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Ecuador admite que cortó a
Assange el acceso a internet

El Gobierno ecuatoriano argumenta que lo hizo en virtud de su posición de no intervenir en asuntos de otros países después de que Wikileaks haya publicado varios documentos sobre Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado. Washington niega que presionara
a Quito para que restringiera la conexión, como denuncia la organización.

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, durante una teleconferencia desde la embajada de Ecuador en Londres. - REUTERS

PÚBLICO / AGENCIAS

MADRID.- Ecuador ha reconocido este miércoles que cortó el acceso a internet a Julian Assange, fundador de Wikileaks y refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres. El Gobierno ecuatoriano defiende que la "restricción temporal" se realizó en virtud de su posición de no intervención en asuntos internos de otros países. Wikileaks ha hecho varias publicaciones "que tienen un impacto sobre la campaña electoral en Estados Unidos", argumenta la Cancillería ecuatoriana en un comunicado.

En concreto, la organización ha divulgado numerosos documentos relacionados con el período durante el que la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, ejerció de secretaria de Estado. Wikileaks denunció este lunes que detrás de la decisión de Quito está el Gobierno de EEUU. Este mismo martes, el portal ha asegurado que tiene conocimiento de que el secretario de Estado, John Kerry, pidió a Ecuador que impidiera que Assange publicara documentos sobre Clinton. Según la organización, la petición se hizo durante una "reunión privada entre Kerry" y representantes del Gobierno ecuatoriano que tuvo lugar "en los márgenes de las negociaciones sobre el proceso de paz en Colombia, el 26 de septiembre".

El Departamento de Estado de EEUU ha negado cualquier intento de presión sobre Ecuador para evitar que Assange divulgara información clasificada de Clinton. "Los informes de que el secretario Kerry tuvo conversaciones con funcionarios ecuatorianos sobre esto simplemente no son ciertos. Y punto", sostiene en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby.

Wikileaks ha publicado correos electrónicos de la cuenta personal de John Podesta, jefe de campaña de la candidata demócrata a la Casa Blanca, que evidencian la estrecha relación que mantiene Clinton con directivos de Wall Street. Desde Estados Unidos han denunciado la implicación de las autoridades rusas en la obtención ilegal de estos correos para perjudicar al Partido Demócrata y la candidatura de Clinton con vistas a las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.

Ecuador ha aprovechado el comunicado en el que ha explicado su decisión de cortar el acceso a internet en su embajada en Reino Unido para reiterar el asilo concedido a Assange su intención de "salvaguardar su vida e integridad física hasta que pueda movilizarse a un lugar seguro". 

La Cancillería recuerda que en 2012 concedió protección a Assange "sobre la base de sus legítimos temores de persecución política, debido a sus actividades como editor de Wikileaks". Ahora, el Ministerio de Exteriores de Ecuador asegura que, en ejercicio de "su derecho soberano", ha "restringido temporalmente el acceso a parte de su sistema de comunicaciones en su Embajada en Reino Unido". "Esta restricción temporal no impide que la organización Wikileaks lleve a cabo sus actividades periodísticas", remarca.

"Durante las últimas semanas, WikiLeaks ha publicado una gran cantidad de documentos que tienen un impacto sobre la campaña electoral en Estados Unidos. La decisión de hacer pública dicha información es exclusiva responsabilidad de la organización Wikileaks", ha advertido. Asimismo, ha reiterado que el Gobierno ecuatoriano "respeta el principio de no intervención en los asuntos de otros países, no se inmiscuye en procesos electorales en curso ni apoya a un candidato en especial", señalando que "la política exterior de Ecuador responde exclusivamente a decisiones soberanas y no cede ante presiones de otros Estados".

Assange está refugiado en el edificio de la legación ecuatoriana en la capital británica, donde pidió asilo hace cuatro años para no ser extraditado a Suecia, país que le requiere para interrogarle por presuntos delitos sexuales que él niega. El periodista australiano teme que las autoridades suecas lo entreguen a su vez a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por espionaje tras la filtración de miles de cables confidenciales del Gobierno de Washington por su portal de internet.

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