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La iglesia intenta frenar el matrimonio homosexual en Argentina

Los religiosos reclaman que se convoque un plebiscito con la esperanza de impedir la aprobación de ese derecho

EFE

Siguiendo con su papel en otros países, la Iglesia está desplegando su poder para tratar de impedir el matrimonio entre homosexuales en Argentina. Los religiosos reclaman que se convoque un plebiscito con la esperanza de que no prospere un derecho que respalda el Gobierno y cuya aprobación depende del visto bueno del Senado en medio de batallas judiciales para anular casamientos entre personas del mismo sexo.

La convocatoria a un plebiscito 'sería una vía más razonable que la seguida por los legisladores, muchos de los cuales actúan bajo presión', dijo el obispo Antonio Marino en una entrevista que publica hoy el diario La Nación, de Buenos Aires.

'Hay un gran apresuramiento para promulgar la ley. En otros países el debate llevó años', aseguró el obispo, para quien los legisladores que responden al Gobierno peronista de Cristina Fernández 'le temen al plebiscito'.

Marino, un teólogo de 68 años, fue designado por la Conferencia Episcopal Argetina para el seguimiento del debate parlamentario de una reforma del Código Civil ya aprobada por la Cámara de Diputados para permitir el casamiento entre personas del mismo sexo.

'He conversado con varios senadores para presentarles la postura de la Iglesia y muchos admiten que coinciden con nuestra posición y están de acuerdo, pero después aparece el realismo político y terminan apoyando la ley', comentó. Sostuvo que las presiones gubernamentales pesan en muchos senadores 'más que sus propias convicciones'.

'Los legisladores ignoran las implicaciones que están encapsuladas en la letra de la ley'

En opinión de este teólogo los legisladores 'ignoran las implicaciones que están encapsuladas en la letra de la ley', en referencia a que permitirá que los matrimonios entre homosexuales adopten niños, la consecuencia 'más negativa' de esta reforma legal.

No contento con esas palabras aseguró que las uniones entre personas del mismo sexo 'no son el mejor oxígeno para una plena maduración humana'.

'Llama mucho la atención que en momentos en que la sociedad está afectada y preocupada por el índice de inflación, la inseguridad, el desempleo y el drama de la droga, entre otros graves problemas, se fije como prioridad legislativa este tipo de leyes', puntualizó.

Marino, obispo auxiliar de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, insistió en que hace falta 'más tiempo para una decisión más sana'.

El oficialista Frente para la Victoria, fracción predominante en el Partido Justicialista (peronista), que controla 34 de las 72 bancas del Senado, apunta a que la reforma sea aprobada el 14 de julio próximo.

En Argentina sólo está permitida la unión civil entre personas del mismo sexo en cuatro ciudades, entre ellas Buenos Aires, que al aprobarla en 2002 marcó un antecedente en el país y el primer reconocimiento de las parejas homosexuales en Latinoamérica.

Desde fines de diciembre pasado, cuando los argentinos José Di Bello y Alex Freyre se convirtieron en el primer matrimonio entre homosexuales contraído en América Latina, suman una decena las bodas entre personas del mismo sexo en Argentina a pesar de apelaciones judiciales de grupos religiosos.

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