Ecuador vive el recuento final de los votos de las elecciones presidenciales del pasado domingo entre la tensión y la incertidumbre. El escrutinio todavía no permite determinar si habrá o no una segunda vuelta entre el ganador de los comicios, Lenín Moreno, de Alianza PAÍS, y el segundo en discordia, el exbanquero Guillermo Lasso.

Con el 94,6% del voto escrutado, el oficialista Lenín Moreno cuenta con un 39,2%, mientras que el centroderechista Lasso, del Movimiento CREO, cuenta con el 28,37%. En Ecuador, para ser elegido presidente en primera vuelta es necesario tener más del 50% de los votos o, como mínimo, el 40% y una diferencia de al menos diez puntos porcentuales con respecto al segundo candidato más votado. 

Sectores de la oposición han amenazado con convocar manifestaciones para exigir una segunda vuelta de las elecciones. De hecho, este lunes varias decenas de personas se concentraron ante la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Quito, ante el centro de procesamiento de datos del Consejo Electoral de la provincia de Azuay, en Cuenca (sur), y en la delegación Electoral de la de Guayas, en Guayaquil (suroeste).

El CNE aseguró por la mañana que estaba pendiente de escrutar el 12,22% de las actas, lo que explica que el recuento se haya ralentizado, pero subrayó que el proceso se maneja con transparencia y remarcó que "sólo con el 100% de los votos" se podrá saber si hay o no segunda vuelta. El organismo prometió que dará los resultados definitivos en tres días.

Las explicaciones no han librado al CNE de las acusaciones de fraude. Varios políticos ─principalmente los que respaldan la candidatura del conservador Lasso─ se han unido también a las críticas elevando la tensión hasta tal punto que Moreno tuvo que hacer un llamamiento a la calma después de que el alcalde de Guayaquil instara a los ciudadanos a salir a las calles a protestar.

Manifestantes protestan frente al Consejo Nacional Electoral. - EFE

"Me ha llamado la atención algún político perdedor que está llamando a la violencia. Eso no se lo puede tolerar, somos un país de paz, hemos aprendido a vivir en paz y queremos continuar así", señaló el líder de Alianza PAÍS, exvicepresidente y ex enviado especial de la ONU para personas con discapacidad. Moreno recordó que aventaja al opositor en casi doce puntos porcentuales, lo que supone más de un millón de votos, pero reconoció que, pese a la diferencia, aún no llega al umbral que la normativa impone para vencer en una sola ronda de votaciones.

La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) ha sido tajante al respecto y ha negado que se haya producido alguna irregularidad. "El sistema electoral es transparente. No creo que hayan invitado el pleno del consejo electoral a más de 200 observadores del mundo para ser cómplices de un fraude", declaró Alexander Vega, coordinador técnico de la misión electoral del organismo regional. 

Vega insistió en que no se puede "deslegitimar un proceso porque falta un 12% de escrutinio" ─sus declaraciones fueron pronunciadas cuando el recuento de los votos alcanzaba el 88%─. "En todos los países del mundo los escrutinios se hacen para revisar y corregir las actas", explicó, antes de añadir que las irregularidades que se ha encontrado la misión fueron corregidas de inmediato. El representante de UNASUR recordó que cualquiera podrá revisar las actas y sumar los datos y calcular sus resultados, porque toda la información es pública y accesible.

Moreno, vicepresidente de Rafael Correa desde el inicio de su Gobierno, en 2007, hasta 2013, está tan solo a 0,93 décimas de convertirse oficialmente en el heredero político de la "década ganada" con la Revolución Ciudadana. En el caso de que no lo consiga, el todavía mandatario ha llamado a los suyos a prepararse para "una nueva victoria popular en abril", cuando está prevista la segunda vuelta. En cualquier caso ha dado las "gracias" a los ecuatorianos por la amplia victoria de Moreno.