El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, advirtió que la coalición que sustenta el Gobierno de Silvio Berlusconi podría romperse debido a los ataques mutuos entre sus dirigentes.

Berlusconi y el presidente de la Cámara Baja, Gianfranco Fini, protagonizaron el jueves un duro enfrentamiento durante el Congreso de la dirección nacional del partido Pueblo de la Libertad (PDL), que ambos dirigentes crearon hace un año. Entre otras cosas, Fini criticó la política sobre inmigración de la Liga, el socio imprescindible del PDL. El primer ministro invitó a Fini públicamente a que dimitiera de su cargo.

En una entrevista con el periódico de su partido, Bossi acusó ayer a Fini de sentirse 'envidioso' del éxito de la Liga, que logró un buen resultado en las elecciones regionales de marzo pasado. El dirigente de esta formación xenófoba teme 'un colapso vertical del Gobierno y con ello probablemente el fin de la alianza entre el PDL y la Liga'.

El éxito electoral de la Liga en el norte de Italia ha sido un balón de oxígeno para el Ejecutivo de Il Cavaliere, acorra-lado por una serie de escándalos. Pero el triunfo también ha envalentonado a Bossi, quien ya había hundido el primer Gobierno de Berlusconi en 1994. 'Nos espera un camino nuevo y estaremos solos sin Berlusconi', dijo en la entrevista de ayer.

La discusión en público del pasado jueves y la entrevista de ayer hacen probable una ruptura definitiva entre Berlusconi y Fini, quien desde hace tiempo se va decantando hacia posiciones más de centro-izquierda al discrepar de las posiciones derechistas del primer ministro y de la Liga Norte.