El político opositor ruso Alexéi Navalni, principal crítico del régimen de Vladímir Putin, ha muerto repentinamente en la prisión de Yamalia-Nenetsia, en el Ártico, según han confirmado los servicios penitenciarios de Rusia.

"Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento", señala el comunicado oficial.

La fuente explicó que este viernes, después de dar un paseo en la penitenciaría, Navalni "se sintió mal" y  "perdió el conocimiento". En el comunicado oficial difundido por la agencia rusa Sputnik Novosti se señala la "repentina muerte del convicto Navalni" y se añade que "una comisión formada por directores y empleados de las unidades operativas y médicas de la oficina central del Servicio Penitenciario Federal de Rusia ha sido enviada al organismo territorial y a la institución (prisión)".

Las últimas imágenes del opositor desde la remota cárcel son del pasado enero, grabadas durante una videoconferencia en la que se mostraba irónico con sus condiciones de reclusión y solo se quejaba de la falta de libros para leer.

El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha asegurado que el Kremlin no tiene información sobre las causas del fallecimiento de Navalni y que es asunto de los médicos averiguar por qué perdió la vida.

De sobrevivir a un envenenamiento, a la cárcel

Navalni, de 47 años, era desde hace una década el principal oponente del presidente ruso, Vladímir Putin, que lanzó contra él una feroz persecución que le llevó a la cárcel después de sobrevivir a un envenenamiento en 2020 durante un viaje desde Siberia a Moscú. Fue trasladado a Alemania, donde se recuperó en un hospital de Berlín. Los médicos alemanes certificaron el hallazgo del agente nervioso Novichok en su organismo, lo que se consideró una prueba de clara de envenenamiento del que Navalni siempre ha acusado al Kremlin.

La preocupación por el estado del opositor era máxima después de que el pasado diciembre sus abogados alertaran de su desaparición. Cumplía condena en la prisión número 6 de la región de Vladímir desde junio de 2022, pero sus colaboradores perdieron el contacto él sin recibir ninguna notificación de traslado. Durante varias semanas, nada se supo del opositor, hasta que reapareció a finales de diciembre en la remota cárcel IK-3, en el asentamiento de Jarp, ubicada en el Círculo Polar Ártico, a casi 2.000 kilómetros de Moscú.

La prisión a la que había sido trasladado, conocida como Lobo Polar, era un antiguo gulag de la época estalinista. Una cárcel de máxima seguridad con las condiciones más duras, donde los reclusos soportan inviernos extremos con temperaturas de hasta 28 grados bajo cero sin apenas luz solar debido a la larga y gélida noche ártica. Navalni estaba bajo un estricto régimen de aislamiento que coincidía con la cercanía de la campaña electoral en Rusia. Sus abogados había denunciado que Navalni no recibía el adecuado tratamiento para sus problemas de salud y que solo disfrutaba de una hora y media al día fuera de su celda.

El pasado 7 de diciembre, Navalni pidió desde la cárcel votar contra Putin en las elecciones presidenciales del próximo 17 de marzo de 2024, y anunció la puesta en marcha de una página web (neputin.org) que pedía a los rusos apoyar a cualquier candidato a la Presidencia, salvo a Putin. Su muerte, justo un mes antes de la cita con las urnas, alimenta las sospechas de la que mano del presidente ruso esté detrás del deceso.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha responsabilizado Rusia de la muerte del opositor. "La Unión Europea considera al régimen ruso como el único responsable de esta trágica muerte", escribió Michel en un mensaje en la red social X.

Casi 30 años de cárcel

A pesar del riesgo para su propia vida y con la seguridad de que, como mínimo, acabaría encarcelado, Navalni decidió regresar a Rusia en 2021 tras su recuperación en Alemania. Nada más aterrizar en Moscú fue detenido y encarcelado. Actualmente acumulaba varias condenas por un total de casi 30 años de prisión.

La última sentencia, por parte del Tribunal Superno, se le impuso en agosto de 2023. Aumentaba 19 años su pena de prisión. Previamente había sido condenado a nueve años por delitos de fraude vinculados a la recaudación de fondos para su organización anti corrupción (FBK), que fue catalogada de terrorista y "extremista" por Moscú.