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El Papa critica la avaricia tras recibir al obispo alemán adicto al lujo

Después de hacerle esperar una semana en Roma, Francisco recibe a Tebartz-van Els. Después asegura que querer tener más 'avanza por el camino contrario al que hizo Dios con nosotros'

PÚBLICO / EFE

El papa Francisco ha tenido una mañana intensa. Primero recibió en el Vaticano al obispo de Limburg (Alemania), Franz-Peter Tebartz-van Elst, el prelado que se construyó una casa valorada en 40 millones de euros . Nada trascendió de la reunión y el Vaticano no aportó ningún detalle de la misma.

Sin embargo, cualquier observador perspicaz puede intuir lo que dijo Francisco al obispo adicto al lujo después de que en la misa que celebró después de la reunión, el Papa asegurara que mientras el dinero puede servir para realizar cosas buenas, la avaricia 'destruye a las personas, a las familias y la sociedad, así como la fraternidad humana'.

El papa Francisco recibió al obispo de Limburg, quien le había pedido una audiencia tras haber sido acusado de despilfarro, entre otras cosas, en la construcción de su nueva residencia. Tebartz-van Elst llevaba una semana en esperando a ver al pontífice para explicarle su versión de los hechos, después de que los medios de comunicación alemanes denunciaran su lujoso estilo de vida y que las obras de su nueva residencia ascendían a 40 millones de euros, frente a los 5,5 millones inicialmente anunciados.

El pasado 17 de octubre, Francisco se reunió con el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, para hablar de este caso y, aunque no se aclaró el futuro del prelado, se anunció que se 'encontraría una salida a la difícil situación que se atraviesa'.

'El apego al dinero, en cambio, destruye la fraternidad humana y corrompe a las personas', dice el Papa

En cuanto a su mensaje en la misa, denunció el gran número de familias que se han visto destruidas por problemas de dinero con enfrentamientos de 'hermano contra hermano y padre contra hijo'. 'El dinero puede ser útil para hacer cosas buenas y la pobreza no va buscada como tal, sino como instrumento para entender la medida de la existencia e ir en busca del Señor. El apego al dinero, en cambio, destruye la fraternidad humana y corrompe a las personas', explicó el pontífice.

El papa Bergoglio recordó, además, las enseñanzas de la parábola del hombre rico: 'Lo que destruye es la avaricia, el querer tener cada vez más'.

Así, subrayó que la avaricia lleva 'a la idolatría' destruyendo las relaciones con los demás y corrompe al hombre porque 'hace que todas las acciones que lleva a cabo se realicen en función del dinero'.

'La avaricia es un instrumento de la idolatría, porque avanza por el camino contrario al que hizo Dios con nosotros', aseveró Francisco, quien indicó que ése es el motivo por el cual 'Jesús dice cosas duras contra el apego al dinero'.

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