El presidente de Brasil, Lula da Silva, se ha sumado a los mensajes de apoyo por la libertad de Julian Assange y ha pedido a la prensa una "campaña mundial" para denunciar la situación del periodista australiano. El dirigente se une, así, a las filas de altos representantes, como Gustavo Petro, que han solicitado el respaldo al periodista en aras de la libertad de expresión.

Lula se ha pronunciado en favor de Assange en una rueda de prensa que ha ofrecido desde Londres, donde asistía a la coronación del rey Carlos III. Ciudad donde el fundador del WikiLeaks aguarda en una prisión de máxima seguridad y la resolución de su proceso de extradición a Estados Unidos. De hecho, este viernes, el propio Assange envió una carta abierta al monarca inglés, donde le invita a visitarle en la prisión y comprobar sus pésimas condiciones.

El presidente brasileño considera que el periodista australiano está preso por "denunciar las trampas" de Estados Unidos. "Me parece una vergüenza que esté condenado a morir en la cárcel y que nadie haga nada por su libertad", ha insistido Lula, quien sostiene que "es necesario un movimiento de la prensa mundial en defensa de Assange y en defensa de la libertad de denunciar" que "deben tener todos los periodistas".

En 2010, WikiLeaks publicó más de 400.000 reportes de la guerra de Irak, 90.000 de Afganistán, 800 de Guantánamo y más 250.000 cables diplomáticos entre EEUU, según informó la BBC. Estas filtraciones permitieron conocer el asesinato indiscriminado de civiles en Irak y Afganistán por parte de soldados estadounidenses y tuvieron una repercusión inmensa, especialmente para la imagen de Estados Unidos.

El país norteamericano consideró esta revelación uno de los ataques más graves a la seguridad de su nación y acusó a Assange de 18 delitos de espionaje e intrusión informática. Desde hace cuatro años, el periodista vive preso en una cárcel de Londres, en la que ingresó después de que Ecuador le retirara el asilo político y lo expulsara de su embajada en la capital británica.

Los regímenes de aislamiento a los que se ha visto sometido han deteriorado enormemente su salud, tanto física como mental. Y han sido calificados como una "tortura" por Nils Melzer, relator de la ONU contra la Tortura, que visitó a Assange la prisión de Belmarsh en mayo de 2019.