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¿Qué son los 'swing states'? Estos son los siete estados decisivos en las elecciones de EEUU

Donald Trump y Kamala Harris pelean por los votos de los 'swing-states', que podrían inclinar la balanza de los comicios.

Kamala Harris y Donald Trump
La candidata demócrata, Kamala Harris (izquierda) y el candidato republicano (Donald Trump) en imágenes de archivo. Erik S. Lesser; Allison Dinner / EFE

El 5 de noviembre, 244 millones de estadounidenses efectuarán su derecho al voto y elegirán cuál de los dos candidatos a presidenta o presidente de Estados Unidos se queda con la Casa Blanca. En la gran mayoría de los estados, el voto ya está decidido. Sin embargo, hay siete swing-states (estados bisagra) que serán los realmente decisivos en el resultado de estas elecciones.

Debido a lo ajustado de los sondeos que actualiza periódicamente The New York Times , la clave de la victoria se halla en estos siete estados indecisos. Por ello, tanto Kamala Harris como Donald Trump han dedicado la mayor parte de sus esfuerzos en estas regiones. Se calcula que los partidos han empleado el 76% de sus recursos para tan solo un 18% de la población del país.

Estos siete estados son Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin. En total, reparten 93 delegados electorales. Y dado que los sondeos otorgan a Harris 222 delegados (159 seguros y 63 probables), mientras que Trump cuenta con 219 (103 garantizados, 116 probables), estos delegados serán determinantes en el desenlace

El sistema electoral de Estados Unidos no concede la victoria a quien tiene más apoyo popular, sino a quien obtiene 270 votos del Colegio Electoral. Este sistema, conocido como winner-takes-all ("el ganador se lleva todo"), se apoya en la decisión del Colegio Electoral, conformado por 538 electores que representan a los 50 estados. De estos 538, 435 son los representantes —repartidos entre las regiones— de la Cámara Baja; otros 100 corresponden a dos senadores por cada estado; y los últimos tres son los electores del distrito de Columbia, donde se ubica la capital, Washington.

En los 93 delegados que aún están por pronunciarse, la ventaja es tan pequeña que cae dentro del margen de error, y la precisión de los sondeos es muy relativa. Actualmente, Kamala Harris gana por un punto porcentual en Carolina del Norte, Nevada, Pensilvania y Wisconsin. A su vez, Trump adelanta a la candidata demócrata por un punto en Míchigan y por dos en Georgia y Arizona. En caso de cumplirse lo pronosticado, Harris vencería con 277 delegados electorales, frente a los 261 de Trump.

No obstante, un ligero cambio en un par de los swing-states tiene la capacidad de provocar un desenlace muy diferente. Cualquier pérdida de poder en uno de los siete estados podría costarle la presidencia tanto a Kamala Harris como a Donald Trump.

Los 'swing-states', a fondo

Pensilvania es la región más ambicionada por ambos partidos, ya que es la vía más rápida hacia la Casa Blanca. Junto a Míchigan y Wisconsin, estas tres regiones del Cinturón de Óxido podrían reafirmar el "muro azul" que ya ganó Biden en 2020 y asegurar la victoria demócrata. Si Pensilvania se decanta por Trump, el candidato republicano deberá conservar Carolina del Norte y recuperar Georgia para alzarse con la presidencia. En ambos casos, una derrota en Pensilvania sería un golpe duro, ya que bloquea muchas combinaciones con otros estados. 

Míchigan, también perteneciente al "muro azul" que Biden consiguió reconquistar en 2020, ha sido la región más atendida por ambos candidatos en las últimas semanas. Sin embargo, siendo el estado con mayor población de árabes estadounidenses, muchos se sienten traicionados por el apoyo de Biden a Israel en sus ataques a Gaza y Líbano. Por ello, se han planteado la abstención o redirigir su voto a terceros candidatos, como el Partido Verde.

Wisconsin está siendo el frente más difícil para Harris. Trump hace visitas frecuentes a este estado, y fue investido oficialmente como candidato en su ciudad más poblada, Milwaukee. No obstante, la candidata demócrata también optó por esta ciudad para dar su primer mitin. Ambas formaciones tienen sus ojos puestos en los jóvenes.

Georgia fue foco de grandes tensiones electorales en 2020. La primera victoria demócrata en tres décadas fue algo tan sorprendente que Trump llegó a exigir un segundo recuento de votos. En esta ocasión, Harris apela especialmente al voto de la población, que supone un tercio del total. En 2020, Biden recibió el respaldo del 92% de los votantes negros, frente al 6% que apoyó a Trump.

Arizona supone un especial conflicto entre sendos partidos. El 25% de los votantes son latinos, y estos se inclinan por Harris. Sin embargo, al ser Arizona una de las principales vías de entrada de migración, la población está dividida. Algunos exigen mayor control de fronteras, mientras que otros reclaman más derechos para los migrantes.

Nevada es el swing-state que menos peso tiene en el resultado final, lo cual no significa que no pueda ser decisivo en un caso de máximo empate de resultados. Pese a que los republicanos ganan cada vez más terreno, Kamala Harris confía en la influencia del voto latino, ya que Nevada es el quinto estado con mayor población hispana. 

Carolina del Norte tiene tal arraigo republicano que las dos únicas victorias demócratas han sido la de Jimmy Carter en 1976 y la de Barack Obama en 2008. Con todo, el hecho de que la población negra sume el 23% de los potenciales votantes, así como el incremento de los trabajadores con estudios superiores, son la baza con la que Harris pretende jugar. 

Tanto en estos siete estados, como en los 43 restantes, los temas que interesan a los votantes estadounidenses son principalmente tres: la economía, las políticas migratorias y el aborto. Las posiciones de Trump y Harris en estos puntos, así como la decisión final de los swing-states dictaminarán quién será la próxima persona en ocupar la Casa Blanca.

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