Las tropas sirias continúan avanzando en el suroeste del país, las provincias de Deraa y Quneitra que han estado en gran parte en poder de los rebeldes durante varios años y donde los rebeldes han contado con la ayuda de occidental a través de Jordania o directamente desde Israel.

Una serie significativa de pueblos del suroeste de Siria han aceptado el plan de “reconciliación” ofrecido por el gobierno de Damasco después de que en los últimos días se hayan producido intensos bombardeos en esa región, tanto por parte de la aviación rusa como por parte del ejército sirio.

El plan de “reconciliación” garantiza a la población local que puede continuar en sus casas o que puede regresar a sus casas en el caso de que hayan tenido que abandonarlas durante el conflicto. Este planteamiento ya lo ha aplicado el gobierno de Bashar al Asad en otras regiones que poco a poco ha ido recuperando.

Paralelamente a la ofensiva de Damasco, se está produciendo una negociación entre Rusia y los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL), aunque la mayor parte de los rebeldes pertenecen a organizaciones yihadistas, incluso las que están afiliadas al Estado Islámico y al antiguo Frente al Nusra (Al Qaeda).

El ESL es un grupo que ha sido apoyado por la CIA, el Pentágono y otras potencias occidentales a lo largo de los años, quienes lo han presentado como alternativa al gobierno de Damasco, una hipótesis muy descabellada teniendo en cuenta el escaso apoyo que tiene entre la población civil.

Israel ha desplegado en la zona fronteriza con Siria tanques y artillería. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha dicho que Israel ayudará humanitariamente a los rebeldes pero no permitirá que los desplazados entren en Israel como refugiados. Miles de desplazados se están estableciendo en la zona fronteriza con el Golán y con Jordania.

Israel ocupó en la guerra de 1967 unos 1.200 kilómetros cuadrados de territorio sirio, los Altos del Golán, que posteriormente, en 1981, se anexionó unilateralmente mediante una votación en la Kneset, una anexión que no ha sido reconocida por la comunidad internacional.

En las últimas semanas Israel ha presionado a Estados Unidos para que reconozca esa anexión, pero Washington se ha resistido. El embajador estadounidense en Israel, David Friedman, ha instado recientemente a las autoridades sionistas que dejen de presionar a Washington sobre esta cuestión.

Las negociaciones entre el ESL y Rusia se hacen con la mediación de Jordania, un país que desde el estallido del conflicto en 2011 ha recibido a cientos de miles de refugiados, lo que ha creado fuertes tensiones económicas en Jordania sin que este país llegara a recibir más de una fracción de la ayuda solicitada.

Las negociaciones entre el ESL y Rusia se interrumpieron el sábado, cuando los rusos pidieron a sus interlocutores que se “rindieran”. Veinticuatro horas después, y a la vista de que la ofensiva siria continúa inexorablemente, los rebeldes han accedido a reanudar las negociaciones.

El avance de las tropas sirias sigue adelante cuando faltan solo dos semanas para que se reúnan los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, a mediados de mes. Netanyahu ha dicho este domingo que está permanentemente en contacto con Washington y Moscú acerca de la situación en el sur de Siria.

En medios políticos israelíes se comenta que Trump ha ofrecido a Putin la hegemonía en Siria a cambio de la expulsión de las unidades iraníes y de las milicias aliadas de Teherán. Esta es la principal demanda de Israel, que mantiene una guerra soterrada permanente con Irán.

Según Netanyahu, la amenaza de sanciones de Estados Unidos contra Irán ya ha comenzado a sentirse en la república islámica, sobre todo en la economía. Un ministro cercano a Netanyahu, Yisrael Katz, ha dicho que los iraníes deben tener claro que “la rehabilitación de la economía se producirá cuando caiga el régimen islámico”. Esta es la posición israelí y la que parece haber adoptado Estados Unidos.

Israel ha dicho que reaccionará a “cualquier violación de la soberanía israelí” en el Golán ocupado, mientras que en medios políticos del gobierno de Netanyahu se afirma que no existe ninguna posibilidad de que Israel abandone la plataforma ocupada en la guerra de 1967.

Israel quiere que sigan en vigor los acuerdos de separación en el Golán que se remontan al año 1974, un año después de la guerra de Octubre de 1973, cuando las dos partes trazaron dos líneas de separación y una zona neutra vigilada por la UNDOF, la fuerza de cascos azules interpuesta entre las dos partes.

Mientras los refugiados se agolpan en las zonas fronterizas con el Golán ocupado y con Jordania, otros refugiados que durante los últimos años han buscado cobijo en Líbano, están regresando a sus pueblos en busca de tranquilidad.