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Enfrentamiento en Hebrón por el control de la mezquita

Netanyahu declara el recinto patrimonio cultural israelí

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La decisión de Israel de declarar la mezquita de Abraham, en Hebrón, y la tumba de Raquel, en Belén, lugares del patrimonio cultural judío han desatado violentas protestas en los territorios ocupados durante los últimos cinco días. El ejército israelí ha reprimido las manifestaciones más concurridas, en Hebrón, causando heridas a decenas de palestinos, incluidos varios niños menores de 10 años.

Los peores incidentes se registraron el jueves, el día que se cumplieron 16 años de la matanza del médico israelí de origen estadounidense Baruj Goldstein, quien el 25 de febrero de 1994 mató, con su arma reglamentaria, a 29 palestinos que estaban rezando en el interior de la mezquita de Abraham.

A Goldstein, que falleció en la misma mezquita tras su matanza, lo consideran un auténtico héroe muchos judíos. Está enterrado en un mausoleo en la colonia de Kiryat Arba, junto a Hebrón, que se ha convertido en lugar de peregrinación para judíos radicales de Israel y del extranjero. Para hoy están previstos una serie de actos en su honor.

Los incidentes de esta semana se iniciaron cuando el primer ministro Binyamin Netanyahu dijo que la mezquita de Abraham y la tumba de Raquel forman parte del patrimonio cultural de Israel, a pesar de que se encuentran en territorio ocupado.

Los israelíes han dividido la mezquita de Hebrón en dos sectores, uno para judíos y otro para musulmanes, una medida que los árabes, que durante siglos han guardado el lugar, no aceptan. El recinto, conocido como Cueva de los Patriarcas por los judíos y por los musulmanes como la Mezquita de Ibrahim, tiene una pequeña sección que visitan exclusivamente los judíos desde la matanza de Goldstein y que contiene dos salas de culto.

En cuanto a la tumba de Raquel, el ejército sólo permite la entrada libre de judíos y exige permisos especiales a los palestinos que quieren visitarla.

El jueves, después de cuatro días continuados de altercados, Netanyahu se desdijo parcialmente. Aseguró que sus palabras han sido 'malinterpretadas' en Occidente, puesto que la declaración de los dos santuarios como patrimonio cultural judío no tendrá mayores consecuencias. Washington, sin embargo, le ha instado a que pronuncie esas mismas palabras públicamente, delante de las cámaras de la televisión, algo que Netanyahu todavía no ha hecho.

Unos 500 colonos residen en el centro de Hebrón fuertemente protegidos por el ejército. Estos colonos, que se encuentran entre los más radicales, continuamente se enfrentan a la población palestina. Durante los últimos días, apoyados por los de Kiryat Arba, han salido al encuentro de los manifestantes palestinos.

Los enfrentamientos se han convertido en moneda de cambio de Israel, que parece pensar que son necesarios para su propia existencia como Estado. La misma declaración de Netanyahu que ha desencadenado los incidentes no es más que un nuevo desafío a los árabes, o, como dicen los norteamericanos, una 'provocación'.

En Israel se recuerda que durante su primer mandato, entre 1996 y 1999, Netan-yahu ya suscitó varias 'provocaciones' contra los árabes. En opinión del diario Maariv, el primer ministro 'no ha aprendido ninguna lección'. El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, calificó la decisión israelí de 'unilateral' y destinada a 'convertir lugares palestinos en Hebrón y Belén en parte de Israel, lo que demuestra que no hay un interlocutor para la paz, sino una potencia ocupante que trata de consolidar su presencia en tierra palestina'.

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