El nuevo ministro francés de Interior, Claude Guéant, consiguió ayer batir un récord de la era Sarkozy. Con menos de dos meses en el estratégico cargo, ya va a tener que hacer frente a dos querellas presentadas por asociaciones antirracistas, que no quieren permitir la xenofobia, la islamofobia ni el tono antirrepublicano del ministro.

SOS Racismo y el Movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos (MRAP) anunciaron que se querellarán por discriminación e incitación al odio racial contra el ministro. ¿La causa? Unas declaraciones, calculadas y premeditadas en altas esferas del Estado tras las elecciones cantonales del domingo pasado, en las que la ultraderecha de Marine Le Pen vapuleó a los sarkzoystas.

'En 1905, había muy pocos musulmanes en Francia, y hoy hay entre cinco y diez millones', dijo el lunes Guéant, sabedor de que en Francia está prohibido esgrimir estadísticas que dividan a la ciudadanía por religiones o etnias. 'Este crecimiento del número de fieles y cierto número de comportamientos plantean un problema y está claro que los fieles en las calles traumatizan a cierto número de conciudadanos', aseveró, confundiendo 'fieles' con personas con apellido de origen oriental.

También uno de los líderes del Frente de Izquierdas, Jean-Luc Mélenchon, le acusó de 'incitar desde el Estado a la discriminación de los ciudadanos en función de su religión', exigiendo que sea cesado y presentado ante el juez. El antecesor de Guéant en el cargo de Interior, Brice Hortefeux, fue condenado por un tribunal por 'injurias raciales'.