La tumba de Masha Amini en Irán ha aparecido destrozada y con el cristal roto. La joven murió en septiembre bajo custodia policial, tras ser detenida por llevar mal puesto el velo islámico, un suceso que provocó el comienzo de las fuertes protestas que todavía se extienden por algunas ciudades del país. Varias personas, todavía sin identificar, están detrás del acto vandálico. 

El hermano de la víctima compartió una fotografía del sepulcro a través de su perfil de Instagram, pero la publicación desaparecía pocas horas después. "El cristal de su tumba también molesta. Si lo vuelven a romper mil veces, lo vamos a volver a arreglar", ha escrito Ashkan, que asegura que no es la primera vez que alguien arremete contra el nicho de la joven.

En la imagen se puede apreciar cómo el cristal que cubre el retrato de Masha Amini reposa sobre la sepultura hecho pedazos. La familia ha acusado a las fuerzas de seguridad de destrozar la tumba, que se encuentra en el cementerio de Aichi, en la ciudad de Saqez, en el Kurdistán iraní.

La muerte de Amini, que fue arrestada por las autoridades iranís por no llevar bien puesto el velo islámico, provocó las mayores protestas contra la República Islámica y el sistema teocrático del país en décadas. El régimen de Ebrahim Raisi ha respondido con una fuerte represión estatal que ha causado cerca de 500 muertes y miles de detenciones desde el pasado septiembre.

Además, en lo que va de año se han practicado más de 200 ejecuciones, siete de ellas relacionadas con las protestas. El pasado viernes, las autoridades iranís ahorcaban a tres manifestantes condenados a muerte por participar en las protestas. La opresión del régimen ha silenciado la mayoría de las concentraciones y sólo unas pocas mujeres siguen rechazando el uso del velo islámico a modo de reivindicación.