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La "marcha del silencio" en Argentina clama por el fiscal Nisman

Centenares de miles de argentinos salieron a las calles de todo el país para rendir homenaje al fiscal Alberto Nisman, fallecido hace un mes. No asistieron a la convocatoria las organizaciones que aglutinan a la mayoría de los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA.

Un momento de la manifestación, en el Ayuntamiento de Buenos Aires. /A. D.

BUENOS AIRES.- La palabra “justicia” fue la que más se pudo escuchar en la manifestación convocada en Argentina a un mes exacto de la muerte de Alberto Nisman, el fiscal que investigaba el atentado a la mutual judía AMIA de 1994 y que denunció a la presidenta Cristina Fernández por encubrir la supuesta responsabilidad de Irán.

No hubo consignas políticas visibles en la ciudad de Buenos Aires. Apenas se divisaron banderas argentinas debajo de una marea de paraguas que cubrían la avenida de Mayo, entre el Congreso y la Casa Rosada, sede del Gobierno. Aplausos aislados y espontáneos cánticos del himno argentino fueron las únicas resonancias de la llamada “marcha del silencio”, convocada por un grupo de fiscales federales.

Ninguno de los consultados por Público afirmó estar allí en contra del Gobierno. “Vine porque quiero que se haga Justicia por el caso Nisman. Me gustaría que se sepa quién lo ha matado si así fue, y por otro lado, quiero que se continúe de manera prolija la investigación que llevaba a cabo”, dijo Mercedes, una de las manifestantes.

“A mí me hubiera gustado que el Gobierno estuviera acá, que se hubiera unido al pueblo”, sostuvo Liliana, otra de las convocadas. “No tenía nada en contra del Gobierno, pero ellos distinguieron entre un 'nosotros' y un 'ellos'. Yo no me siento en ningún bando, pero me decepciona que el Gobierno no haya estado acá junto a nosotros”.

Que se investigue. Que se haga Justicia. En homenaje al fiscal. Las mismas referencias en torno a la manifestación se repitieron con todos los entrevistados. “Con muchos de los que vinieron no estaré de acuerdo. Algunos habrán tomado la consigna de venir contra el Gobierno, pero eso no quiere decir que todos estemos aquí por lo mismo”, concedía Federico, un joven que intentaba acceder a la Plaza de Mayo.

Dos de los fiscales que organizaban la convocatoria, Raúl Plee y Germán Moldes, han sido acusados por familiares de víctimas del ataque a la AMIA de paralizar la investigación de los encubrimientos. Por eso no asistieron a la marcha las organizaciones 18-J, APEMIA y Memoria Activa, que reúnen a la mayoría de los afectados por el atentado. Acudieron, en cambio, la DAIA y la AMIA, las instituciones representantes de la comunidad judía con mayor peso político en el país.

En contrapunto, sí hicieron acto de presencia casi todos los referentes opositores al kirchnerismo, con la misma firmeza con la que signaron su ausencia los funcionarios del Gobierno.

Del lado del Ejecutivo, la misma Cristina Fernández entendía la marcha como un acto hostil. “Nos quedamos con el canto, con la alegría; a ellos les dejamos el silencio", esgrimió durante un acto la semana pasada.

La imputación a la presidenta por parte de un fiscal que validó la denuncia de Nisman contra la mandataria llamó la atención, a su vez, de alguno de sus homólogos latinoamericanos.

El jefe de Estado ecuatoriano, Rafael Correa, se refirió a “una restauración conservadora” que “ahora utiliza hasta las instancias jurídicas para tratar de desestabilizar a los Gobiernos progresistas de nuestra América, como también están tratando de hacer con Dilma (Rousseff, presidenta de Brasil) y el caso Petrobras, pero no pasarán".

También se manifestó en apoyo a la presidenta su par boliviano Evo Morales. "Tras el ataque económico a Argentina, en base de los denominados fondos buitre, ahora se ha urdido un golpe judicial contra Fernández", afirmó, al entender que la derecha intenta dar “un golpe judicial para acabar con el proceso del pueblo argentino imputando a la compañera Cristina".

Aunque no se refirió a la marcha que estaba por producirse poco después, la propia mandataria aprovechó este miércoles la habilitación completa de la tercera central nuclear del país, rebautizada como Néstor Kirchner, para avisar de que “este Gobierno no permite que nadie le marque la cancha”.

Avances en la investigación

La Fiscalía que investiga la muerte de Nisman aprovechó esta jornada para informar de que ya declaró, en carácter de testigo, el espía Jaime Stiuso, que tuvo un papel preponderante durante décadas en los servicios de Inteligencia hasta ser desplazado en diciembre por Cristina Fernández. No trascendió dónde y cuándo compareció este agente vinculado a la CIA y al Mossad, pero su testimonio causaba mucha expectativa por ser quien guió a Nisman en su investigación de la causa AMIA, y porque el fiscal lo llamó varias veces horas antes de que apareciera sin vida en su departamento.

Un día antes de la “marcha del silencio”, el ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman dio a conocer dos cartas enviadas a los embajadores de Estados Unidos e Israel en las que el canciller advertía a ambos países de su obligación de respetar “la no interferencia en los asuntos internos en las jurisdicciones donde prestan servicios”.

El funcionario reiteró además el pedido de Argentina de que incluyeran el tema AMIA en sus negociaciones con Irán."La Argentina observa con suma preocupación la creciente frecuencia con que muchos países son utilizados como escenarios en los que otros Estados intervienen para definir disputas en función de sus propios intereses geopolíticos”, indicó. "El pueblo argentino no tiene que tolerar y mucho menos sufrir que su país sea teatro de operaciones políticas, de inteligencia o, peor aún, de hechos más graves”.

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