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El tigre celta ruge de nuevo, y lo hace con ganas. El Gobierno de coalición de la República de Irlanda convocó hace tres semanas las elecciones, anticipadas cuatro meses, para este 29 de noviembre. Lo hizo después de presentar unos robustos presupuestos con superávit, bajada de impuestos e inversión pública. Además, el Producto Interior Bruto (PIB) irlandés creció un 2% en el tercer trimestre de 2024. En este panorama, el Sinn Féin (SF), el tercer partido favorito y fuera del Ejecutivo que ocupan las formaciones de centro, se enfrenta a las urnas en unas condiciones poco favorables debido a los problemas derivados de haber escondido escándalos sexuales y de una escisión en materia migratoria.
Esta última legislatura ha visto por primera vez, desde la independencia del país en 1921, una coalición entre los dos partidos que hasta ahora se habían alternado en el Gobierno: el conservador de centro-derecha, Fianna Fáil (FF), y el liberal de centro-izquierda, Fine Gael (FG). Ambos necesitaron de los Verdes (Green Party) para formar el Ejecutivo. El mayor rival de los dos grandes centristas, el Sinn Féin, consiguió el mayor número de votos –hasta 535.595 frente a los 484.320 del FF y los 455.584 del FG– en las elecciones de 2020. Sin embargo, ha liderado la oposición y presenta ahora un programa de izquierdas.
Las últimas encuestas otorgan un 21% de los votos al FF –dos puntos más que en las anteriores elecciones–, un 20% –un 1% más– al SF y un 19% –seis puntos menos– al FG. Una nueva coalición emerge como inevitable tras perderse las grandes mayorías del FF o FG que han dominado el último siglo. Las distintas quinielas para el futuro Gobierno acapararon el martes pasado el único debate televisivo entre los tres principales candidatos. El primer debate televisivo congregó a diez candidatos, otra muestra de la fragmentación política del país. Y todavía pulula mucho indeciso a dos días de que abran los colegios electorales.
La líder del SF, Mary Lou McDonald, dejó claro en el debate que "yo hablaré y trataré con todos para formar gobierno". Su partido ha perdido apoyo por intentar silenciar dos casos de abusos sexuales convictos. Otro obstáculo ha surgido con la diputada, Patricia Ryan, que ha dejado el SF y se presenta como independiente por diferencias sobre la política migratoria. Hace un año, Dublín vivió disturbios callejeros tras el acuchillamiento a la salida de una escuela de una niña y una profesora. Grupos de extrema derecha difundieron bulos por redes sociales culpando a personas extranjeras y asilados políticos de un crimen no cometido para incitar protestas inmediatas contra la inmigración.
En el debate televisivo a tres, Simon Harris, actual primer ministro y líder de FG, y Micheál Martin, líder del FF, hicieron de Fuenteovejuna contra una posible alianza con el SF de quien les separa la agenda política en vivienda, impuestos, Europa o la posible guerra comercial con EEUU. Mary Lou McDonald dijo que "FF y FG creen que solo ellos pueden estar en el Gobierno, después de un siglo de Gobiernos de Zipi y Zape [los Tweedledum y Tweedledee, como se conoce coloquialmente a ambas formaciones] brota la posibilidad de un Gobierno encabezado por otro partido, y ese sólo puede ser el Sinn Féin". A diferencia del FF y FG, el SF aboga por congelar los alquileres durante tres años y aumentar en un 3% más los impuestos sobre los ingresos superiores a 140.000 euros anuales.
Simon Harris es partidario de hacer una hucha de 50.000 millones de euros por si Donald Trump abre una guerra comercial con la Unión Europea. "Ahora no es el momento de conducir el país con una tarjeta de crédito; el riesgo a una guerra comercial es real, por eso es importante llenar la hucha, por si se necesita", manifestó Harris. Según sus cálculos, Irlanda perdería 10.000 millones de euros en impuestos de sociedades si tres de las grandes compañías americanas dejasen la isla.
Harris espera recoger los frutos de la gestión económica que ha llevado a cabo con el FF en la última legislatura. Fue él quien hace seis meses anunció el reconocimiento de Palestina diciendo que "Irlanda, Noruega y España van a tomar los pasos necesarios para reconocer Palestina como Estado". Sobre migración, el aún primer ministro considera que "es un reto para nosotros integrar a las personas migrantes en nuestras comunidades".
Por otro lado, el del FG también ha sido objeto de duras críticas en redes sociales. Durante la campaña topó en Cork con una cuidadora que lamentaba el estadio de los servicios sociales; él le dio la espalda e ignoró. La secuencia se hizo viral, y aunque Harris se disculpó, el gazapo produjo su efecto con puntos a la baja en los sondeos.
En estas elecciones se escogerán 174 diputados, 14 más que en las de 2020, puesto que la población irlandesa ha aumentado a día de hoy a 5,1 millones y la Constitución obliga a elegir un diputado por entre 20.000 y 30.000 personas censadas. Irlanda, que cuenta con un pasado en el que la población tendía a emigrar a otros países, atrae ahora a personas de otros lugares del mundo. Esta situación coincide con que el actual Gobierno ha mantenido el impuesto de Sociedades –que afect a las empresas– en 12,5%, uno de los más bajos de Europa, lo que ha atraído a nombres como Apple, Google, Meta y muchos otros que han domiciliado su base europea en la República.
Los líderes del FF y del FG se critican mutuamente aduciendo que un voto para el contrario, "es un voto para el Sinn Féin y su todo por nada". Ambos partidos se resisten a pactar con el SF, aunque hacen coalición con los Verdes, que pasaron de tres a 12 diputados en la actual legislatura. Además, disponen del apoyo de nueve diputados independientes. En este contexto, repetir la coalición "Zipi y Zape" se entrevé como sólida opción.
Irlanda se toma con calma la formación de sus Gobiernos. Las últimas elecciones se celebraron el 9 de febrero de 2020 y no hubo Gobierno hasta el mes de junio. En el acuerdo que establecía la primera coalición entre FF y FG acordaron que Micheál Martin, del FF, sería primer ministro hasta diciembre de 2022, entonces le relevaría Leo Varadkar, en aquel momento líder del FG, que dio la sorpresa en marzo de 2024 al dimitir por razones "personales y políticas".
Leo era el primer político abiertamente gay en la católica Irlanda. Ha abandonado la política. Él había sido el primer ministro más joven con 38 años, su sucesor, Simon Harris, le ganó el pasado abril al ser primer ministro con 37 años. Todo va muy justo en Irlanda, donde solo el SF promueve un referéndum sobre la reunificación. "Veremos un referéndum sobre la unificación en una década", afirma Mary Lou McDonald. "Todo está en el aire", apostilla Harris a dos días de las elecciones.
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