El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, defendió que el aborto 'no puede ser un derecho' porque significa 'impedir una vida humana', al tiempo que reclamó un debate social amplio para que no sólo los partidos políticos puedan decidir sobre la reforma en el Congreso.

'No es un tema de ideología, sino de fondo, el tema de la vida, no es de derechas ni de izquierdas', defendió Sistach en declaraciones a Catalunya Ràdio, recogidas por Europa Press.

Aseguró que el Congreso 'se puede equivocar' y lamentó que actualmente la democracia es 'ir a votar pero poca cosa más', ya que no hay un contacto entre los representantes y los ciudadanos que permita a éstos participar en las cuestiones importantes.

Consideró que este asunto demuestra 'el grado de humanización' de un país y defendió que la vida 'es de Dios', al tiempo que recordó que hay un precepto católico que asegura 'no matarás' y que la propia Constitución española reconoce el derecho a la vida.

Dijo que la norma permitirá decidir sobre un ser 'indefenso, que no puede defenderse, que no puede hablar y decir que quiere vivir'. Criticó que, en el caso de los embarazos no deseados, no se hable de las causas que lo provocan y que sólo se vaya a los efectos, a través del aborto.

Lamentó también que el Gobierno haya emprendido esta modificación cuando hay una situación de crisis económica 'gravísima' y puesto que era un tema que, según él, no estaba en el programa electoral del PSOE. Aseveró que lo que realmente pide la gente es que se aborde la crisis y que el aborto no es una de sus principales preocupaciones.

También se opuso a que menores de 16 años puedan abortar sin necesidad del consentimiento paterno, ya que sí que se pide la patria potestad para cosas menos importantes, por lo que consideró una 'presunción ofensiva' de que los padres no se preocupan de sus hijas.

Sistach recordó también el 'trauma' que los abortos dejan en las mujeres y dijo que muchas personas en la intimidad sí que mostrarían su rechazo a la reforma propuesta por el Gobierno, aunque en el espacio público no lo hagan. 'La opinión más segura es la que defiende la Iglesia', declaró.

El cardenal arzobispo se refirió también a las críticas por la elección de un nuevo obispo en San Sebastián, José Ignacio Munilla, y aseguró que en Catlaunya no hay riesgo de que ocurra una cosa igual, ya que todos los obispos 'hablan catalán'.

'Nosotros venimos a evangelizar pero no puede estar al margen de la cultura', declaró. Defendió la labor de la Iglesia catalana en el respeto a todas las culturas y nacionalidades y recordó que tras la ola migratoria de los años 60, esta institución ayudó a la integración de muchos ciudadanos de fuera de Catalunya.

Sistach destacó también que el Papa Benedicto XVI es 'lúcido y muy preparado teológicamente' y reconoció las diferencias entre su pontificado y el de Juan Pablo II, porque tienen historias diferentes. Sobre la posibilidad de ir a Roma creyó que 'no será necesario', aunque mostró su disponibilidad al servicio del Papa y la Iglesia.