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Actualizado:Esta semana se va a celebrar la cumbre europea decisiva para el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, en la que debería acordarse un pacto "provisional" sobre el periodo de transición post-Brexit tras la fecha de retirada de Gran Bretaña, en marzo de 2019. La UE quiere garantizar a las empresas que durante los siguientes dos años se mantendrá el status quo, en ese periodo de adaptación a la nueva situación.
Sin embargo, en estos momentos el mayor escollo para alcanzar ese acuerdo de transición es el bloqueo de las negociaciones sobre cómo evitar que se vuelva a levantar una frontera "dura" (física y con aduanas) en Irlanda, entre la república del sur que permanecerá en la Unión y el Ulster.
Público ha conversado con el embajador del Reino Unido en España. Simon Manley –exdirector de Europa y de Defensa y Amenazas Estratégicas, así como exjefe del departamento de Economía de la UE, centro-Europa e Irlanda, del Foreign & Commonwealth Office–, sobre las perspectivas de futuro para su país y para la UE tras el Brexit. Desde la atalaya de la Embajada británica en la Torre Espacio de Madrid –y de 20 años de ejercer cargos diplomáticos de gran responsabilidad sobre Europa–, este licenciado en Historia Moderna por Oxford, casado con una abogada española con la que tiene tres hijas, se muestra francamente optimista.
Londres afirma no se mantendrá en la Unión Aduanera, pero ¿no es eso imprescindible para asegurar que la frontera entre las dos Irlandas siga totalmente abierta?
La Unión Aduanera tiene el problema de que si estás dentro no puedes firmar acuerdos de libre comercio con países terceros… Pero Irlanda es importante y nuestro compromiso con los acuerdos de Belfast o de Viernes Santo es absoluto. Nuestra convicción de que no vamos a tener ningún tipo de frontera física entre las dos partes de Irlanda es también absoluta. Tenemos que trabajar con nuestros amigos y con nuestros socios, con Dublín y con la Comisión Europea, para encontrar soluciones. Y las habrá. Aunque no podemos aceptar tampoco que haya una frontera marítima entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. El pueblo británico votó a favor de la salida de la UE y vamos a salir de la UE como un país unido; negociamos como un solo país. Como dice Theresa May, ahora debemos reforzar la unión tanto de las naciones como de los pueblos de nuestro país.
Londres subraya que ha de cumplir la decisión del pueblo, de los ciudadanos, en las urnas. Pero desde el referéndum de 2016 se ha producido un frenazo en la economía del Reino Unido…
Bueno… mucho menos importante de lo previsto, ¿no? Estamos ahora en un nivel de crecimiento cercano al 2%, con una tasa de paro inferior al 5%. Claro que queremos reforzar este crecimiento y asegurarnos de que todos los británicos pueden beneficiarse de ese desarrollo. Creo que, en general, la situación económica de nuestro país no es tan mala.
Eso acaba de decir el ministro de Finanzas, Philip Hammond. ¿No están tratando de poner buena cara ante el mal tiempo que pronostica el Brexit?
Tenemos retos, como muchos países occidentales, por ejemplo el de la productividad. Pero en otros aspectos, la economía británica es sólida: insisto, el desempleo está en sólo el 4,4% y nuestra una tasa de crecimiento es bastante buena, aunque sea inferior a la de España [la prevista para 2018 es del 1,5%]. En abril, el salario mínimo se situará en el equivalente a 1.400 euros al mes, mientras el déficit público está ya en el 2,2% y sigue bajando, desde máximos de más del 10% en 2010. Pero, por encima de todo, somos un país innovador. Para las economías occidentales, el futuro debe basarse en la tecnología, la calidad de la formación de las personas, la inversión en las infraestructuras…
"El nivel de nuestras universidades y centros de I+D está en la cima mundial y por eso hay tantos investigadores españoles trabajando y formándose en el Reino Unido"
Hemos elaborado un gran plan de inversiones en infraestructuras (por ejemplo, en aeropuertos, como Heathrow), y en cuanto a I+D [investigación y desarrollo] tenemos las dos mejores universidades en tecnología del mundo… el nivel de calidad de nuestras universidades y de nuestros centros de I+D está en la cúspide mundial. Por eso hay tantos investigadores y estudiantes españoles trabajando y formándose en nuestro país. Y en el sector de alta tecnología, el triángulo Oxford-Londres-Cambridge es el más importante del mundo en innovación tecnológica… En Londres, el centro de Fintech [Tecnología Financiera] es también el más importante del mundo. Y tenemos otro muy importante en Belfast. Así que gozamos de muchas ventajas, a pesar del reto del Brexit, y lo que debemos hacer es ver cómo invertimos para asegurar el éxito futuro de la economía británica.
Pero los laboristas están subiendo en las encuestas. ¿Es una penalización del electorado a los 'tories' por la gestión del Brexit?
Los sondeos cambian todo el tiempo. El Gobierno está haciendo un muy buen trabajo para gestionar lo que es un reto muy importante. Hemos creado un Ministerio de Salida de la UE para hacer frente a todos los niveles prácticos del Brexit, y el Gobierno está gestionando también los aspectos diferenciales de por ejemplo Escocia o Gales… así que estamos poniendo las condiciones para que el Brexit sea un éxito.
¿No van a ser otro problema las relaciones de Gibraltar con la UE, y sobre todo con España, tras la salida del Reino Unido?
Estamos los tres gobiernos examinando los retos del Brexit, que son muy importantes para Gibraltar, pero hemos de considerarlo también como una oportunidad que se abre para reforzar la colaboración entre el Gobierno de Gibraltar y sus vecinos, sobre todo en cuanto a aumentar la prosperidad de toda la zona. Hemos de considerar los retos que hay al otro lado de la frontera, y creo que hay un potencial muy importante, si lo intentamos juntos, para promover la prosperidad y la seguridad de toda la zona de Gibraltar.
¿Se hicieron avances para ello en el encuentro sin precedentes entre Fabian Picardo y Susana Díaz?
Fue un paso importante por parte de la presidenta de la Junta de Andalucía. Esos contactos directos son un avance muy positivo para reforzar las bases de los aspectos prácticos de la colaboración a la que me refería. Es un asunto complicado, con desafíos importantes, pero creo que estamos todos –el Gobierno español, el Gobierno de Gibraltar, el Gobierno británico– trabajando para mirar hacia un nuevo futuro; concentrarnos en lo que necesitan los ciudadanos de la zona, los miles de españoles que trabajan cada día en Gibraltar, las empresas de los dos lados de la frontera. Para ver cómo podemos trabajar juntos y mejor, en el futuro, en beneficio de toda la zona de Gibraltar.
Hay muchas otras incógnitas sobre el papel del Reino Unido en el mundo tras el Brexit. Por ejemplo, ahora posee el sector financiero más potente del mundo. ¿Lo será también tras dejar la UE?
Hay muchas predicciones sobe lo que va a pasar, y claro que habrá consecuencias. Pero Londres… bueno no sólo Londres, porque cuando hablamos del sector financiero en nuestro país tienen también mucha fuerza Edimburgo, Belfast, Leeds… ¡incluso Bournemouth! La fortaleza de nuestro sector financiero, como dijo la semana pasada el alcalde de la City of London, Charles Bowman, cuando estuvo aquí en Madrid, se debe a una multitud de factores. En Londres tenemos un ecosistema que tiene sus orígenes en los siglos XVII y XVIII. No es sólo cuestión de los bancos, de las entidades financieras, de los bufetes de abogados… sino también de la fortaleza del idioma inglés, de su posición geográfica, de la reputación del Derecho Comercial británico, de nuestro sistema judicial como garantía para las empresas internacionales… Por eso Londres no es sólo un centro financiero británico, sino también europeo y global.
"Si se hace daño al sector financiero de Londres los ganadores no serán Fráncfort ni Madrid ni París, sino Nueva York, Singapur y Hong Kong. Y los perdedores serán las empresas europeas"
Por eso tenemos confianza en el futuro. Hay 50.000 personas trabajando en el sector Fintech [tecnología financiera] en Londres. Es el centro Fintech más importante del mundo en estos momentos. Y por todo esto, yo tengo confianza en el futuro de nuestro sector financiero. Pero, claro, la UE tiene que preguntarse qué quiere. Porque el centro financiero londinense es ahora europeo y ahí van las empresas españolas y alemanas para encontrar financiación. Y si se hace daño a Londres los ganadores no serán Fráncfort ni Madrid ni París. Serán Nueva York, Singapur y Hong Kong. Y los perdedores serán las empresas europeas que buscan financiación en Londres y en otros centros del sector financiero británico.
También el sector industrial británico está en riesgo. La patronal de los grandes fabricantes alemanes acaba de hacer una declaración advirtiendo de que si no se llega ahora al acuerdo para establecer una “fase inicial de implementación que mantenga el status quo”, Alemania sufrirá, pero también sufrirá el Reino Unido. ¿Es posible alcanzar ese acuerdo provisional este jueves y viernes?
Creo que sí. Es muy importante que logremos un acuerdo en la cumbre de esta semana de la UE sobre este periodo de transición, que dé continuidad jurídica tanto a las empresas como a los ciudadanos. Pero sobre todo a las empresas, para que tengan tiempo de prepararse para el futuro y todos tengamos tiempo para negociar un buen acuerdo definitivo. Es preciso que en diciembre alcancemos un acuerdo sobre Irlanda, sobre el Presupuesto y también sobre los ciudadanos, que dé más tranquilidad a los españoles que van trabajar y estudiar a nuestro país y a los británicos que viven aquí.
"Salimos de la UE, pero no salimos de Europa y seguimos teniendo las mismas amenazas, sobre todo la de nuestros amigos rusos, y tenemos que trabajar juntos"
Ahora tenemos en marcha tres negociaciones en paralelo: en primer lugar este acuerdo para el periodo de transición; segundo, finalizar un acuerdo general sobre nuestra salida; y tercero comenzar a hablar sobre cómo será el futuro, cuál será la relación que tendremos entre un Reino Unido fuera de la UE y la Unión Europea. Nosotros queremos una relación estrechísima y positiva, constructiva, no sólo en el ámbito comercial, sino también en el de la seguridad, en I+D, en Educación, en Medicación y en Cultura. Salimos de la UE, pero no salimos de Europa y seguimos teniendo las mismas amenazas, sobre todo la de nuestros amigos rusos, y tenemos que trabajar juntos. Y lo importante en esta tercera parte de la negociación es que nuestros amigos y aliados de la UE, los otros 27 estados miembros de la UE, ofrezcan un acuerdo inclusivo y ambicioso.
Es decir, seremos un país tercero, pero no un país tercero cualquiera. Un antiguo Estado miembro de la UE, la segunda economía de Europa, el poder diplomático y militar más importante del continente… ¡Tenemos tantos intereses en común! Y, además, procedemos de una asociación en la que contamos exactamente con las mismas reglas y normas en Edimburgo que en El Escorial o en Estocolmo. Y debemos trabajar para ver cómo cuadramos lo que tenemos con una visión inclusiva y ambiciosa. No estar fijándonos en lo que tiene, por ejemplo, Canadá, porque no somos Canadá. No somos Noruega tampoco…
Ni lo quieren ser...
No, no. Cada país tiene su propia relación con la UE. Nosotros creemos que podemos ofrecer a nuestro continente un acuerdo ambicioso y estrecho.
Londres parece estar depositando mucha confianza en sus relaciones privilegiadas –por motivos históricos– con grandes potencias emergentes como China o India. ¿Cree el Gobierno británico que los grandes costes del Brexit pueden ser compensados por sus vínculos especiales con esos nuevos gigantes económicos?
Hemos pasado muchos años dentro de la UE, peleando a favor de una perspectiva europea hacia esos nuevos países emergentes: hemos de desarrollar unas economías más competitivas para poder competir con China, India, Indonesia… Esperamos que desde fuera de la UE podamos lograr nuevos acuerdos de libre comercio con esos países, pero sobre todo queremos comerciar más con esos países. Ése es el secreto para todos. No es una ocurrencia británica. El gran crecimiento de los años que vienen para todo el continente europeo depende ya, y dependerá aún más en el futuro, en esos países emergentes. Sobre todo en la transición de esos países que hace algunos años eran muy pobres y que ahora tienen una clase media potente que quiere los servicios y los bienes occidentales. Sean del sector financiero británico, de la ropa española o de los coches alemanes, británicos o españoles. Es el gran reto comercial y económico futuro para todos, y creemos que Reino Unido puede hacerles una oferta muy interesante a esos países: el alto nivel de nuestros servicios, la calidad e innovación de nuestros productos y las tradiciones de rigor y fiabilidad de nuestra forma de trabajar.
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