bruselas
El Tribunal Constitucional polaco provoca una crisis institucional sin precedentes: declara la supremacía de su Carta Magna sobre el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), la savia y núcleo de la integración europea.
¿Qué ha pasado?
Era una bomba de relojería. Y ha terminado estallando. El Tribunal Constitucional de Polonia ha declarado que los artículos 1 y 19 de los tratados europeos son incompatibles con la Carta Magna del país. Según la corte, "la UE no tiene competencia para evaluar a la justicia polaca y su funcionamiento". El fallo responde a una pregunta de Mateusz Morawiecki, primer ministro del país. Su partido, el ultraconservador PiS —aliado de Vox en la Eurocámara— ha intentado desmantelar la independencia judicial desde su llegada al poder en 2015, lo que ha provocado un enfrentamiento directo con Bruselas. El país se convirtió en 2017 en el Estado miembro en la historia de la UE bajo el Artículo 7, el mecanismo que previsto para defender los derechos y valores fundamentales y que en última instancia elimina el derecho de voto y de veto de un país. Por ello se le conoce como el botón nuclear de los tratados.
¿Qué implica la sentencia?
Se trata de una medida sin precedentes. Nunca nadie había llegado tan lejos en el seno de la UE. En términos prácticos, supone la salida del país del ordenamiento jurídico de la UE. Varsovia puede ahora desacatar las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), que es la máxima instancia judicial europea. Los fallos de la corte de Luxemburgo están por encima de cualquier tribunal nacional. La columna vertebral de la integración y la cohesión europea es la primacía de su Justicia sobre la nacional.
El TJUE es el maná que vela por los derechos de más de 450 millones de ciudadanos. Es también uno de los pilares de la construcción y la integración europea. Desde las euroórdenes hasta las cláusulas suelo pasando por los derechos de compensación en los vuelos, Luxemburgo sienta cátedra a lo largo y ancho de la UE.
¿Polexit a la vista?
Muchos se preguntan ahora cómo un miembro que ha desacatado la esencia más sagrada del proyecto comunitario puede ser formando parte de él. Lo cierto es que la UE no tiene herramientas para expulsar a un país. Los tratados solo contemplan la posibilidad de que un Estado miembro lo solicite de forma voluntaria, como hizo el Reino Unido tras el veredicto del Brexit. Y Polonia ni quiere ni está interesada en abandonar el club. Esta nueva provocación supone elevar la tensión que Bruselas y Varsovia arrastraban desde hace años a un nuevo máximo. Ambos se encarrilan sin freno a una crisis institucional de consecuencias imprevisibles.
Implicaciones inmediatas
No es la primera vez que una corte nacional se enfrenta al TJUE. Hace unos meses el propio Tribunal Constitucional alemán echó un pulso a Luxemburgo en torno al programa de compra de deuda del Banco Central Europeo. Pero nunca se ha llegado hasta el final. Y siempre se ha concluido sin llegar a las manos.
El hecho de que el Tribunal Constitucional polaco lo haya llevado al extremo marca un cisma en la UE. Es un hito sin precedentes. En una conversación previa con Público, Gavin Barret, profesor de la Universidad de Derecho Sutherland y experto en derecho europeo, explicaba que este paso podría "suponer una amenaza para la UE mucho más grave que el Brexit" y abrir una crisis "existencial e institucional" en la que nunca antes se ha toreado.
El terremoto institucional ya está aquí. Y puede convertirse en un tsunami doméstico. Polonia no va salir de la UE. Pero es incompatible que permanezca dentro del club sin acatar las sentencias del TJUE. La reacción inmediata de la Comisión Europea será contratacar con el dinero. Los ciudadanos polacos son de los más entusiastas con el proyecto comunitario. El desarrollo económico del país se debe en buena parte a su entrada en el bloque y a las anuales partidas que recibe. Es uno de los países más beneficiados en términos económicos. Prescindir de ello podría poner a los ciudadanos en contra de su propio gobierno.
Qué puede hacer la UE
La principal bazuca europea para responder es la financiera. Este jarro de agua fría llega con el Plan de Recuperación polaco congelado. La Comisión Europea ha pospuesto la entrega de los 36.000 millones de euros que le corresponden al país en el marco del Fondo Europeo de Recuperación por sus ataques a minorías como el colectivo LGTBi, el Estado de Derecho y el desmantelamiento de la independencia del poder judicial. Con este varapalo, el país podrá quedar privado de este monto económico. "El fallo de hoy será doloroso para los ciudadanos polacos. Tendrán que asumir el coste de la parálisis de estos fondos. El PiS ha iniciado esta trampa. Es su desastre", ha señalado el eurodiputado Daniel Freund, de Los Verdes.
Además, con toda probabilidad la Comisión Europea abrirá un procedimiento de infracción, que se sumará a los muchos que el país acumula por socavar su sistema judicial y asfixiar a sus jueces. En última instancia, ignorar sentencias de la máxima instancia judicial europea puede implicar multas millonarias. Polonia se arriesga a no solo perder dinero de los presupuestos comunitarios sino a hacer frente a penalizaciones multitudinarias. Son muchos los que piden, además, una respuesta contundente y política por parte de Bruselas.
Primera respuesta de la Comisión Von der Leyen
La Comisión Europea ha reaccionado dos horas después de conocerse la sentencia con la cautela que le caracteriza. El Ejecutivo comunitario, que es el guardián de los tratados, recuerda que el derecho comunitario tiene primacía sobre cualquier fallo nacional y que las sentencias del TJUE son jurídicamente vinculantes para todos sus miembros. "La UE es una comunidad de valores y de ley, que debe ser respetada por todos los Estados miembros. Los derechos de los europeos protegidos en los tratados deben ser protegidos vivan donde vivan en la UE", ha señalado en un comunicado explicando que los equipos legales están revisando la sentencia para determinar los próximos pasos.
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