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La UE entierra su esencia pacifista y prepara un envío de 20.000 millones de armas para Ucrania

La llegada de la invasión rusa a Ucrania supuso un giro copernicano en la Unión Europea: por primera vez, financió el envío de material bélico a un país en guerra bajo el bautizado, paradójicamente, como Fondo Europeo para la Paz.

Varias personas pasan frente a un edificio destruido en un ataque ruso con drones en Izmail, en la región ucraniana de Odesa, a 2 de agosto de 2023
Varias personas pasan frente a un edificio destruido en un ataque ruso con drones en Izmail, en la región ucraniana de Odesa, a 2 de agosto de 2023. Nina Liashenko / Reuters

"Tenemos que garantizar que Ucrania sea capaz de defenderse. Así que el Fondo Europeo para la Paz quizá tenga que transformarse en un Fondo para la Defensa de Ucrania", aseguraba recientemente Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.

El regreso de la guerra a los confines del Viejo Continente ha derribado muchos tabúes. Y uno de ellos es que el bloque comunitario, un proyecto de paz nacido de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, está mutando hacia un horizonte más militarista.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, que entra ya en su 18º mes, la Unión Europea y sus Estados miembros han destinado más de 70.000 millones de euros a la ayuda financiera, humanitaria y militar de Kiev.

Antes del estallido de la contienda, el bloque comunitario era el mayor donante de asistencia humanitaria del mundo. Pero el 24 de febrero de 2022, los países europeos emprendieron un nuevo caminando dejando de lado ese soft power.

"Un tabú ha caído estos días. El tabú de que la UE no pueda utilizar sus propios recursos para proporcionar armas a un país que está siendo agredido por otro", afirmaba Josep Borrell tres días después de la invasión rusa. "Es un momento decisivo para la política de defensa europea", coincidía Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

La guerra acababa de aterrizar en el territorio europeo y una de las respuestas iniciales de Bruselas fue desbloquear los primeros 500 millones de euros del bautizado como Fondo Europeo para la Paz, que canaliza el envío de armas, para financiar y coordinar el armamento destinado al frente de Kiev.

Nunca antes la Unión Europea había financiado el envío de material bélico a un país en guerra. De hecho, los tratados no lo permiten. El artículo 41.2 prohíbe expresamente que una guerra se pague con dinero comunitario.

La fórmula que los europeos se han sacado de la manga para sortear este resquicio legal es crear un instrumento al margen del presupuesto convencional. Y, por lo tanto, que no cuenta con el escrutinio del Parlamento Europeo.

El Fondo Europeo para la Paz es una herramienta ad hoc que se nutre de las aportaciones de los Estados miembros. Se estableció en 2021 con el objetivo de prevenir conflictos, mantener la paz y reforzar la seguridad y la estabilidad internacionales.

Nació con una cuantía de 5.600 millones de euros, pero la guerra en Ucrania lo dejó seco en poco más de un año. En los últimos meses se ha extendido en numerosas ocasiones hasta los 12.000 millones actuales.

El artículo 41.2 prohíbe expresamente que una guerra se pague con dinero comunitario

"Para ganar la paz, hay que ganar la guerra", asevera con asiduidad el jefe de la diplomacia europea, que siempre ha defendido que, si Occidente deja de ayudar a Ucrania, la guerra terminaría con Rusia robando a la fuerza territorio de otro país, sentando un precedente y un ejemplo para muchos otros líderes autoritarios. Además, supondría una amenaza latente para todo el continente.

Sin embargo, todo ello ha abierto el debate sobre cuánto del ADN históricamente inscrito en las entrañas del proyecto europeo prevalecerá tras esta guerra, que es ya uno de los acontecimientos geopolíticos más importantes de las últimas décadas.

"Europa es un proyecto de paz, sobre eso no existe la menor duda. Todo lo que hacemos en Ucrania es con el objetivo de que la paz regrese a Europa. Si queremos respetar el derecho internacional y abolir las guerras, tenemos que apoyar la legítima defensa de Ucrania. En esa línea se enmarcan todas las decisiones que acata la UE", defienden altas fuentes diplomáticas.

20.000 millones, a debate

El mantra que se ha instaurado en la capital comunitaria es el del apoyo a Ucrania whatever it takes (cueste lo que cueste). A lo largo de la contienda, los aliados de Kiev han implementado una estrategia de testeo a Rusia y de suministro gradual a Ucrania. Ambas arterias están conectadas.

Al comienzo, los europeos no sabían cuáles serían las represalias de Moscú, cómo de fuertes y resilientes serían las Fuerzas Armadas ucranianas ni cuán larga sería la batalla.

Un año y medio después, en los cuarteles generales de la OTAN y en el Berlaymont celebran que Putin no ha ido más allá atacando territorio aliado ni usando armas nucleares; aplauden que el Ejército ucraniano ha plantado más resistencia de la que esperaban; y son conscientes de que la guerra no terminará pronto.

Todo ello se ha traducido en un envío de armas sin precedentes, que ha ido escalando en el fondo y en las formas. Lo que comenzó con los cascos de protección enviados por Alemania, se encuentra ya en cazas soviéticos enviados por Polonia.

La Unión Europea debate por primera vez aportar garantías de seguridad a Ucrania

La UE y Estados Unidos han donado a Kiev de forma progresiva munición, misiles de largo alcance, sistemas de defensa anti-aérea o tanques de combate. Pero, superadas estas necesidades inmediatas, el objetivo es ya el largo plazo.

La Unión Europea debate por primera vez aportar garantías de seguridad a Ucrania. En el último Consejo de Asuntos Exteriores, Borrell puso sobre la mesa de los ministros una propuesta para destinar 20.000 millones de euros al Ejército ucraniano en los próximos cuatro años.

La propuesta se encuentra en fase de preliminar. Y será uno de los platos estrellas del próximo encuentro de los 27 ministros de Exteriores, que tendrá lugar a finales de agosto en la ciudad española de Toledo.

Todavía falta por atar muchos cabos. Cuál será la financiación, cómo sortear el veto de Hungría o discernir a través de qué instrumento se canalizará. El escenario base es que se trate de un brazo del Fondo Europeo para la Paz, aunque Borrell llamó a establecer un Fondo de Defensa para Ucrania.

"Eso no convierte a la UE en belicista, la convierte en una institución que no se queda de brazos cruzadas mientras un país es invadido", justifican fuentes diplomáticas.

Todo ello se enmarca dentro de una disyuntiva internacional que no permitirá la entrada de Ucrania ni en la Unión Europea ni en la OTAN por la vía rápida.

"La UE no es belicista, sino una institución que no se queda de brazos cruzadas mientras un país es invadido"

El G7, apoyado por otros siete países europeos incluidos España, ratificó en la última cumbre de la Alianza en Vilna su compromiso a aportar garantías de seguridad a Ucrania. Sin mucha concreción, el objetivo es asegurar un apoyo militar en el corto, medio y largo plazo.

En la OTAN defienden que este es el camino para modernizar las Fuerzas Armadas ucranianas y acercarla a los estándares del resto de aliados, pero para los de Zelenski no es suficiente.

El presidente ucraniano ha dejado constancia en reiteradas ocasiones que espera una invitación oficial de entrada tanto a la Alianza como a la UE, un escenario que en cualquier caso no se materializará mientras las bombas continúen cayendo.

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