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Occidente envía más misiles a Ucrania y reconsidera el despliegue de tropas para evitar la debacle 

Las últimas y sucesivas victorias rusas han puesto muy nervioso a algunos de loa aliados occidentales de Ucrania, incapaces de revertir la iniciativa bélica de Moscú con sus envíos de armas, más parcos que al inicio de la guerra.

Cientos de personas se manifestaron en el aniversario del inicio de la guerra en Ucrania en París bajo el lema 'Vladimir Putin es un criminal', a 24 de febrero de 2024.
Cientos de personas se manifestaron en París por el aniversario del inicio de la guerra en Ucrania, bajo el lema 'Vladimir Putin es un criminal', a 24 de febrero de 2024. Benoit Pavan / Hans Lucas / AFP

Las últimas y sucesivas victorias rusas en el frente oriental de la guerra de Ucrania han puesto muy nervioso a algunos de sus aliados occidentales, incapaces de revertir la iniciativa bélica de Moscú con sus envíos de armas, mucho más parcos y menos decisivos que en los dos primeros años de la contienda.

Por eso, en Europa se vuelve a poner sobre la mesa la amenaza del presidente francés, Emmanuel Macron, de enviar fuerzas a Ucrania, mientras se apoyan los ataques ucranianos con misiles de largo alcance británicos contra suelo ruso, pasos que Moscú ha calificado como muy peligrosos.

No es para menos el desasosiego occidental. Rusia sigue añadiendo nuevos botines a su avance en el frente oriental, en concreto en la región de Donetsk, conquistada solo en parte por Rusia. Así, este jueves el Ministerio de Defensa de Rusia anunció la captura de Berdichi, la tercera localidad ucraniana tomada en menos de una semana.

El fin de semana pasado, les tocó el turno a las aldeas de Novobajmutivka y Seménivka. Ahora, el mayor temor del alto mando ucraniano es que los rusos logren el mismo propósito en Chasiv Yar, un bastión cercano a la emblemática Bakhmut (tomada por los rusos hace un año) y que protege el camino hacia Kramatorks y Sloviansk.

Si el ejército ruso tomara estas ciudades de Donetsk, entonces, el Donbás, la zona ucraniana prorrusa integrada por esa región y Lugansk, y cuyo levantamiento contra Kiev en 2014 fue el preámbulo de la actual guerra, habría caído por completo bajo la bota del Kremlin.

Y la caída de Chasiv Yar podría ser cuestión de días, pues falta munición de artillería para resistir el avance ruso y no se espera hasta dentro de unas semanas la llegada de las partidas de proyectiles occidentales.

Los problemas de la ayuda occidental

A pesar de que Estados Unidos ha despejado el camino para la entrega de un multimillonario paquete de ayuda a Ucrania, valorado en 61.000 millones de dólares, buena parte de esta asistencia es para recuperar los exhaustos arsenales del Pentágono de las armas entregadas anteriormente a Kiev.

Los países europeos de la OTAN tienen también cerca de 5.000 millones de euros ya aprobados para ser entregados inmediatamente a Ucrania y 45.000 millones más para los próximos años, pero entre los Veintisiete hay más demoras si cabe y los sistemas Patriot de defensa antiaérea, que precisa el ejército ucraniano para abatir los cada vez más osados aviones rusos, son entregados con cuentagotas.

Tampoco están llegando los cazas F-16, cuyas tripulaciones ucranianas han estado formándose durante más de medio año y cuya participación en ese frente oriental podría frenar de alguna forma a la aviación rusa.

Ucrania se podría ver obligada a ceder más territorio

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha admitido que la situación es muy grave y ya ha señalado que Ucrania se podría ver obligada a ceder más territorio para concentrar sus fuerzas.

Armas químicas y guerra híbrida

Otras recientes muestras de ese nerviosismo existente en Bruselas y Washington por la pésima marcha de la guerra para Ucrania han sido la acusación de Estados Unidos por el presunto uso ruso de armas químicas en el campo de batalla, de tipo gas lacrimógeno, supuesto negado por Moscú, o las últimas denuncias de la OTAN sobre una "guerra híbrida" del Kremlin para desestabilizar Europa y los procesos electorales en marcha, en concreto las elecciones europeas de junio próximo.

Se ha incrementado la alarma europea hasta el extremo de vaticinarse un inevitable conflicto bélico con Moscú

En las últimos meses, al confirmarse el avance ruso en el frente oriental, se ha ido incrementado la alarma europea contra Rusia hasta el extremo de vaticinarse un inevitable conflicto bélico europeo con Moscú. Algunos halcones de la UE, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al frente, consideran que en la guerra de Ucrania se dirime el futuro del continente.

Este punto de vista es compartido por Reino Unido, que, al igual que los corrientes más belicistas en la cúpula de la UE, considera que la guerra de Ucrania solo puede solventarse en el campo de batalla y con la derrota total de Rusia, algo que no parece que vaya a ocurrir, al menos a medio plazo.

Bajo tal prisma, se reunió este viernes con Zelenski en Kiev el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, a quien el líder ucraniano pidió que Londres acelere el envío de las armas aprobado en abril. Este será el mayor monto de asistencia militar británica a Ucrania, por cerca de 580 millones de euros.

La parte más importante de esta ayuda la constituyen los poderosos misiles Storm Shadow con un rango de 500 kilómetros, además de 1.600 misiles de defensa antiaérea y ataque terrestre. Con los Storm Shadow, de largo alcance, Ucrania puede amenazar la retaguardia y el propio territorio de la Federación Rusa.

Londres, a favor de golpear el corazón de Rusia

En Kiev, Cameron lanzó un desafío a Moscú cuando afirmó que el ejército ucraniano tiene derecho de atacar objetivos dentro de Rusia. Hasta ahora, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN habían condicionado la entrega de sistemas misilísticos a Ucrania al compromiso de Kiev de no golpear con ellos el territorio ruso.

El uso por Ucrania de misiles de largo alcance puede poner en jaque en Rusia líneas de abastecimiento

El uso por Ucrania de misiles de largo alcance, sin limitaciones en su radio, puede poner en jaque en Rusia líneas de abastecimiento, refinerías, depósitos, arsenales, así como algunas de las operaciones aéreas en marcha, aunque no implique un cambio drástico en el rumbo de la guerra.

A este nuevo cruce de las pocas líneas rojas que aún se interponen entre Rusia y la eventual participación directa occidental en la guerra se añadieron este jueves las declaraciones que el presidente Macron realizó a la publicación The Economist.

Macron amenaza de nuevo con mandar tropas a Ucrania

Macron reiteró que no es descartable el despacho de tropas europeas a Ucrania 

El presidente galo reiteró que no es descartable el despacho de tropas europeas, en concreto francesas, a luchar en Ucrania contra Rusia, una sugerencia que ya realizó el febrero pasado y que levantó una oleada de críticas, no solo por el Kremlin, sino en el seno de la OTAN y la Unión Europea, pues tal paso equivaldría de facto a declarar la guerra a Moscú.

Macron indicó en esta nueva entrevista que el envío de tropas a Ucrania estaría legitimado si Rusia rompiera las líneas de defensa ucranianas en el frente y si Kiev pidiera directamente tal ayuda. "Si Rusia decide ir más lejos, en cualquier caso todos tendremos que plantearnos esta cuestión", aseveró el presidente galo.

"No descarto nada, porque nos enfrentamos a alguien que no descarta nada", afirmó. La nueva advertencia de Macron sobre el envío de tropas europeas a Ucrania se produce precisamente cuando es más acuciante la necesidad de fuerzas de refresco para el ejército ucraniano, que apenas puede cubrir las numerosas bajas que la guerra está ocasionando en sus filas.

Las bajas rusas son si cabe mayores, pero por el momento el ejército del Kremlin no tiene problemas para reclutar nuevas mesnadas con las que sustituir a las caídas en la masacre de jóvenes soldados en que se ha convertido esta guerra.

Si Rusia gana en Ucrania, no habrá seguridad en Europa", según Macron

"Tengo un claro objetivo estratégico: Rusia no puede ganar en Ucrania", pues "si Rusia gana en Ucrania, no habrá seguridad en Europa", insistió el líder francés.

Las palabras de Macron y de Cameron obtuvieron una airada respuesta rusa. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó su "escalada verbal" como muy peligrosa "para toda la arquitectura de la seguridad europea".

"Francia, representada por el jefe de Estado francés está hablando constantemente de la posibilidad de su involucración directa, sobre el terreno, en el conflicto en torno a Ucrania. Ésta es una tendencia muy peligrosa", afirmó Peskov.

Orbán: la UE juega con fuego con su deriva hacia la guerra

Esa dirección militarista europea, encabezada en Bruselas por Francia, Polonia o los países bálticos y la propia cúpula de la Unión Europea, y, fuera de la UE, por Reino Unido como espejo de las posturas más belicistas de sus adláteres estadounidenses, no tiene, sin embargo, una aquiescencia generalizada en la región, con mucho rechazo en la izquierda radical, pero también en la derecha más dura del viejo continente.

Viktor Orbán: "Los líderes de la UE están jugando con fuego"

Este viernes, el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, indicó que los líderes de la UE "están jugando con fuego" por apoyar esa "deriva hacia la guerra". Orbán recordó, en este sentido, la apuesta por resolver la actual crisis en el campo de batalla también por parte del alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, o de gobiernos como el polaco.

Pero Orbán recordó que el próximo 9 de junio se celebran las elecciones al Parlamento Europeo y que podrían imponerse las fuerzas que contemplan un acuerdo de paz con Rusia. "Es palpable que Europa se encuentra en una encrucijada histórica", agregó el jefe de Gobierno de Hungría, país que se niega a enviar armas a Ucrania, mientras apuesta por recuperar los lazos con Moscú, en disonancia con la mayor parte de miembros de la UE.

Jefe de espías ucraniano vaticina negociaciones de paz

Orbán no es la única figura que ha mencionado en las últimas horas la posibilidad de negociaciones con Rusia. Lo ha hecho también Vadym Skibitsky, subdirector de la Inteligencia Militar ucraniana, de una forma sorpresiva, pues el Gobierno de Zelenski se opone a cualquier diálogo con Moscú. Al menos oficialmente.

Según dijo Skibitsky a The Economist, aunque Ucrania lograra sacar a los rusos de sus conquistas actuales, algo sumamente difícil, la guerra no terminaría ahí.

"Tales guerras solo pueden terminar con la firma de un tratado", explicó Skibitsky. Lo que intentan ambas partes es "conseguir las posiciones más ventajosas" para esas conversaciones, que, según el jefe de inteligencia, podrían tener lugar en la segunda mitad de 2025.

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