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Catalunya Israel, una postura ambivalente respecto a Catalunya

La ambigüedad de Israel con respecto a la crisis catalana no obedece solo a la posición de España en el conflicto palestino sino que tiene que ver también con la afinidad del nacionalismo sionista con otros nacionalismos del mundo.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, preside la reunión semanal del gabinete en su oficina en Jerusalén. /EFE

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La posición de Israel respecto al conflicto catalán ha sido deliberadamente ambigua no solo en los últimos días sino desde bastante antes. Las declaraciones del embajador en Madrid, Daniel Kutner, se pueden considerar muy medidas, y lo mismo ha ocurrido con el ministerio de Exteriores israelí y con la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu.

Este miércoles, el portavoz de Exteriores israelí, Emmanuel Nahshon, hizo público este comunicado: "Israel y España comparten unas relaciones largas, fuertes y amistosas, basadas en nuestra herencia común e histórica y en valores democráticos compartidos. Israel desea que la crisis interna en España se resuelva rápida y pacíficamente y mediante un amplio consenso nacional”, dice el breve comunicado difundido por el portavoz Emmanuel Nahshon”.​

Ayer, el diario Haaretz, había citado a “altos funcionarios israelíes” asegurando que Israel no iba a comentar oficialmente sobre el conflicto catalán por el momento. Esta ha sido la respuesta a la reciente petición a Israel, la semana pasada, del gobierno de Madrid, que ha conseguido el respaldo de Estados Unidos y de países europeos, pero no del estado judío.

“De la misma manera que Israel no quiere que Europa intervenga en sus asuntos internos, sería inapropiado para nosotros comentar sobre este asunto”, dijo un funcionario israelí a Haaretz. El funcionario agregó que esta posición puede cambiar en el futuro.

Las relaciones de distintos dirigentes catalanes con Israel son muy estrechas. Según José Antich, su biógrafo oficial, los seis hijos de Jordi Pujol han pasado por los kibutz israelíes en algún momento, y es notoria la admiración de Pujol por el nacionalismo judío, es decir el sionismo.

Pero esta enorme admiración también existe en Madrid. Uno de los defensores acérrimos de Israel es el expresidente José María Aznar, que al igual que Pujol, defiende por principio todas las acciones de Israel, incluidas las acciones que vulneran las leyes internacionales.

Las relaciones de distintos dirigentes catalanes con Israel son muy estrechas

En uno de sus últimos viajes al exterior, el anterior presidente de la Generalitat, Artur Mas, pasó cuatro días en Israel en una visita durante la que los dirigentes israelíes tuvieron que hilar muy fino para no molestar a las autoridades españolas. Artur Mas ni siquiera tuvo un momento para visitar Ramala, la sede del gobierno palestino, a pesar de que esto es lo habitual en las visitas que realizan los mandatarios extranjeros.

Al recoger un premio de la Asociación Catalana de Amigos de Israel, Artur Mas dijo: “Como en Israel, en Catalunya también hay un pueblo determinado a ser libre”. En otra ocasión, Mas citó a Israel como el principal aliado de Catalunya, por delante de Estados Unidos. Y es que la admiración de los nacionalistas por Israel es muy grande. Uno de ellos, Josep Lluís Carod Rovira considera al controvertido David Ben Gurion, fundador del estado judío, como su personaje histórico favorito.

Las precauciones de Israel han llevado al presidente de Israel, Reuven Rivlin, a cancelar esta semana dos entrevistas con medios españoles con motivo de su viaje a España los días 6 y 7 de noviembre. Altos cargos de la Agencia EFE y de El País estaban a punto de coger el avión cuando el lunes la oficina de Rivlin anunció que “por motivos de agenda” cancelaba las entrevistas. Tanto en Israel como en los medios citados se considera que el conflicto catalán ha motivado estas cancelaciones.

Ciertamente, en medios diplomáticos israelíes se considera que la actitud de España es “hostil” al estado judío en la esfera internacional, aunque ese calificativo se aplica a cualquier país occidental partidario de que Israel abandone los territorios ocupados en la guerra de 1967. España ha votado en más de una ocasión en esa línea y ahora, con la crisis catalana, se considera que ha llegado el momento de la venganza.

“Como en Israel, en Catalunya también hay un pueblo determinado a ser libre”

Pero el asunto va incluso más allá puesto que Israel, un país al que se puede considerar el más nacionalista del mundo, defiende sus afinidades con todos los nacionalismos. Un caso reciente es el del Kurdistán iraquí, que el 25 de septiembre votó en un referéndum de independencia. Entre los países occidentales, que han mantenido una distancia con ese plebiscito, solo ha destacado Israel en sentido contrario. Y Netanyahu mismo expresó la semana pasada su apoyo a los kurdos iraquíes en el camino de la independencia.

Arutz Sheba, un medio de comunicación israelí que hace de portavoz de los colonos judíos más radicales, ha subrayado que la “ambivalencia” de Israel con respecto a la crisis catalana es deliberada, aunque eso le suponga apartarse de Estados Unidos y la Unión Europea.

Otro periódico de la derecha, Maariv, señala que existen dos motivos que justifican la posición de Israel. En primer lugar, la percepción que se tiene en Israel de que Catalunya es proisraelí, y que “incluso es común ver banderas israelíes en los hogares catalanes”, “a pesar de que el ayuntamiento de Barcelona adoptó recientemente medidas en la línea de la campaña BDS” (Boicot, Desinversiones y Sanciones por la ocupación).

Por otro lado, el viceministro de Defensa, Eli Ben Dahan, declaró recientemente que es “hipócrita” la posición de España respecto a los palestinos “mientras no permite que los catalanes celebren un referéndum sobre la independencia”.

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