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EEUU y China: amigos, pero con diferencias por resolver

Los líderes de ambas potencias se comprometen a estrechar su alianza bilateral pero sin resolver diferencias en política económica, Derechos Humanos o la desnuclearización de Irán y Corea del Norte

ANDREA RODÉS

Conseguir que Pekín se convierta en un 'aliado estratégico global' de EEUU no está resultando fácil para Barack Obama. El encuentro celebrado este martes en Pekín entre el presidente de EEUU y su homólogo chino, Hu Jintao, dejó en evidencia que ambas potencias mantienen aún grandes diferencias en cuanto a política económica, desnuclearización y DDHH, a pesar de su firme compromiso por construir una 'alianza estratégica' que les ayude a afrentar juntos los grandes retos globales.

'La relación entre EEUU y China nunca ha sido tan importante para el futuro colectivo como hasta ahora: los grandes retos del siglo XXI, desde el cambio climático a la no-proliferación nuclear y la recuperación económica, son retos que nos afectan y que ninguna de las dos naciones puede resolver solas', dijo Obama en una rueda de prensa posterior al encuentro.

Ambos líderes aparecieron serios frente a la prensa y evitaron las muestras de afecto, aunque repitieron constantemente su deseo de estrechar las relaciones bilaterales y mantener el respeto mutuo. 'La relación con China ha sido crítica para salir de la peor recesión en generaciones', reconoció Obama.

Cooperación económica pero diferencias en otros muchos ámbitos

Estrechar la cooperación en el terreno económico y financiero continúa siendo la primera prioridad para ambas potencias, cada vez más dependientes la una de la otra. Pekín se ha convertido en el principal acreedor de deuda pública norteamericana gracias a su reserva de dólares,- la mayor del mundo- , acumulada gracias al boom de las exportaciones en las últimas tres décadas. También se ha convertido en el primer socio comercial de EEUU por valor de importaciones.

'Necesitamos ahora poner las bases para un crecimiento económico más equilibrado, en el que los estadounidenses consuman menos, ahorren más, y se reduzca nuestra deuda', dijo Obama, haciendo referencia al objetivo acordado durante la pasada cumbre del g-20 en Pittsburgh.

Pero añadió que China también se ha comprometido a dejar de depender de las exportaciones y a estimular su consumo doméstico, 'para crear nuevas oportunidades de EEUU'. En su turno, Hu aprovechó para advertir que 'ambos países necesitan reforzar aún más su rechazo al proteccionismo', en referencia a la reciente imposición de aranceles por parte de EEUU a la importaciones chinas de neumáticos y tubos de acero.

Ambos líderes evitaron hacer referencia a las fricciones de los últimos seis meses por la continua depreciación del reminbi. Washington ha acusado a Pekín de mantener artificialmente bajo el valor del reminbi vinculándola al dólar, para hacer más competitivas las importaciones chinas. Mientras el gobierno chino pide a Washington prudencia a la hora de invertir su deuda para que el dólar deje de devaluarse.

El encuentro entre ambos líderes tampoco llevó a un acuerdo concreto en la lucha contra el cambio climático para la próxima cumbre de Cophenague, aunque ambos se comprometieron a estrechar su cooperación en este campo y anunciaron la creación de un Centro conjunto de Investigación de las Energías limpias.

Ninguna de las dos potencias se ha comprometido a fimar ningún acuerdo vinculante

China y EEUU son los principales países emisores de carbono del mundo- juntos representan un 40% de las emisiones - pero ninguno de los dos está dispuesto a aceptar cuotas a sus emisiones de CO2 sin el compromiso del otro. Hu recordó que ambos países han acordado actuar conjuntamente según el 'principio de interés común pero responsabilidades distintas', que libera a China de responsabilidad frente a EEUU por tratarse de una potencia en desarrollo, con un nivel de emisiones per cápita muy inferior a Occidente.

Obama , más esperanzador, dijo confiar en que de Copheanguen salgan 'medidas efectivas' y que ambos estados se esforzarán por aplicar 'acciones significativas' para reducir sus emisiones.

La necesidad de cooperación entre EEUU y China también apunta a la desnuclearización de Irán y Corea del Norte e Irán. Ambos líderes hablaron de 'intereses conjuntos' en seguridad internacional y reafirmaron la voluntad de retomar cuanto antes las negociaciones multilaterales para la desnuclearización de Corea del Norte, interrumpidas en mayo de este año después de que la ONU decidiera sancionar a Pyongyang por sus provocaciones militares.

Hu dijo que la desnuclearización de la península coreana 'es clave' para la paz y la estabilidad en el noreste de Asia', pero Obama quiere que Pekín, principal aliado político y comercial de Pyongyang, apoye la aplicación de más sanciones económicas contra el régimen norcoreano.

En cuanto al rearme nuclear de Irán, donde China también mantiene intereses económicos, Hu recalcó la necesidad de apostar por el 'diálogo y negociaciones' para lograr la estabilidad en Oriente medio. Optando por un lenguaje más duro, Obama añadió que si Irán no demuestra sus intenciones pacíficas, 'habrá consecuencias'.

A petición del presidente chino, no estuvo permitido hacer preguntas durante la rueda de prensa, pero eso no impidió que surgiera el tema de los derechos humanos. Ambos líderes reconocieron la necesidad de estrechar el diálogo sobre DDHH, pero mientras el presidente chino destacó que 'ninguno de los dos países debe interferir en los asuntos internos del otro', Obama repitió que los DDHH son valores universales, aplicables a todo el mundo.

Obama también subrayó que EEUU continúa respetando la política de 'una sola China', que define a Taiwan y Tíbet como parte del territorio chino, pero añadió que ha pedido al presidente chino retomar el 'diálogo con el Dalai Lama para poner solución a los problemas en Tíbet. El día antes, en un encuentro con estudiantes en Shangai, Obama trató de introducir los temas de DDHH, como la falta de libertad de acceso a Internet.

En una muestra de este nuevo enfoque de 'respeto mutuo', Obama evitó criticar directamente al gobierno chino y adoptar el tono aleccionador característico de los gobiernos de EEUU anteriores al suyo. Sin embargo, el encuentro no fue difundido por la televisión pública china y su mensaje no llegó a la mayor parte de la población china.

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