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La torpeza de España con Argelia alza a Italia como centro europeo del gas en medio de la crisis energética

Italia, Alemania y Francia mueven ficha para afianzar sus lazos con el país del norte de África, uno de los principales productores de gas del globo.

Un empleado trabaja en el segmento tunecino del gasoducto transmediterráneo (Transmed), a través del cual fluye gas natural desde Argelia a Italia, en El-Haouaria (Túnez). AFP/Fethi Belaid
Un empleado trabaja en el segmento tunecino del gasoducto transmediterráneo (Transmed), a través del cual fluye gas natural desde Argelia a Italia, en El-Haouaria (Túnez). Fethi Belaid / AFP

Son muchas las incógnitas que rodean el enredo de España con Argelia. Y una de ellas es si el Gobierno de Pedro Sánchez midió mal las consecuencias de cambiar la postura histórica sobre el Sáhara Occidental. Una de las prioridades del Ejecutivo español para capear el temporal ha sido intentar europeizar el conflicto. La Comisión Europea ha cerrado filas con España, pero las principales potencias europeas se han desmarcado y han emprendido ofensivas diplomáticas con el país magrebí para reafirmar sus lazos en un contexto global marcado por las tensiones geopolíticas, económicas y energéticas.

Fuera de nuestras fronteras, uno de los grandes beneficiarios de esta crisis diplomática está siendo Estados Unidos, que ha desbancado a Argelia como principal proveedor de gas natural a España. Mientras las exportaciones desde el país magrebí a la Península Ibérica se han desplomado un 38% en lo que va de año –en cifras que recoge la Agencia Efe- el suministro del otro lado del Atlántico se ha multiplicado. Todo ello a pesar de que el gas norteamericano no solo es más caro, sino que conlleva un peaje medioambiental, ya que llega a través de barcos, un trayecto más contaminante (el 90% del que envía Argelia lo hace a través de gaseoductos). Sin embargo, en el triángulo Rabat-Argel-Madrid, el Gobierno español parece haber priorizado las relaciones con Estados Unidos y con Marruecos.

El precio a pagar supone una perdida de influencia de España como el puente y enlace de confianza dentro de la UE en el Magreb

Un mes y medio antes de abandonar la Casa Blanca, el ex presidente Donald Trump puso patas arriba el consenso internacional de décadas declarando la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio de la normalización de relaciones con Israel. Una decisión que la Administración Biden nunca revertió y que dejó al país de Mohamed VI en una situación privilegiada cuyo cenit fue el capote del Gobierno español considerando la propuesta marroquí de autonomía de la ex colonia española como la vía más realista.

El precio a pagar no es baladí. España pierde influencia como el puente y enlace de confianza dentro de la UE en su vecindad sur. Toma parte en un conflicto en el que ni siquiera Francia, el gran aliado de Marruecos en el bloque comunitario, ha ido tan lejos. Además, la tensión comercial puede poner en riesgo miles de puestos de trabajo españoles y el país deja pasar una oportunidad para convertirse en un hub europeo en materia energética en un momento en el que la UE busca a la desesperada mercados alternativos para desengancharse del carbón, el petróleo y el gas ruso.

Los europeos han decretado un embargo al carbón y petróleo ruso, pero diversas fuentes reconocen que tras la agria experiencia para aprobar el último paquete –retenido durante un mes por el veto de Hungría- no hay apetito para mover una séptima batería de medidas punitivas que incluya el gas.

Italia, socio preferente

El contexto actual posiciona a Italia como el gran triunfante de la crisis desatada por Madrid en el seno de la Unión Europea. Mientras Argel se ha referido a Madrid como un aliado "egoísta" y al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, como un "pirómano", ha confirmado su giro hacia una Italia "amiga", "constante" y de "sentido común". En un contexto de volatilidad de los mercados energéticos y de búsqueda desesperada de alternativas al gas ruso, el país transalpino ha virado con destreza y rapidez hacia Argelia. El primer ministro italiano Mario Draghi selló recientemente un acuerdo para aumentar un 40% las importaciones de gas desde el país magrebí, desbancando a España como principal receptor de la UE.

Argelia es uno de los mayores productores de gas del mundo y es el tercer proveedor de gas natural de la UE

Argelia es uno de los mayores productores de gas del mundo y es el tercer proveedor de gas natural de la UE –solo por detrás de Rusia y Noruega-. El momento actual -marcado por el aumento de los precios de la energía, la escasez de los hidorcarburos ante la alta demanda global y la carrera para desprenderse del gas ruso- lo posiciona como uno de los socios clave para la UE, junto a otros como Estados Unidos, Catar o Azerbayán.

Pero no será España quien canalice esta oportunidad. Las tensiones entre Argelia y Marruecos de octubre del año pasado concluyeron con el cierre del Gaseoducto Magreb Europa (GME), que pasa parcialmente por Marruecos, poniendo fin a una de los dos tubos por los que llegaba el gas argelino a España. A día de hoy, solo el Megdaz está operativo.

En contrapartida, Roma y Argel firmaron en abril un tratado que daba cuenta del buen estado de forma que atraviesan sus relaciones. Mediante el mismo, la empresa estatal Sonatrach y la gigante ENI aumentarían las exportaciones a Italia con la ambición, declarada públicamente por el lado argelino, de proyectar a Italia como su cliente prioritario. Un acuerdo que habría desatado nervios en la delegación española.

La confianza de Argelia en Italia lo alza como su opción favorita para canalizar el gas que llega a sus socios europeos a través del gaseoducto Transmed Enrico Mattei, que tiene el triple de capacidad de que el Megdaz. En cualquier caso, habría que invertir mucho dinero en infraestructuras y la oferta no podría suplir el total del gas procedente de Rusia. Pero se están dando los primeros pasos y Argel ya ha dejado patente quién es su socio preferente en este camino energético.

Las potencias europeas abrazan a Argelia

Poco después de que Albares realizase un viaje fugaz a la capital comunitaria para recabar el respaldo de la UE en la crisis con Argelia, las delegaciones de Italia, Francia y Alemania engrasaron su maquinaria diplomática para exhibir su cooperación con el país africano. La viceministra alemana de Exteriores, Katja Keul, ha viajado esta semana hasta Argel para reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores argelino, Rantan Lamamra. La cita concluyó confirmando el fortalecimiento de sus relaciones comerciales y de la cooperación bilateral en diferentes ámbitos.

Incluso Francia, el escudo de Marruecos en Bruselas, ha levantado los teléfonos para apaciguar las aguas y pedir diálogo

Así, mientras la relación Madrid-Argel se resquebraja, el espejo devuelve una imagen totalmente diferente entre los motores europeos, que seducen a un país clave en el suministro energético, pero también en estabilidad regional, en un momento de tensiones globales y de inflación imparable. "Argelia es un actor importante en la resolución de los conflictos regionales en el norte y oeste de África. Por lo tanto, resulta importante intensificar el diálogo político con los funcionarios argelinos", señalaba el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano hace unos días en el marco de los preparativos de la cumbre intergubernamental que ambos celebrarán en julio y que tiene por objetivo estrechar los lazos políticos y económicos.

Incluso Francia, el escudo de Marruecos en Bruselas, ha levantado los teléfonos para apaciguar las aguas y pedir diálogo. Todo ello en detrimento de la estrategia española de europeizar la crisis, ya que los principales potencias europeas si bien apoyan a su socio comunitario difícilmente pondrán en riesgo sus intereses nacionales en lo que perciben como una crisis bilateral.

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