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Hollande tratará de renegociar el pacto con la UE si llega al Elíseo

El favorito para las presidenciales reclama eurobonos y un BCE fuerte

ANDRÉS PÉREZ

El favorito de los sondeos para las presidenciales francesas de la primavera próxima, el socialista François Hollande, ilustró este lunes a las claras lo difícil que le está resultando diferenciarse de su rival, el presidente Nicolas Sarkzoy, y de su tirón en materia de proyecto de austeridad para Europa. Hollande aseguró que si llega al poder 'renegociará' el reciente acuerdo para un nuevo tratado de la UE.

Pero a la hora de señalar qué meterá dentro de la renegociación, sólo citó proyectos que el propio Sarkozy ya ha defendido sin éxito frente a la canciller alemana, Angela Merkel.

El dirigente del PS francés no propone medidas distintas de las que pide Sarkozy

'Si soy elegido presidente de la República, renegociaré este acuerdo', prometió el candidato socialista en una aparente muestra de firmeza frente al acuerdo alcanzado por 26 de los 27 países de la UE, el fin de semana pasado en Bruselas, para rubricar un tratado que consagraría la regla de oro presupuestaria y la austeridad.

No obstante, cuando se trató, ante los micros de una radio privada, de saber si iba a vetar el texto, que en principio debe estar listo en marzo un mes antes de la primera vuelta presidencial, o a someterlo a referéndum, fue menos preciso. 'Ya veremos. De momento no tiene fecha fijada', recalcó, para señalar luego que su único objetivo es 'poner en el tratado lo que le falta hoy la eficacia en los mercados, porque deseo que no se nos degrade la nota entre tanto, por el bien de nuestro país'.

Fue al entrar en los detalles de esa futura 'renegociación' cuando quedó bastante evidente que el candidato del Partido Socialista no tenía grandes novedades que aportar. 'Haré que se agregue lo que falta, es decir la intervención del BCE, los eurobonos, un fondo de rescate financiero' y 'los objetivos de crecimiento', enumeró.

Los eurobonos serían «otra dependencia de los mercados», según

Todos esos puntos, y muy especialmente los eurobonos y un papel más importante del BCE sin modificar los estatutos actuales, han sido defendidos con hincapié por el propio Sarkozy en su larguísima y estéril tanda negociadora con Alemania, que precedió al acuerdo de la semana pasada.

Por otra parte, la coalición a la izquierda del PS, el Frente de Izquierdas, defiende la necesidad de modificar los estatutos del BCE para que este pueda comprar directamente a los estados sus bonos y no, como hace actualmente, financiar a la banca privada, que gana luego comprando esos bonos a los estados.

En cuanto a los eurobonos, cada vez que Sarkozy los ha reclamado, Merkel se ha negado en redondo. El Frente de Izquierdas, por su parte, estima que con los estatutos actuales del BCE, los eurobonos 'serían una dependencia más respecto a los mercados financieros', puesto que los operadores privados serían de nuevo los únicos con acceso a ese mercado primario. Por otra parte, el Frente ya ha lanzado una campaña para exigir un referéndum sobre el futuro tratado de austeridad, si llegara a concretarse.

Hollande reiteró su posición favorable al equilibrio presupuestario, pero no quiso citar la necesidad de una 'regla de oro' de límite del déficit. Hasta ahora se había dicho partidario de la misma, pero a condición de que fuera aprobada después y no antes de las presidenciales, como lo exige Sarkozy.

Los equipos de Sarkozy estimaron de inmediato que esas palabras ofrecían un buen nuevo ángulo de ataque, y el propio primer ministro, François Fillon, bajó a la arena. 'Lo que está en juego es la credibilidad de Francia, porque no se puede decir a los mercados que hubo un acuerdo europeo en diciembre, y que no se sabe si seguirá siendo válido en abril o mayo', tras las presidenciales francesas, recalcó el jefe del Gobierno. 'Es una actitud totalmente irresponsable en medio de las dificultades que atravesamos'.

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