Tras su contundente victoria en las elecciones constituyentes de Túnez, los islamistas de Ennahda (Renacimiento) se apresuraron a afianzar su imagen moderada ante los crecientes recelos de Occidente.

El líder del partido, Rachid Ganuchi, se reunió con ejecutivos de la Bolsa de Túnez para calmar los ánimos de los mercados financieros. 'Les transmitió el mensaje de que la Bolsa es muy importante. Estamos a favor de que haya mayor cotización bursátil para acelerar el crecimiento y diversificar la economía', dijo un portavoz de Ennahda a Reuters. Las cotizaciones se desplomaron el lunes tras los resultados de las primeras elecciones democráticas del país.

Por su parte, el secretario general de la formación, Hamadi Jebeli, prometió no 'islamizar' el sistema bancario ni obligar a los turistas a comportarse de acuerdo a los principios islámicos. 'El turismo es un sector que no podemos tocar. ¿Sería lógico perjudicar a un sector tan estratégico prohibiendo beber vino y llevar bañadores? Estas son libertades personales para los tunecinos y los extranjeros', afirmó a la agencia oficial TAP.

Las cifras parciales otorgan un 40% de los votos a Ennahda. La comisión electoral ha adjudicado ya unos 50 escaños a Ennahda y 15 al laico Consejo por la República, de los 217 con los que cuenta la Asamblea Nacional Constituyente y a falta de 7 de las 27 circunscripciones.

Jebeli confirmó ayer que su formación le propondrá como futuro primer ministro y que Ennahda pretende formar Gobierno en el plazo de un mes. También aseguró que podrían ofrecerle el sillón presidencial, un cargo más bien simbólico, al tecnócrata laico Beji Caid Sebsi, el actual primer ministro de transición, que accedió al poder tras la caída del régimen de Zine al Abidine ben Alí.

Algunos miembros de Ennahda habían apostado por otorgar al líder del partido socialdemócrata Ettakatol la presidencia interina hasta las elecciones de 2013. Esta es una de las formaciones con las que podrían trabar alianzas los islamistas.