

En una resolución aprobada por una amplísima mayoría, el Parlamento Europeo ha pedido a los 28 que acuerden un embargo comunitario de armas que puedan ser utilizadas "para la represión en Arabia Saudí". En la votación expresa del embargo, los eurodiputados del Partido Popular, Ciudadanos y el PSOE, que sí han apoyado la condena del asesinato, se han abstenido.

La Eurocámara condena el asesinato de Jamal Khashoggi y pide una investigación independiente

Los socialistas han reconocido en un comunicado que su abstención es una muestra de "coherencia con la posición manifestada por el presidente del Gobierno de España, que ha señalado que nuestro país actúa, en materia de comercio exterior de material de defensa y de doble uso, bajo un completo marco legal y de buenas prácticas conforme los más exigentes estándares internacionales". La gravedad de los hechos, señala el texto, "no debe impedir una actuación responsable que concilie los intereses de los sectores industriales estratégicos que ya operan en Arabia Saudí y otros países".

En su resolución, la Eurocámara condena el asesinato de Jamal Khashoggi y pide una investigación independiente que permita esclarecer las circunstancias de su muerte. Además solicita que la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, Federica Mogherini, plantee imponer sanciones específicas contra miembros del régimen cuando se esclarezcan los hechos y pueda identificarse a los responsables. Además, pide que se cuestione la pertenencia del país con Consejo de Derechos Humanos de la ONU, durante la reunión del organismo el próximo día 5 de noviembre.

En un comunicado, Federica Mogherini transmitió sus condolencias a la familia del periodista, aseguró que "las circunstancias de la muerte de Jamal Khashoggi son profundamente preocupantes" y pidió "una investigación continua, exhaustiva, creíble y transparente, que brinde la debida claridad sobre las circunstancias del asesinato y garantice la plena rendición de cuentas de todos los responsables."

Falta de unidad entre los 28

La política exterior de la Unión Europea es prisionera de sus propios Estados miembros. Cada decisión en relaciones internacionales requiere consenso. O sea, el apoyo de cada una de las 28 capitales. El equilibrio entre la defensa de los intereses europeos y los nacionales no es fácil. La reacción ante el asesinato de Khashoggi es solo una muestra.

Los Estados miembros son libres de hacer lo que crean conveniente con el comercio de armas con Arabia Saudi, la Comisión poco puede hacer sin el apoyo de las capitales y también de los Estados miembros dependen las posibles sanciones al reino saudí y, de momento, no hay consenso. Los ministros de Exteriores no se reúnen hasta el próximo 19 de noviembre y no está previsto ningún encuentro de emergencia, como sí ha ocurrido en otras ocasiones, por ejemplo, ante el deterioro de la situación en Venezuela o para dar respuesta a la crisis migratoria.

Aunque en teoría el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, incluyó este punto en la reunión de los jefes de Estado y de gobierno de la pasada semana en Bruselas, la reacción de los 28 apenas se limitó a la condena expresada de Tusk al término de la cumbre. "Ha sido un crimen tan horrible que incluso el más mínimo rastro de hipocresía nos avergonzaría. No me corresponde a mí declarar quién quiere proteger los intereses de quien aquí; pero sé una cosa: el único interés europeo es revelar todos los detalles de este caso, independientemente de quién esté detrás de él", aseguró Tusk.

El polaco lanzaba así el guante a los Estados miembros, que han permanecido impávidos durante toda la guerra en Yemen y apenas han reaccionado a la última atrocidad de Riad. El Consejo Europeo, eso sí, acordó celebrar una cumbre con los países de la Liga de los Estados Árabes, de la que forma parte Arabia Saudi, el próximo mes de febrero.

Francia, Reino Unido y Alemania emitieron un comunicado conjunto en el que cuestionaban la versión del reino de que el periodista falleció accidentalmente durante una pelea con los guardias del consulado. "Sigue habiendo una necesidad urgente de aclarar exactamente qué sucedió, más allá de las hipótesis que se han planteado hasta ahora en la investigación saudí, que deben estar respaldadas por hechos para ser consideradas creíbles", insistían París, Londres y Berlín. "Nada puede justificar este asesinato y lo condenamos en los términos más fuertes posibles", insistía.

Reino Unido, Francia y Alemania fueron en 2016 los principales exportadores de armas a Arabia Saudi. De momento, solo Alemania ha movido ficha para iniciar acciones concretas contra el régimen en respuesta al asesinato de Jamal Khashoggi.

Bruselas insiste en esperar a que concluya la investigación para tomar medidas

"Estoy de acuerdo con todos los que dicen que las exportaciones de armas, que ya son limitadas, no pueden ocurrir dadas las circunstancias en las que estamos ahora", aseguró hace unos días ante la prensa la Canciller Angela Merkel. El presidente de la Comisión para Asuntos Exteriores del Bundestag, el también conservador Norbert Röttgen, ha pedido a Merkel que vaya un paso más allá e inicie acciones diplomáticas tanto en la UE como en la OTAN para asegurarse de que Arabia Saudi sufre las consecuencias.

Sin embargo, parece que Alemania predicará en el desierto. Bruselas insiste en esperar a que concluya la investigación para tomar medidas pero, con la excepción de Berlín, ninguna capital ha manifestado su interés en orquestar una respuesta europea contundente. Tampoco sorprende demasiado.

La mediatización del caso Khashoggi ha infundido cierta sensación de urgencia pero lo cierto es que la UE ha permanecido impasible ante la acción militar del régimen en Yemen. Un informe del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ya alertó el pasado agosto de que la coalición liderada por Riad habría cometido crímenes de guerra en el país. Aun si el embargo llegara, desde luego, lo hace tarde. Como casi siempre.

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