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Actualizado:Los ciudadanos británicos asisten estupefactos a la polémica de las fiestas en Downing Street, la residencia del primer ministro. Bajo el nombre Partygate, el escándalo apunta al máximo dirigente de Reino Unido, Boris Johnson, ya que los encuentros sociales se produjeron durante los peores momentos de la pandemia, marcados por las restricciones para frenar los contagios.
El primer ministro participó en una de las celebraciones que se llevaron a cabo en aquellos días. Algo que ha llevado a Johnson a pedir disculpas ante el Parlamento y a la propia reina Isabel II, ya que dos de los festejos acontecieron en pleno luto nacional por la muerte de su marido, Felipe de Edimburgo.
La polémica está haciendo tambalear al Gobierno conservador mientras se desconoce cuál será la estrategia de Johnson. Voces de los laboristas e, incluso, dentro de su partido, reclaman su dimisión. Sin embargo, varios diarios del país han revelado que el primer ministro podría estar preparando una estrategia para evitar su dimisión, la conocida Operation Save Big Dog (Operación Salvemos al Perro Mayor).
Por lo tanto, el mandatario británico se enfrenta a tres posibles escenarios que dibujan su futuro. Puede acabar dimitiendo por las presiones, tanto de su propio partido como de la oposición. En segundo lugar, puede aferrarse al poder desplegando una serie de medidas populistas para intentar recuperar la confianza de los ciudadanos. O finalmente puede terminar en el que sería para él el peor de los escenarios: la opción de que sus propios diputados presenten una moción de censura para expulsarle del poder.
Dimitir tras las presiones internas y de la oposición
El líder de la oposición en el Reino Unido, el laborista Keir Starmer, ha acusado al primer ministro de "haber violado la ley" con la celebración de fiestas en su residencia de Downing Street y de posteriormente "haber mentido sobre lo que sucedió". Asimismo, definitivamente ha pedido su dimisión: "Se me ha instado muchas veces a que pida la dimisión del primer ministro. Siempre me he resistido, pero hemos llegado a un punto en que el primer ministro ha degradado la institución y ha perdido toda su autoridad, no solo en su partido, sino en todo el país. Es de interés nacional que se vaya".
Pero la mayor amenaza para el primer ministro no viene desde la oposición, minoritaria en la Cámara Baja, sino desde los propios diputados "tories", que este fin de semana han tenido que lidiar en sus circunscripciones con un aluvión de quejas por parte de sus electores y que ven en peligro sus escaños.
Aferrarse al poder con medidas populistas
Según reveló el dominical Sunday Times, el jefe del Gobierno rechaza asumir su responsabilidad en los festejos y acusa a sus colaboradores más cercanos, comenzando por su jefe de gabinete, Dan Rosenfield, y su secretario personal, Martin Reynolds, de no haber sido capaces de evitar las filtraciones.
De hecho, Johnson planea una serie de medidas de corte populista para volver a ganarse de nuevo la confianza de los ciudadanos, como prohibir el consumo de alcohol en Downing Street; congelar durante dos años la tasa que se cobra a los ciudadanos para financiar la BBC; agilizar los atascos en la sanidad pública; levantar las restricciones contra la covid el 26 de enero; y poner al ejército al frente de la lucha contra la migración irregular en el canal de la Mancha.
Este último objetivo, por tanto, es parte de una serie de anuncios populistas para hacer frente a las fuertes presiones que recibe para que dimita tras el escándalo de las fiestas. Según The Times, un almirante tendrá el poder de dirigir a la fuerza policial de frontera (Border Force, en inglés), los guardacostas y los responsables de aduana para realizar tareas de vigilancia o interceptar embarcaciones con migrantes en el canal. El Gobierno quiere enviar a migrantes a países como Ghana y Ruanda para procesar sus solicitudes de asilo, según el rotativo, y añade que la ministra de Interior, Priti Patel, y la de Exteriores, Liz Truss, mantienen conversaciones para llevar adelante este programa.
Forzar su expulsión del Gobierno
El llamado Comité 1922, que agrupa a los diputados conservadores sin cartera, podría lanzar una moción de censura contra Johnson si recibe 54 cartas en las que estos manifiesten la decisión de retirar la confianza a Johnson. Hasta el momento se desconoce cuántas misivas ha recibido el presidente de ese comité, Graham Brady —el Times especula que podrían ser hasta 35—, aunque solo seis parlamentarios han pedido públicamente su renuncia.
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