Más de 1.100 muertos y de 10.000 detenidos en Siria. Éste es el balance que ha hecho hoy la Alta Comisaría de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, que asegura que el régimen de Bachar al Asad ha hecho caso omiso a las cartas enviadas por Naciones Unidas para aclarar la situación. Mientras tanto, el Ejército sigue sembrando el pánico y el número de desplazados a Turquía no deja de aumentar.

'Hemos recibido numerosos informes denunciando el excesivo uso de la fuerza por parte de las fuerzas sirias contra los civiles, la mayoría de ellos manifestantes pacíficos', dijo Pillay durante la presentación de uninforme al Consejo de Derechos Humanos.

El documento cubre el periodo que va del 15 de marzo, cuando se iniciaron las protestas, a este mismo miércoles y en él queda claro cómo la población civil está siendo blanco constante 'de los francotiradores ubicados en los tejados de edificios públicos y de tanques desplegados en zonas densamente pobladas'.

El informe de Pillay también afirma que los militares han empleado helicópteros de combate para atacar la ciudad de Jirs al-Shughur, donde se concentraron las acciones militares de los últimos días, que han causado la huida de miles de personas y que más de 8.000 cruzaran la frontera con Turquía, la mitad de ellos niños.

El principal problema para comprobar la situación real es que los trabajadores de Naciones Unidas no han podido entrar en Siria, por lo que no han podido recopilar información directa. Los datos que componen el informe provienen de ONG y activistas por los derechos huanos locales.

La ONU no ha podido recopilar los datos sobre el terreno por los impedimentos del régimen Sobre las detenciones, Pillay indicó que dispone de información -incluidos vídeos y fotos- que da cuenta del uso de la tortura y, aunque reconoce que no ha podido verificar su exactitud, apunta que son denuncias creíbles en la medida en que coinciden con otras provenientes de fuentes distintas.

Según el informe, las familias y vecinos de manifestantes y activistas también han sido víctimas de detenciones arbitrarias y las fuerzas de seguridad realizaron incursiones casa por casa para encontrar a personas buscadas por las autoridades.

Varias víctimas de esta situación fueron mantenidas incomunicadas y obligadas a firmar documentos en los que se comprometían a no participar más en protestas.

Un equipo dirigido por la alta comisionada adjunta Kyung-wha Kang permanecerá listo para viajar a Siria en cuanto se le permita, mientras que un segundo grupo de expertos se encuentra actualmente en la zona de Turquía donde miles de sirios han buscado refugio.

En su conclusión, la institución de la ONU subraya que las denuncias de violaciones de los derechos fundamentales 'a tan amplia escala' requiere que las investigaciones prosigan y que se garantice la sanción de los responsables.