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El independentismo escocés no logra la amplia victoria que necesitaba en el primer debate

PABLO RODERO

Las esperanzas de los independentistas estaban puestas en Alex Salmond, el carismático líder del Partido Nacional Escocés (SNP), cuando en la noche del martes se enfrentó al líder de la campaña unionista Better Together (Mejor Juntos), Alistair Darling. Con el 'sí' a la independencia estancado en las encuestas desde abril y a tan sólo seis semanas de la cita, Salmond no logró imponerse claramente a su rival en uno de los tres primeros debates televisados que están previstos antes del referéndum de independencia del próximo 18 de septiembre.

Ni un sólo sondeo ha situado al 'sí' por delante hasta el momento, pero la campaña Yes Scotland (Sí Escocia) tenía su último as en la manga, y este no era otro que Alex Salmond. El debate de unas dos horas televisado por la cadena escocesa STV fue perdiendo intensidad con el paso de los minutos y difícilmente logrará ser el punto de inflexión que los secesionistas llevan buscando desde hace meses.

Tras llevar por primera vez a los nacionalistas al poder en Escocia en 2007, Salmond logró contra todo pronóstico una mayoría absoluta en 2011. Después de la victoria en las urnas, el líder del SNP pactó con el primer ministro británico, el conservador David Cameron, la celebración de un referéndum sobre la independencia de Escocia. Darling, su rival de anoche y antiguo ministro de Hacienda laborista, llegaba con las apuestas en contra, presentado por sus críticos como un personaje oscuro y poco carismático.

Si bien Salmond llegaba como al debate, tenía los números en contra de cara a la cita con las urnas del próximo 18 de septiembre. En el último sondeo de sondeos, realizado por el profesor John Curtice con los datos de las últimas seis encuestas publicadas sobre el referéndum para su blog, el 'no' se situaba por delante con un 56%, frente a un 44% de votos favorables a la independencia.

Como era previsible, Darling abrió el debate poniendo sobre la mesa la propuesta de compartir la libra entre Escocia y el resto del Reino Unido defendida por Salmond y rechazada tajantemente por Londres. Con un tono sorprendentemente agresivo, el laborista preguntó en repetidas ocasiones a Salmond sobre una alternativa a la 'zona esterlina' que éste evitó responder, asegurando, eso sí, no ser partidario de unirse al euro. El ex ministro de Hacienda se mostró cómodo mientras la cuestión económica dominaba el debate y declaró: 'Según Salmond, una Escocia independiente tendría una divisa dirigida desde Londres en una unión esterlina, eso no es independencia'.

A pesar de haber sido el partido más votado a nivel nacional en las últimas elecciones generales, los conservadores apenas cuentan con apoyos en Escocia, donde solo tienen un diputado. Esta descompensación en el voto ha servido como argumento a los independentistas que consideran poco democrático estar gobernados por un partido que en Escocia es una fuerza política menor.

'Si hablamos de gobierno que no hemos elegido yo no voté por él', aseveró Darling, señalando con el dedo a un Salmond que se mostró mucho más a gusto a medida que el debate se volvía más emocional. 'No ha sido una sorpresa descubrir que Alistair no me votó', respondió irónico Salmond. 'La diferencia, Alistair, es que la mayoría de la gente en Escocia si votó por el SNP mientras que nosotros tenemos un Gobierno conservador teniendo más osos panda en el zoo de Edimburgo (2) que diputados conservadores en Westminster elegidos en Escocia (1)'.

Esta falta de apoyos para los conservadores en Escocia explica el papel secundario que ha adoptado el primer ministro británico. Cameron envió en septiembre una carta abierta a Salmond rechazando la posibilidad de entablar un debate televisivo. Entonces, el político conservador aseguró que el referéndum 'No es una discusión con el resto del Reino Unido, es una con el pueblo de Escocia'.

'No es una discusión con el resto del Reino Unido, es una con el pueblo de Escocia'

El hecho de que la campaña unionista Better Together (que cuenta con el apoyo de los partidos Laborista, Conservador y Liberal-demócrata) esté encabezada por el laborista Alistair Darling es indicativo del papel que los conservadores han aceptado dentro del debate.

Salmond fue aumentando su agresividad a lo largo del debate, especialmente cuando preguntó con insistencia a Darling si estaba de acuerdo con Cameron en que Escocia no podría ser un exitoso país independiente sin recibir una respuesta directa. 'Siempre he dicho que todos los países podrían ir solos si asumen los riesgos que ello conlleva', respondió un Darling que pareció estar contra las cuerdas por primera vez durante el debate.

El presentador del debate cuestionó a Darling sobre su gestión durante la crisis, cuando estaba en el Gobierno laborista de Gordon Brown. 'La crisis bancaria no solo nos afectó a nosotros', se defendió Darling. 'Todos los países tuvimos que lidiar con eso y si escocia hubiera sido independiente entonces habría tenido que hacer lo mismo que Irlanda o Islandia.

Las medidas de austeridad protagonizadas por el Gobierno británico en los últimos años han ido en dirección opuesta a las políticas económicas puestas en marcha por el SNP en Escocia. Salmond insistió durante el debate que, de lograr la independencia, contrarrestará medidas como la privatización del servicio postal británico o los recortes en prestaciones sociales sobre las que no tiene poder con sus actuales competencias dentro del Reino Unido.

El petróleo, la integración europea de una Escocia independiente y las tasas universitarias fueron otros de los grandes temas que dominaron el debate con un Darling que fue sufriendo cada vez menos a medida que el tono se hacía más técnico. Finalmente, Salmond cerró el programa con una apelación a 'aprovechar nuestro momento', que probablemente no será suficiente para dar la vuelta a las encuestas.


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