El Gobierno británico destinará 1.800 millones de libras (2.000 millones de euros) a rescatar la red de transportes de Londres para garantizar que tanto el metro como los autobuses continúan funcionando hasta marzo de 2021.

La catastrófica situación financiera de Transport for London (TfL) había generado un contencioso entre el alcalde de la capital británica, el laborista Sadiq Khan, y el Ejecutivo conservador, que propuso medidas como acabar con la gratuidad del transporte para los menores de edad y los mayores de 60 años.

Según el propio Khan, el acuerdo entre instituciones permitirá compensar la fuerte caída de los ingresos de la red metropolitana sin que para ello se deban adoptar otras posibles soluciones que el Gobierno planteaba, como expandir la zona de Londres donde se debe pagar una tasa por circular (la conocida como "congestion charge").

En un comunicado, el alcalde reconoció que el pacto "no es ideal", pero que logra evitar las "peores medidas" propuestas por el Ejecutivo central. El primer ministro británico, Boris Johnson, asegura que la red se encontraba ya en una situación de quiebra técnica antes de la pandemia, pero Khan insistió este domingo en que "la única razón de que TfL necesite el apoyo del Gobierno es porque sus ingresos por billetes casi se han extinguido desde marzo".

Según la nota, la ciudad de Londres se compromete a recaudar dinero adicional en los próximos años para mantener el servicio de transporte como en la actualidad.

"Un modesto incremento"

El alcalde se plantea para ello "un modesto incremento" de las tasas municipales ("Council tax"), así como mantener los cambios temporales introducidos en el área de prioridad residencial el pasado junio.

La carta que el ministro de Transportes, Grant Shapps, envió a Khan para informarle de que finalmente accedían a sus peticiones especifica que a largo plazo el objetivo es elaborar antes de abril de 2023 que permita la viabilidad financiera de la red.

Las próximas elecciones para la Alcaldía de Londres están previstas para mayo del año que viene, por lo que la disputa sobre TfL se ha convertido en uno de los puntos claves de la contienda electoral.