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Bissan Fakih: "Cada 17 horas se bombardean las instalaciones médicas en Siria"

El cerco de las zonas rebeldes se ha roto y los civiles pueden conseguir alimentos, medicinas y atención médica, pero los bombardeos continúan sobre hospitales, escuelas y mercados y los civiles se han convertido en un blanco de guerra.

Niños sirios se refugian de los ataques aéreos tras unos neumáticos en llamas para que el humo reduzca la visibilidad y sea más complicado bombardearlos/Alepo Media Center y Syria Campaign

CORINA TULBURE

MADRID.- Bissan Fakih es coordinadora de la campaña Syria Campaign. Se lanzó en 2014 por activistas en derechos humanos para denunciar el sufrimiento de los civiles sirios que viven en las zonas cercadas, sin comida y medicinas, entre los bombardeos de las fuerzas del Gobierno sirio, que utiliza el hambre como arma de guerra, y la amenaza del DAESH.

¿Cuál es la situación de los 300.000 civiles de las zonas rebeldes de Alepo, tras haberse roto el cerco impuesto sobre los barrios rebeldes?

Por un lado, la ruptura del cerco es una buena noticia, ya que así pueden entrar alimentos y medicinas en esta parte de la ciudad. Los médicos han regresado a estos barrios. Pero los bombardeos rusos y del régimen, que constituyen la mayor amenaza para los civiles, continúan. Ellos son los que tienen la infraestructura para bombardear. La ONU ha cuestionado la seguridad de los corredores humanitarios, pero su posicionamiento es incoherente: envían ayuda humanitaria, pero no condenan los bombardeos sobre los civiles. Como organización internacional, deberían posicionarse de manera clara: "no se pueden bombardear hospitales, los civiles no pueden ser un blanco de guerra”. Cada día se bombardean hospitales, escuelas y mercados. Los civiles se han convertido en un blanco de guerra directo y de forma intencionada. Hace poco localizaron en Alepo un emplazamiento subterráneo, supuestamente seguro, en el que querían instalar un hospital. Pero los miembros del Ejército Libre Sirio (FSA) que operaban en las proximidades dijeron que no podía abrirse allí, ya que les convertirían en objetivo de los bombardeos.

¿Entra ayuda médica en las zonas cercadas y sometidas a los bombardeos?

Las bombas de barril que usa el régimen están concebidas para dañar a la población civil. La metralla que este tipo de bombas desprende puede herir a decenas de personas. Incluso los médicos occidentales tendrían dificultades para curar estas heridas en un hospital en condiciones. ¿Pero qué haces si tienes muchos médicos sin apenas experiencia? Algunos estudiantes de medicina o dentistas practican cirugía interna porque no hay nadie más para hacerlo. En los barrios cercados, no hablo sólo de Alepo, faltan médicos porque muchos han sido asesinados, detenidos o han huido del país. Faltan medicinas. Hay casos en que los propios médicos donan sangre para salvar una vida.

Muchas veces médicos de otros países asesoran vía Skype a los cirujanos de Alepo. Cuando los heridos llegan al hospital, la gravedad de las lesiones provocadas por las bombas de barril es tal que los médicos se ven obligados a escoger a los que tienen más posibilidades de sobrevivir. No pueden hacer nada para salvar a los que presentan heridas graves. Luego están las armas químicas. Los efectos provocados por las bombas de cloro son muy difíciles de curar. Cuando la ONU transporta ayuda médica a las zonas bombardeadas, el régimen veta la entrada de medicinas como la atropina, necesaria para tratar a las personas afectadas por estas bombas.

Los que rescatan a los supervivientes tras un bombardeo son los voluntarios de White Helmets, los "Cascos blancos"...

Sí, la Defensa Civil Siria formada por unos 2.900 voluntarios. De ellos, 131 han fallecido rescatando a heridos atrapados bajo los escombros. Es el trabajo más peligroso del mundo. Ahora la táctica que emplea el ejército del régimen y la aviación rusa es el doble bombardeo. Cuando llegan los equipos de los "Cascos blancos” para rescatar a la gente, lanzan un segundo bombardeo que tiene como objetivo asesinar, precisamente, a los que rescatan a los heridos del primer bombardeo, sean White Helmets o civiles. Sin embargo, ellos siguen. Son el único apoyo que los civiles tienen. Su lema es "Salvas una vida, salvas a la humanidad entera”.

Han sido propuestos para el Nobel y una de sus defensoras era precisamente Jo Cox, la parlamentaria británica asesinada. La organización que ayuda en la logística y recoge fondos para ellos es Mayday Rescue y los primeros en apoyarles fueron los miembros de Akut, la ONG turca que se dedica a rescatar gente tras los terremotos. Uno de los trabajadores de esta ONG dijo: "En Siria es como si se produjeran 50 terremotos al día".

¿Están a salvo los civiles que viven en la zona de Alepo controlada por el régimen?

No, claro que no, nunca han estado a salvo. Por supuesto que allí el régimen o los aviones rusos no bombardean a la población, que es lo que provoca diariamente la muerte de los civiles que viven en la parte insurgente de Alepo. Sin embargo, con los combates, cuando se lanzan proyectiles de morteros desde el lado rebelde alcanzan a los civiles. Por otro lado, como en todas las ciudades controladas por el régimen, se producen detenciones arbitrarias llevadas a cabo por las fuerzas del régimen y desapariciones de personas. El corredor humanitario supuestamente seguro, propuesto por Rusia y el régimen hace unos días para evacuar a los civiles de los barrios rebeldes cercados de Alepo, ha sido muy cuestionado. La gente tiene miedo a ser detenida por las fuerzas del régimen en cuanto abandone los barrios cercados. Esto ya pasó cuando se levantó el cerco en los barrios de Homs. Los hombres mayores de 15 años que abandonaron los barrios rebeldes fueron detenidos.

En otra zona cercada, Daraya, la gente vive sin alimentos desde hace cuatro años....

Desde hace más de cuatro años se utiliza el hambre como táctica de guerra para aniquilar a los civiles de todas las zonas rebeldes. Cercan la zona rebelde y prohíben la salida de gente y la entrada de medicamentos o alimentos. A la vez, los bombardean. Han usado esta táctica en Homs, en Alepo, en Daraya. En Daraya llueve con bombas. El 30 de junio lanzaron 56 bombas de barril en un día. La gente siente pánico al ver el cielo azul, sin nubes, porque saben que los van a bombardear con más facilidad. En la zona viven 8.000 personas. Lo único que tenían era el terreno que se extendía alrededor de la ciudad y que cultivaban. De él han vivido los últimos cuatro años. Ahora, este terreno también ha sido bombardeado, arrasado. La ONU entró por primera vez allí en junio. Por primera vez en cuatro años trajeron cestas de alimentos para 2.500 personas. Lo han repartido para que cada familia en Daraya tenga algo de comer. ¿Pero cuánto tiempo les duró? ¿Un mes? Tal vez menos. En los medios ya nadie cuenta lo que ocurre en Daraya, la hambruna se ha normalizado. Allí no hay tanta gente como en Alepo. Se han olvidado de la existencia de estas personas. Cuando hablo con ellos por teléfono, su voz se pierde cada vez más. Están muy debilitados por la falta de alimentos, cada vez más cansados y más agotados a nivel psicológico.

¿Los civiles pueden salir de Daraya?

No, porque están cercados por el ejército. Hay francotiradores en cada puesto de control, y te disparan ya seas mujer o niño, no les importa. Daraya es un símbolo de la revolución también. En la revolución siria existe un marcado componente de lucha de clases, muchas protestas se produjeron en la periferia de Damasco y en las zonas pobres de los alrededores. Muchos de los manifestantes eran las personas afectadas por las reformas neoliberales que aplicó el Gobierno de Asad, como los recortes de los subsidios o las ayudas para los agricultores. Eran los que más sufrieron los recortes. Y si ahora te fijas en quiénes permanecen en las zonas cercadas, son las personas más pobres, los que no han tenido dinero para huir de Siria. Ellos son los que sufren los bombardeos cada día. La intención del régimen es provocar un desplazamiento, un cambio demográfico. Sacar a la población que apoya a los rebeldes de las zonas que llaman la "Siria útil", es decir, Homs, Damasco, Latakia, y toda la costa. Su política consiste en vaciar estas zonas de gente para tomarlas. El hambre es un arma de guerra en Siria. Lo mismo pasa en Alepo que además está al lado de la frontera.

Habéis publicado un informe en el que criticáis la falta de imparcialidad de la ONU en Siria...

Tanto la ONU, como otras organizaciones humanitarias tienen su sede en Damasco y operan en el resto de Siria desde allí. A menudo, para preservar el permiso que les permite actuar allí, evitan ser críticos con los bombardeos del régimen contra la población civil. Temen que si el régimen llega a controlar la frontera, no les permita cruzarla para trabajar en Siria si han sido críticos con él. Eso quiere decir que las ayudas no llegan a las zonas rebeldes, o solo llegan los productos que el régimen les permite llevar. En Daraya, por ejemplo, la ONU ha entrado antes del mes de junio sin comida y sin medicinas, por no hablar del material quirúrgico que el régimen no permite entrar.

¿Qué pasará con los civiles cercados en los próximos meses?

Ahora el problema de la guerra siria es que ya no existe ninguna línea roja. Debido a los bombardeos constantes, cualquier lugar se convierte en primera línea del frente. La comunidad internacional debe ser consciente de esto, pero hay una guerra de desinformación. Debería convertirse en titular el hecho de que se bombardeen las instalaciones médicas en Siria cada 17 horas como ocurrió en el mes de julio, y que no lo hagan los terroristas, sino el propio Gobierno. Existe esta idea de que en Oriente Medio la violencia tiene lugar desde hace años: ellos se matan entre ellos y nosotros no podemos hacer nada. Una mentira absoluta. El mayor problema son aquellos políticos que siempre te responden: “allí es todo muy complicado, hay tantos grupos armados...” Pero el problema no es complicado. Cuando hay Gobiernos que bombardean a sus ciudadanos, estas masacres deben pararse. Si los civiles ven que el régimen los bombardea, Rusia los bombardea, la Coalición Internacional los bombardea y nadie interviene para detener los bombardeos ¿qué pueden pensar? Así se explica la radicalización también.

La zona de exclusión aérea que ofrezca protección a los civiles no se ha implementado, aunque se reclama desde hace años. La situación humanitaria en Siria será cada vez peor, porque ninguna organización le dice al Gobierno de Damasco o al Gobierno ruso que paren de bombardear a los civiles.

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