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El Senado, escollo de las reformas socialistas

El desacuerdo respecto a la modificación de la Cámara Alta ha bloqueado el resto de medidas, ya pactadas con la oposición.

PÚBLICO.ES

'Poner al día la Constitución'. Con este objetivo, José Luis Rodríguez Zapatero propuso en 2003 por primera vez, y aún como líder de la oposición, la reforma de cuatro puntos de la Carta Magna. A pesar de su victoria, sin embargo, la falta de acuerdo con el PP ha bloqueado la iniciativa durante esta legislatura.

Los principales aspectos de la modificación, que el PSOE mantiene para después de las elecciones, serán cuatro: incluir el nombre de cada comunidad autónomas por orden de antigüedad, vincular las legislaciones española y europea, eliminar la discriminación de sexo en la sucesión al trono y la reforma del Senado. Es esta última la de más calado y la que, por desacuerdos con el PP, obligó al Gobierno de Zapatero a aparcar todas las reformas que había planteado.

La idea del Senado que promueve trata de avanzar hacia una Cámara más territorial. En este sentido marcha la principal innovación: los senadores no serán elegidos durante la generales, sino coincidiendo con la elecciones autonómicas. La renovación de la Cámara será, por tanto, parcial y periódica, sin dejar nunca de estar activo. Además, tanto las iniciativas legislativas de las comunidades como aquellas que afecten a más de una autonomía, tendrán allí su primera lectura, en lugar de en el Congreso. La Cámara baja perderá también la posibilidad de decidir las enmiendas, que tendrá que consensuar con el Senado.

La propuesta socialista otorga a los presidentes autonómicos los mismos derechos que a los ministros en el Congreso, pero sin la obligación de control parlamentario.

Sucesión de la Corona
Si el PSOE gana las elecciones y se decide a relanzar su reforma, los otros tres puntos dependerán otra vez en gran parte del acuerdo sobre la reforma de Senado. A pesar de que existe consenso entre los dos principales partidos, la oportunidad política ha evitado que se lleven a cabo en solitario.

Una reforma del Título II, dedicado a la Corona, exigiría su aprobación posterior en referéndum. Ni La Zarzuela, ni ninguno de los dos principales partidos quieren que esa consulta se convierta en un plebiscito entre monarquía y república. Aunque ambos están dispuestos a eliminar la preeminencia del varón en la sucesión a la Corona, no la aprobarán en caso de que no puedan hacerlo en bloque con las otras tres.

Además de esos cuatro puntos principales, han existido otros coqueteos del Presidente con la reforma constitucional. De pasada y sin concretarlas después, Zapatero ha hecho otras dos propuestas durante la legislatura.
La primera contemplaba modificar el término 'disminuido' por el de 'discapacitado'. La segunda, por su parte, iba encaminada a introducir en el preámbulo un homenaje a la víctimas del terrorismo. Hasta ahora ninguna ha vuelto a aparecer en su discurso.

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