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Actualizado:El pánico a un desastre nuclear ha recorrido este viernes toda Europa y gran parte del mundo. No es que Rusia haya lanzado la temida bomba atómica, como insinúa que está dispuesta a hacer en caso de que la OTAN intervenga en la en Ucrania. El terror se ha apoderado de las localidades de la región de Zaporiyia, a orillas del río Dniéper, y rápidamente se ha extendido hasta los más altos niveles diplomáticos a causa de los combates registrados durante la madrugada en las inmediaciones de la mayor central nuclear de Europa.
A un centenar de kilómetros de la capital regional, en la localidad de Energodar, se encuentra la planta nuclear en activo más grande del continente, con seis reactores. La madrugada del viernes, los combates han llegado a las instalaciones de la planta y ha ardido un edificio administrativo haciendo saltar todas las alarmas. La catástrofe, asegura Ucrania, podría haber sido diez veces mayor que la de Chernóbil, ya inactiva y en manos rusas desde el 24 de enero.
Las autoridades confirman que no hay escapes de radiación. "Por suerte", ha matizado este viernes Rafael Grossi, director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que ya había trasladado su preocupación el jueves. Grossi, diplomático argentino, lamentó que se hubiera puesto en riesgo "la seguridad física" de la planta y ha pedido a las autoridades rusas y ucranianas que un equipo de expertos pueda examinar el estado de las instalaciones en persona.
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido de urgencia este viernes para tratar este peligroso episodio del que Rusia culpa a grupos ucranianos. El embajador de Putin ante la ONU, Vasili Nabezia, ha afirmando que se trata de una campaña de desinformación contra Rusia y que sus tropas ya centraban la central desde el 28 de febrero.
Sin embargo, los combates en la zona habían marcado ya varias jornadas. Vecinos y voluntarios, aseguró el Ayuntamiento de Energodar el jueves, habían bloqueado los accesos a la central con barricadas, neumáticos y camiones cisterna atravesados para detener la ofensiva, pero fue en vano. La central ya está controlada por Moscú.
"Las operaciones militares alrededor de instalaciones nucleares y otras infraestructuras civiles no son sólo inaceptables, sino altamente irresponsables", denunció Rosemary DiCarlo, la jefa de Asuntos Políticos de la ONU. La Embajada de EEUU en Ucrania calificó el asalto ruso de "crimen de guerra" y en el Consejo de Seguridad de la ONU también se ha recordado que los combates en esos entornos violan la ley internacional.
La intención de la ONU, donde Rusia tiene derecho de veto, es no solo condenar el ataque en Energodar, sino evitar que se repita a causa del avance ruso en las otras tres centrales nucleares del país invadido por Putin. Francia va a proponer junto a sus socios medidas para garantizar la seguridad de las cinco principales centrales nucleares de Ucrania para que las partes lleguen a un acuerdo sobre el tema.
Rusia quiere evitar un rearme nuclear de Ucrania
Razón real o pretexto para controlar la producción eléctrica de su enemigo, lo cierto es que cuando Putin anunció la invasión de Ucrania alegó un motivo de peso: los supuestos planes de Kiev de restablecer su potencial nuclear, al que renunció tras la caída de la URSS a cambio de garantías de seguridad.
Con menos pruebas que las que mostró EEUU para justificar su invasión de Iraq en 2003, el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, aseguró esta semana que Ucrania trabaja en la fabricación de armas nucleares. De ahí el gran interés en controlar primero Chernóbil y ahora Energodar.
"Según datos del Ministerio de Defensa de Rusia, Ucrania conservó el potencial técnico para crear armas nucleares y tiene más capacidades para ello que Irán o Corea del Norte", aseguró Narishkin, que añadió que EEUU apoya esos planes. Sin embargo, la Agencia Internacional de la Energía Atómica niega que el Gobierno de Zelenski haya desviado material nuclear.
Avance ruso hacia Odesa
Mientras la comunidad internacional enfurecía por la toma de Zaporiyia, el avance ruso continuaba este viernes. Tras la toma de Jersón, al sur de Ucrania, las tropas rusas se disponen a dar la batalla por Odesa, última salida al mar con la que cuenta el Ejército ucraniano, que tiene allí una gran base militar.
La ciudad, que recibió el título de "heroica" de manos de Stalin por resistir durante más de 70 días el cerco alemán y rumano durante la Segunda Guerra Mundial, ya prepara su defensa con soldados, milicias de la Fuerza de Defensa Territorial y voluntarios.
Esta vez, la invasión llega desde Moscú y, según informa EFE, todos rezan para que el mal tiempo retrase el desembarco de los soldados rusos que ya están rumbo al puerto ucraniano del Mar Negro.
Según informan las autoridades ucranianas, se espera que el avance ruso golpee con fuerza el puerto de Berdiansk y las ciudades de Zaporiyia y Melitopol antes de cargar contra Odesa. En el camino desde Jersón, la columna de blindados rusos ha chocado con la defensa de Mykolaiv, una ciudad de medio millón de habitantes a 60 kilómetros al norte, donde se han registrado fuertes combates en los últimos días.
Las fuerzas ucranianas aseguraron este viernes que han recuperado el control del aeropuerto militar de Kulbakino, cerca de la ciudad, y que han repelido la ofensiva rusa. "Ya no hay orcos en la ciudad", informaba en su canal de Telegram Vitaly Kim, gobernador de la región, en referencia los soldados de Moscú. Aunque alertan de que la columna rusa volverá a intentar hacerse con el aeródromo y asediar la ciudad, que abre el paso hacia Kiev, en el norte, y hacia la portuaria Odesa en el suroeste.
Desesperación en los andenes de Kiev
En Kiev siguen produciéndose avalanchas en la estación central de trenes que evacúan a mujeres y niños hacia el oeste del país. No son solo residentes de la capital, sino de otras ciudades bajo asedio ruso como Mariúpol, totalmente cercada; Járkov, arrasada por continuos bombardeos; o Zaporiyia; hacia donde se dirige ya el Ejército ruso tras tomar la central nuclear.
Más de 1,2 millones de personas ya han abandonado el país, según la ONU
Buscan refugiarse en Polonia y otros países vecinos, a donde están llegando riadas de personas desde hace diez días. Según las Naciones Unidas, más de 1,2 millones de personas ya han abandonado el país a causa de la invasión rusa, entre ellos, ciudadanos de más de 170 nacionalidades.
Bruselas aprobó ayer la directiva que proporciona residencia temporal en cualquier estado de la UE, aunque las solicitudes de asilo registradas en los países son todavía escasas. La prioridad es alejarse de Ucrania y, quien pueda, reunirse con familiares o conocidos en otros países.
Los bombardeos continúan cayendo sobre distintos barrios de la capital y las escenas en la estación de Kiev muestran cada vez más desesperación en los andenes. La ciudad lleva una semana esperando la gran ofensiva rusa que avanza desde el norte en una enorme columna de blindados. Solo es cuestión de tiempo. Todos saben que la situación va a empeorar, según las propias palabras de Vladimir Putin.
Se preparan corredores humanitarios y más conversaciones
El jueves habló con el presidente francés, Emmanuel Macron, a quien le dijo que la ofensiva iba a recrudecerse si Ucrania no capitulaba. "Lo peor está por llegar", concluyó el galo. Este viernes, Putin ha telefoneado al canciller alemán, Olaff Scholz, a quien ha informado de que habrá una nueva ronda de negociaciones con Ucrania que se prevé posiblemente para este fin de semana. Putin y Scholz volverá a hablar "próximamente".
Mientras, se prepara el alto el fuego temporal para la evacuación de civiles acordada el jueves entre Moscú y Kiev. La Presidencia ucraniana ha informado de la creación de un grupo de trabajo junto a Rusia y el Comité Internacional de la Cruz Roja para coordinar la logística de la evacuación de varias ciudades, informa EFE.
Preocupan Mariúpol, donde no hay suministro de agua, electricidad ni calefacción, al borde de una catástrofe humanitaria, según el Ayuntamiento, por lo que Kiev quiere evacuar a unas 200.000 personas.
Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha comunicado al secretario general de la ONU, António Guterres, de que sus tropas ya han creado corredores humanitarios en las áreas bajo su control, por donde han evacuado casi 150.000 personas.
El Gobierno de Kiev quiere evacuar nueve lugares: Sumy, en el noreste, Cherníov (noreste), Járkov (este), Kiev (norte), Mykolaiv (sur), Zaporiyia (sureste), Jersón (sur) y las regiones de Lugansk y Donetsk (este).
La guerra no va a parar. Lo ha dicho el propio Putin y lo ha confirmado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que no descarta más sanciones contra Rusia. "Seguimos dispuestos a adoptar más medidas si Putin no se detiene y revierte la invasión", ha dicho en una comparecencia en Bruselas junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
Además de las sanciones, que han depreciado el rublo y han obligado a mantener la bolsa rusa cerrada durante toda la semana, la UE ya ha comenzado con el envío de armas a Ucrania. La OTAN, sin embargo, se mantiene al margen del conflicto y este viernes ha rechazado imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania, como ha pedido el presidente Volódimir Zalenski.
"No deberíamos tener aviones de la OTAN operando en el espacio aéreo ucraniano o tropas de la OTAN en el territorio ucraniano", ha zanjado Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza.
Rusia no quiere ocupar Ucrania
Por otra parte, el embajador ruso ante la sede de Naciones Unidas en Ginebra, Gennady Gatilov, ha asegurado este viernes que Rusia no tiene la intención de ocupar Ucrania y que sus tropas se retirarán una vez hayan cumplido su objetivo: "desnazificar"y "desmilitarizar".
Putin quiere "garantías de que no habrá amenazas que provengan de Ucrania contra Rusia" y, tras cerciorarse, "será el pueblo ucraniano el que decida sobre su futuro político", sostuvo el diplomático.
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