Los nueve detenidos por el naufragio del pasado miércoles en las costas griegas comparecen este lunes ante la Fiscalía de Kalamata, en el país heleno. El hundimiento del que se les acusa se saldó con el fallecimiento de 78 migrantes y centenares de desaparecidos. La Fiscalía ha confirmado la posibilidad de que se les acuse de tráfico de personas.

Los hombres, de procedencia egipcia, viajaban junto con el resto y fueron nueve de los 104 rescatados. Los cargos a los que posiblemente tengan que hacer frente se relacionan con el tráfico ilícito de migrantes, con el hundimiento del buque y con la puesta en peligro de las vidas de cientos de personas.

Un testimonio aterrador

Este domingo algunos de los supervivientes prestaron declaración sobre lo ocurrido y confirmaron que la embarcación, en la que viajaban en muy malas condiciones, estaba a cargo de varios traficantes.

Es posible que los abogados defensores pidan hoy un nuevo plazo para que los detenidos testifiquen ante el fiscal, al no haber tenido conocimiento de todo el expediente.

Mientras tanto, continuarán las labores de búsqueda por sexto día consecutivo, puesto que, según las víctimas, en el pesquero viajaban cerca de 700 personas, de las cuales solo han sido rescatadas 104. 

"A mi mujer y a mis hijos los pusieron en las bodegas", señala Rana, un paquistaní de 24 años, cuyo testimonio recoge el diario Kathimerini. "Los que no tuvieron tiempo de salir se hundieron con el barco, entre ellos mi mujer y mis hijos", añadió.

Según ERT, la televisión pública griega, el destino final de la embarcación egipcia era Italia, pero primero hizo escala en el este de Libia para recoger a los migrantes. A pesar de los testimonios, los nueve detenidos niegan haber participado en una red de tráfico de personas.