jerusalén
El reino saudí atraviesa unos años tumultuosos en lo que se refiere a los derechos humanos. El príncipe Mohammad bin Salman ha reabierto los cines y ha permitido que las mujeres conduzcan, pero no ha renunciado a los excesos que han caracterizado a su país desde su fundación. Como ocurrió recientemente, en agosto, con el caso de Samar Bardawi, encarcelada por defender los derechos de la mujer.
Otro asunto todavía candente es la crisis que Bin Salman ha desatado con el vecino Qatar, un país que defiende el islamismo político de los países musulmanes que los saudíes aborrecen desde hace algunos años. Es un conflicto que tiene difícil solución y en el que Bin Salman no ha dado muestras de ceder.
Igualmente Bin Salman provocó recientemente una crisis con Alemania retirando a su embajador en Berlín porque el ministro de Exteriores alemán criticó a Riad por entrometerse demasiado en los asuntos de Líbano. Esta crisis, que solo se resolvió en septiembre último, un año después de iniciada, muestra las mimbres belicosas de Bin Salman, que parece muy inclinado a propiciar enfrentamientos con enemigos y con aliados.
En ocasiones las potencias occidentales han abierto un poco la boca para llamar la atención del príncipe Bin Salman, especialmente cuando las bombas fabricadas en Occidente han matado a un gran número de personas en Yemen. Pero han sido observaciones puntuales y la venta de armas ha seguido a buen ritmo.
EEUU no va a suspender la masiva venta de armas a los saudíes
La reciente inauguración del AVE a La Meca ha marcado todo un hito para la tecnología española. El gobierno socialista rectificó recientemente una primera indicación de que iba a dejar de vender armas a los saudíes. En este sentido, Madrid no se comporta de distinta manera a sus socios europeos y estadounidenses. Arabia Saudí es uno de los países con más recursos y que más empleo crea en Occidente, y esto está por encima de cualquier cosa, incluidos los derechos humanos.
Bin Salman ha demostrado que es un hombre decidido que lleva sus ideas hasta el final. El conflicto con Qatar y la guerra de Yemen son unos buenos ejemplos. La muerte y la destrucción que ha causado ese conflicto no le ha hecho rectificar. Y la intensa actividad militar saudí es posible porque Bin Salman ha logrado importar armas occidentales, de Estados Unidos y Europa, por valor de más de 100.000 mil millones de dólares.
Sin embargo, todo eso se puede venir abajo tras el incidente ocurrido el 2 de octubre en Turquía. Ese día el periodista saudí Jamal Khashoggi entró en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul y ya no volvió a salir. Los turcos aseguran que tienen pruebas de que Khashoggi fue asesinado en el interior de la sede diplomática.
El presidente Donald Trump se ha mostrado partidario de propinar un “castigo severo” a los saudíes si se confirma que Khashoggi fue asesinado, aunque añadió rápidamente que Estados Unidos no va a suspender la masiva venta de armas a los saudíes. El negocio es el negocio.
El foro de Riad, la 'Cumbre de Davos en el desierto'
En un intento de que el Arabia Saudí sea el epicentro de la actividad económica de la zona se ha convocado un gran foro internacional los días 23 y 25 de octubre en Riad. Es aquí donde el príncipe heredero Bin Salman quiere proyectar su visión de revolución económica y social con la vista puesta en el año 2030. Para entonces, Arabia Saudí debería ser un país moderno cuya economía no dependiera del petróleo, como ocurre ahora. Bin Salman cree que esto es posible y tiene esa idea entre ceja y ceja.
La conferencia de Riad, conocida como la 'Cumbre de Davos en el desierto', se trata de un gigantesco acontecimiento económico en el que durante tres días se darán cita en la capital de Arabia Saudí numerosos inversores de primer orden para iniciar o ultimar proyectos financieros y económicos de todo tipo con los saudíes.
No obstante, en las últimas horas, y a raíz del incidente de Estambul, varias multinacionales, bancos y medios de comunicación han cancelado su participación en la conferencia de Davos en el desierto. El presidente ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, ha sido uno de los primeros en cancelar el viaje a Riad, seguido del presidente de Ford, William Ford, quien tampoco acudirá a la conferencia.
Grandes medios de comunicación como el New York Times, el Financial Times, la CNN, Bloomberg y la CNBC, se encuentran entre los que tampoco participarán en la cumbre. De hecho, la única cadena occidental dispuesta a viajar a Riad es Fox Business, la más próxima al presidente Trump.
Sin duda se trata de un revés importante y algunos medios árabes sugieren que tal vez lo más apropiado sea cancelar la conferencia hasta que la tormenta quede atrás. Otros medios señalan que la conferencia debe continuar puesto que todavía hay grandes firmas que parecen dispuestas a participar, como el Goldman Sachs Group, Mastercard o el Bank of America.
Su celebración indicará que el príncipe Bin Salman tiene bien atado el poder
La cumbre de Riad, que debe arrancar el día 23, está en entredicho aunque por el momento no se ha anulado. Su celebración indicará que el príncipe Bin Salman tiene bien atado el poder en su país, mientras que su cancelación podría significar que sus días están contados. Si es así, la caída de Bin Salman podría arrastrar un ajuste de cuentas entre las distintas corrientes de la Casa Al Saud.
El Reino Unido, Francia y Alemania han pedido explicaciones a Riad sobre la desaparición de Khashoggi, explicaciones que por el momento no se han dado. Algunos medios sugieren que esos países podrían cancelar su participación en la conferencia de Riad, y eso sería un duro golpe para Bin Salman.
El gobierno saudí replicó el domingo que responderá a cualquier “medida punitiva” que se adopte por parte de Occidente, advirtiendo de esta manera a sus aliados para que se lo piensen antes dar un paso en esa dirección.
"El Reino (saudí) expresa su rechazo total de cualquier amenaza o intento de socavar el país, ya sea mediante sanciones económicas, mediante el uso de la presión política, o repitiendo acusaciones falsas", dijo el domingo la agencia de noticias oficial. La agencia citó a funcionarios saudíes que dijeron que responderán "con creces" a cualquier medida punitiva.
Entre las medidas de represalia que Riad podría adoptar figura la de reducir la producción de crudo, lo que podría elevar el precio del barril por encima de los 100 dólares. Otra medida anunciada en el entorno del poder sugiere que Bin Salman podría acercar Arabia Saudí a Rusia, una jugada muy arriesgada pero cuya mención señala que el príncipe va a por todas.
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