Las trabas han sido constantes hasta lograr dispersar a los centenares de personas que desde hace días esperaban en Estambul (Turquía) para escoltar 5.500 toneladas de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. La misión, convocada por la Coalición de la Flotilla de la Libertad, tenía el objetivo de romper el bloqueo naval impuesto por Israel a este territorio en 2007, y socorrer al millón y medio de palestinos que se encuentran bajo asedio del Estado sionista desde los atentados perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre.

La noche del viernes 26 de abril la organización Rumbo a Gaza, miembro de la coalición, explicó que Guinea-Bisáu, país al que pertenecen las banderas del carguero Anadolu y el buque de pasajeros Akdeniz, ha ordenado retirarlas. "Sin bandera, no podemos navegar", han lamentado desde la Flotilla en una rueda de prensa celebrada hoy en Estambul (Turquía). Este hecho obliga a retrasar la salida de los barcos hasta nuevo aviso, por lo que Rumbo a Gaza ha pedido a los integrantes de su delegación que vuelvan a sus hogares.

Este era uno de los desenlaces más probables desde que el jueves 25 se anunciara a última hora de la tarde que el Registro Internacional de Buques del país africano (GBISR) estaba realizando una inspección técnica a uno de los navíos. La Flotilla ha confirmado que en la comunicación del Gobierno de Guiena-Bisáu se hacía referencia específica a la misión prevista para Gaza, y solicitó confirmación del destino de los buques, su escalas y exigió una carta formal en la que se aprobara explícitamente el transporte de ayuda humanitaria, así como un manifiesto completo de la carga.

El viernes 26 por la mañana la Flotilla informó que no conocía el resultado de la revisión. "No creemos que vayan a encontrar nada porque tenemos toda la documentación en regla, el barco ya está listo para zarpar", explicó entonces Ismail Songür, presidente de la fundación turca IHH. Esta organización religiosa ha sido la responsable de recabar toda la ayuda humanitaria, así como de financiar el viaje.

Un "buen amigo" de Israel

Umaro Sissoco Embaló, presidente de Guinea-Bisáu, fue el primer líder africano en visitar Israel después de los atentados de Hamás. El pasado marzo, se reunió con su homólogo israelí, Isaac Herzog, en un encuentro que ambos describieron positivamente. "Eres un buen amigo de Israel", afirmó en aquel momento el presidente del Estado sionista. La Flotilla de la Libertad afirma que Israel ha presionado a Guinea-Bisáu para que retire su bandera de los barcos.

Según informó la Agencia de Noticias de Palestina (WAFA), en este mismo viaje Embaló también se reunió en Ramallah (Cisjordania) con el presidente del Estado Palestino, Mahmoud Abás. El líder palestino informó a Embaló de la evolución de la guerra, denunció de nuevo la ocupación de los territorios palestinos y las posiciones de Embaló sobre este asunto en foros internacionales. El líder africano también realizó una ofrenda florar en la tumba de Yasser Arafat.

Pero a pesar su apoyo simbólico a los palestinos, las exigencias de Embaló a la expedición, así como la retirada de sus banderas de los barcos, hacen pensar a la Flotilla que Guinea-Bisáu se ha plegado a los intereses de Israel. "Lamentablemente, Guinea-Bisáu se ha hecho cómplice de la hambruna deliberada, el asedio ilegal y el genocidio de los palestinos de Gaza por parte de Israel".

Embaló lleva más de cuatro años gobernando Guinea-Bisáu, uno de los diez países más pobres del continente según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA). El PIB de este país ronda los 490 dólares anuales, según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). Embaló alcanzó la presidencia de Guinea-Bisáu en 2020 tras unas elecciones que fueron impugnadas por el candidato rival, Domingos Simões Pereira. En 2022, se produjo un intento de golpe de estado que mantiene en tensión a la nación africana.

Público preguntó el pasado viernes a IHH cuáles eran las razones por las que se había escogido la bandera de Guinea-Bisáu, sin obtener respuesta. 

"Israel no es el único que ha intentado pararnos", Ann Whrite, exmilitar estadounidense y portavoz de la Flotilla. "Los Estados Unidos de América, cómplice en este genocidio, también ha sido muy muy activo en parar esta flotilla". También ha informado que este sábado, 20 congresistas estadounidenses han firmado una carta dirigida al presidente norteamericano Joe Biden exigiéndole que le pidiera a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, que frenara la salida de la Flotilla.​

Paralelamente, el pasado martes 23 de abril, el Senado estadounidense aprobó una nueva ayuda militar para Israel de unos 26.000 millones de dólares. Esta se integra en un paquete aún más amplio, dirigido a financiar a los ejércitos de Ucrania y Taiwán.

La financiación de la guerra sigue creciendo mientras la ayuda humanitaria sigue sin entrar en la Franja de Gaza. Como ya contó Público, el informe anual de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC) ha estimado que Gaza se encuentra en el nivel de "catástrofe de hambruna", el más alto de los cinco niveles definidos por la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC).

Por su parte, tras la denuncia de Sudáfrica en diciembre de 2023, la Corte Internacional de Justicia pidió a Tel Aviv tomar medidas para prevenir actos genocidas en Gaza y permitir la entrada de ayuda humanitaria "sin demora". El Alto Tribunal de la ONU aún tiene que pronunciarse acerca de la posibilidad de que el Estado sionista esté cometiendo un genocidio contra los palestinos.

Mientras, crece la presión militar sobre la ciudad de Rafah donde se refugian 1,4 millones de palestinos. A lo largo de esta semana Israel ha desplazado sus tanques a la frontera, dispuesto a llevar a cabo una ofensiva terrestre a gran escala.

Cuatro retrasos en dos semanas

A pesar del contratiempo, la organización española Rumbo a Gaza y el resto de las que componen la coalición avisan de que no cejarán en su empeño por romper el bloqueo naval, y aseguran que tarde o temprano la ayuda llegará a Palestina. "Tenemos plan A, B, C y hasta la Z", dejó claro Songür en la reunión celebrada el pasado jueves.­

Este ha sido el último de los muchos obstáculos que Israel ha puesto a la misión humanitaria y que han pospuesto la salida del barco de aguas turcas en cuatro ocasiones. Tras un primer retraso, la fecha escogida para zarpar fue el domingo 21 de abril. Aquella misma noche se informó a los participantes de que "un pequeño incidente" con el buque de pasajeros había obligado a cerrar el muelle que daba acceso al barco. Las trabas burocráticas obligaron a establecer un nuevo día: el miércoles 24 de abril. Los más veteranos de la organización no se aminoraron, afirmando que es parte del proceso de salida.

El martes 23 se convocó de nuevo a los participantes de la expedición para explicar, desde la organización, que la Autoridad Portuaria de Turquía les había requerido una nueva documentación, y que la salida de los barcos se fijaba, definitivamente, para el viernes 26 de abril. El Gobierno de Erdogan ha mantenido un perfil bajo en lo relativo a la salida de los barcos. Ni él ni nadie de su Gabinete ha hecho declaraciones públicas de apoyo a la expedición. Tampoco los periódicos turcos han hecho una gran cobertura de la misión humanitaria, que en cambio sí ha llamado la atención de medios israelíes, estadounidenses y españoles.

Pero, en realidad, lo que se detrae de las reuniones abiertas celebradas por la expedición cada día es que el líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) tampoco estaba poniendo de su parte para que el proyecto avanzase. Por el contrario, durante días han ido apareciendo pequeños contratiempos burocráticos que han ido atrasado la salida. En un intento de sacar músculo y presionar al Gobierno turco, la Flotilla de la Libertad e IHH organizaron el domingo 21 una manifestación en apoyo del pueblo palestino.

Cargos públicos y activistas en la delegación española

En el camino no han faltado las intimidantes indirectas a los activistas de la expedición. Medios de comunicación israelíes explicaron que Netanyahu estaba preparando a la unidad de élite Shayetet 13 para asaltar el barco de civiles.

Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, calificó estas comunicaciones como "amenazas". Colau y otros tres cargos públicos se sumaron a la misión humanitaria dispuestos a subir a los barcos: Martina Velarde, diputada de Podemos por Granada, Nerea Férnandez, diputada de IU, y Nicolás Sguiglia, concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Málaga. En la comitiva que llegó a Estambul también se encontraba Jaume Asens, exconcejal de Barcelona y aspirante a eurodiputado por Sumar, si bien no tenía previsto subir al barco.

Con el último retraso, y tras una semana esperando la salida de la Flotilla hacia la costa de Gaza, los cinco comunicaron que debían volver a España para continuar con sus responsabilidades públicas, pero se comprometieron a volver en el momento en el que los barcos estuvieran listos para zarpar.

A pesar de las innumerables trabas, tanto los políticos como los activistas dicen no sentirse intimidados por la estrategia de desgaste desplegada por Israel. "Es nuestra responsabilidad mantener la esperanza", ha exclamado este sábado en Estambul Huwaida Arraf, abogada y portavoz de la Flotilla de la Libertad. Y ha repetido con convicción: "Navegaremos".