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¿Puede Juan Carlos I asistir al funeral de la reina Isabel II de Reino Unido?

El rey emérito tiene una causa pendiente con la Justicia británica por la demanda de acoso, difamación y vigilancia ilegal presentada por Corinna Larsen. 

13/07/2022 - Foto del rey emérito de España, Juan Carlos I, saludando desde su barco 'Bribón', en la localidad gallega de Sanxenxo, el 21 de mayo de 2022.
Foto del rey emérito de España, Juan Carlos I, saludando desde su barco "Bribón", en la localidad gallega de Sanxenxo, el 21 de mayo de 2022. Brais Lorenzo / AFP

Tres eran tres, los ex jefes de Estado y exmonarcas europeos: Beatriz de Holanda, Alberto I de Bélgica y Juan Carlos I de España, cuando los diplomáticos del Foreign Office (ministerio de Exteriores británico) y el palacio de Buckingham (oficina de la realeza) hacían la lista de los 2.000 invitados al funeral de Estado por Isabel II. De los tres, el español tiene una causa pendiente con la Justicia británica a raíz de la demanda presentada en diciembre de 2020 por la examante Corinna Larsen contra él. Pero el tema judicial no es competencia del Foreign Office que, entre tres, no ha considerado oportuno excluir al acusado, apuntan a Público fuentes de la diplomacia británica, que añaden que "es muy improbable que se tome alguna medida contra él".

En el centro de Londres, la calle The Strand separa el Tribunal Superior —que sigue la causa de Corinna contra Juan Carlos— de la zona política de Westminster, bañada por el río Támesis y preparada para la llegada de representantes de todos los países con los que Reino Unido tiene relaciones diplomáticas. De Rusia, asistirá su embajador en Londres; nadie de Myanmar, antigua Birmania.

De las monarquías europeas, los jefes de Estado vigentes y anteriores que sigan con vida, todos con esposas o maridos, quien los tenga. Las monarquías nórdicas no tienen tradición de abdicar (como la británica, reinar hasta morir) y no generan exmonarcas de ninguna clase. La reina viuda de Dinamarca ha sido invitada con su heredero; los reyes de Suecia y Noruega, con sus reinas.

En estos días de exaltación monárquica, contagiada fuera de Reino Unido, los abogados británicos de Corinna y de Juan Carlos mantienen silencio sobre la llegada del emérito a suelo británico y hasta la misma abadía de Westminster. No obstante, la portavoz del equipo legal contratado por Corinna sí se pronuncia para negar que su clienta haya excluido de la demanda a Félix Sanz Roldán, exdirector del Centro Nacional de Inteligencia, acusado como el ex rey de acoso y vigilancia ilegal.

La demanda por acoso, difamación y vigilancia ilegal se mantiene intacta, así como las ocho razones, o bases, para reclamar compensación económica. El proceso judicial contra el rey Juan Carlos ha resuelto, de momento, la inmunidad del emérito para ser procesado en los juzgados británicos. Tras más de un año de diligencias, el Tribunal de Apelación decidió el pasado mes de julio que el emérito puede ser juzgado por los posibles delitos cometidos después de su abdicación en junio de 2014. Una victoria para Corinna, puesto que sus acusaciones abarcaban de 2012, cuando dejaron de ser amantes, hasta el verano de 2020, con lo cual solo quedan excluidos los agravios de 2012 a 2014.

La prensa inglesa se regocija con el fandango de la realeza española que tiene en el centro al ex jefe del Estado de 1975 a 2014. Daily Mail, que ahora ensalza a Carlos III, pero en otro tiempo lo ridiculizaba por tener un sirviente para colocar el dentífrico sobre el cepillo de dientes, cuenta que los abogados de Juan Carlos han pedido a la presentadora de televisión Selina Scott que testifique en el juicio en favor del emérito. Según la citada cabecera, Selina, que hizo un documental televisivo sobre el Borbón y Borbón, no ha decidido si se apunta a su defensa judicial.

El abogado a la cabeza del equipo de Corinna, James Lewis, manifestó a Público en julio pasado a la puerta del juzgado que "en octubre [ahora es el 8 y 9 de noviembre] abordaremos los temas preliminares; el juicio podría celebrarse, probablemente, en 2023". Una vista en la que la examante del rey le reclamará compensación económica por una lista de motivos, incluidos el de pérdida de ingresos como comisionista por las difamaciones vertidas a miembros de la realeza árabe y a hombres de negocios cercanos a Juan Carlos.

El supuesto regalo de 65 millones de euros que hizo el emérito a su examante y que, según él, se lo dejó en depósito para guardar y devolver, es solo una cifra de las muchas que aparecen en el texto de la demanda, reproducida en la web de la judicatura británica. Un auténtico memorial de agravios, amores, lujo y pasión desenfrenada. Juan Carlos ha cambiado de equipo de abogados (todos de conocidas firmas londinenses), sin embargo, la suerte no le ha mejorado, puesto que perdió la inmunidad que reclamaba para acallar a Corinna. Guy Martin, que encabeza el equipo del rey, acudió a la vista del pasado mes de julio y se mostró campechano con los medios, si bien, ahora mantiene silencio. Las difamaciones de famosos es uno de sus campos de trabajo. Por eso, quizás, busca ahora el apoyo de Selina Scott.

Para acabar de labrar el camino de la llegada del rey emérito a Londres, The Times publicaba este lunes la afición de Juan Carlos a verse con una de sus amantes en una furgoneta aparcada detrás del palacio de la Zarzuela en la década de 1980. En unos días de luto oficial por la reina muerta y con la cancelación de eventos "por respeto" a la reina más longeva, el periódico conservador se deleitaba con la exclusiva del ex soberano español y su gusto por los encuentros furtivos en la parte trasera de un furgón en el recinto palaciego.

Mientras Juan Carlos asiste, con Sofía haciendo el paripé matrimonial, al funeral de Londres, en Barcelona un juez investiga por fraude fiscal a su médico, Manuel Sánchez Sánchez, y al banquero mexicano afincado en Londres, Allen de Jesús Sangines-Krauser, propietario del castillo Killua, en Irlanda, lugar que visitó el emérito con la mallorquina Marta Gayá tras romper con la alemana. En Irlanda les tomaron una de las pocas imágenes de la pareja junta. El mexicano aparece también en la demanda, por lo civil y sin pena de prisión, de Corinna como uno de los socios en los negocios de la comisionista y el ex jefe del Estado español. La alemana se reserva la opción de presentar los cargos por la vía criminal.

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