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¿De dónde salen los votos del PP?

La corta distancia que separa al PP de ganar las elecciones puede ser insalvable. Sus indecisos y abstencionistas están lejos de ser un voto asegurado

JOSÉ LUIS DE ZÁRRAGA

Hay actualmente en España, en cifras redondas, unos diez millones de electores que votaron al Partido Popular en 2008, sin contar los 110.000 votantes residentes en el extranjero. Los resultados de los Publiscopios del último semestre permiten estimar en algo más de nueve millones y medio los electores que, en la actualidad, declaran intención de votar a este partido en las próximas elecciones generales.

Hoy, le faltarían al PP menos de medio millón de votos para repetir el resultado de las anteriores elecciones, y con un millón más ya ganaría claramente las elecciones y, aunque sin mayoría absoluta, podría aspirar a gobernar.

La fidelidad de los votantes del PP es la más alta de los partidos españoles

La gran mayoría de los nueve millones y medio de votantes decididos con los que cuenta el PP salen de su propia clientela electoral. La tasa de fidelidad de los votantes del PP es, con mucho, la más alta entre los partidos españoles, veinte puntos más alta que la de los votantes socialistas (77% frente a 57% en la media de este semestre). Los electores fieles al PP representan hoy 7.700.000 votos, un millón y medio más que los fieles al PSOE. En esa diferencia está la clave principal de la mejor posición electoral del partido de Rajoy que todas las encuestas constatan en la actualidad.

Pero no está ahí sólo la clave. En las intenciones actuales, el PP logra atraer 1.850.000 votos nuevos, casi un millón más de los que atrae el PSOE. De ellos, unos 770.000 salen de las filas de la abstención de 2008 (el doble de los votos que los socialistas logran captar entre abstencionistas) y casi 700.000 se los quita directamente al PSOE. Esta última cifra más que la de los abstencionistas que se dicen ahora dispuestos a votar, que son votos siempre más inseguros es la otra clave de la situación, porque representa un contingente de votos bastante seguros por su motivación y difícilmente recuperables por el PSOE.

En cambio, el PP logra atraerse relativamente pocos votos de nuevos electores 230.000, menos que el PSOE y muy pocos votos de otros partidos; el saldo neto de las transferencias con todos los demás partidos es negativo para el PP.

El PP logra atraer 1.850.000 votos nuevos, un millón más que el PSOE.

De su clientela electoral el PP sólo sufre actualmente una sangría, la de los electores que lo votaron en 2008 y ahora tienen intención de votar a UPyD. Son cerca de cuatrocientos mil. Además tiene un contingente de 1.100.000 votantes que están por ahora indecisos sobre lo que harán en 2012 y unos 650.000 que dicen estar inclinados a la abstención o el voto en blanco.

En este conjunto de algo más de dos millones de electores es donde podría pescar el PP los votos que necesitará para ganar las elecciones en 2012.

Lo que más parece unir a los votantes nuevos del PP es su rechazo a Zapatero

¿Cómo son estos electores? Casi los dos tercios de los votantes fieles son personas que se declaran de derechas (62%) y casi todo el resto se reparte entre electores que se califican de centro (18%) o dicen no ser ni de izquierdas ni de derechas (14%); un 85% se identifican con el PP y la mitad de ellos no han votado nunca a otro partido; un 94% se declaran católicos Constituyen, por tanto, un bloque ideológicamente bastante compacto y homogéneo, que proporciona una base ancha y segura al voto del PP.

En cambio, entre los nuevos votantes del PP la heterogeneidad política e ideológica es mucho mayor. Apenas la mitad se identifican con ese partido (49%) y hay bastantes que simpatizan más con el PSOE (14%) pese a su intención de voto. Los que se declaran de derechas entre ellos son una reducida minoría (23%), predominando los que se dicen centristas (36%); y hay incluso un 15% que se consideran de izquierdas. Lo que más parece unirles es su rechazo de Zapatero, prácticamente unánime (85% desaprueban su actuación y 96% desconfían de él), mucho más que su adhesión a Rajoy, que es relativamente débil (un 58% desconfían de él y un 26% desaprueban su actuación).

En comparación con el grueso del electorado del PP, los nuevos votantes son especialmente varones y menores de 30 años. Los menores de 30 años, en particular, que representan un 16% entre los votantes fieles del PP, son un 32% entre los nuevos votantes. Estos electores que no habiendo votado al PP en 2008 tienen intención de hacerlo en 2012 se encuentran en mayores proporciones entre los parados, los empleados comerciales y de la hostelería y los peones.

La identificación de estos posibles electores del PP con Rajoy es débil

Si se contrasta por territorios el número de nuevos votantes con el de votos actualmente perdidos (sea por intención de abstenerse o por cambio a otros partidos), las comunidades donde el saldo es más positivo para el PP son Andalucía, con un saldo a favor de 250.000 votos, y Catalunya, con 180.000 nuevos votos más. La única de las comunidades mayores donde este saldo es negativo es Madrid, en la que, con las intenciones actuales, perdería unos 50.000 votos.

Dentro de los nuevos votantes al PP, los que votarán por primera vez en elecciones generales en 2012 son un subconjunto con rasgos ideológicos diferentes al de los votantes captados a otros partidos o atraídos de la abstención. Les caracteriza, sobre todo, su claro posicionamiento de derechas, en proporciones que les aproximan a los votantes fieles, pese a la diferencia generacional (un 50% de estos votantes jóvenes se declaran de derechas). Pero comparten con quienes proceden de la abstención o del voto a otros partidos su escaso aprecio por Rajoy (52% de desconfianza y 25% de desaprobación), siendo el rechazo a Zapatero también su punto de mayor acuerdo (97% de desconfianza y 83% de desaprobación).

Los indecisos y abstencionistas que en 2008 votaron al PP están mucho menos posicionados ideológicamente (sólo un tercio se declaran de derechas y la mayoría se dicen de centro o afirman no ser ni de izquierdas ni de derechas). Lo que principalmente les caracteriza y, sin duda, lo que más les inclina a abstenerse o les mantiene indecisos es que su rechazo de Zapatero, de intensidad similar a la de los votantes fieles, va parejo a un rechazo casi tan fuerte de Rajoy (88% de los votantes del PP que ahora se declaran abstencionistas y 79% de los indecisos desconfían de él y sólo aprueban su actuación el 13% de los primeros y el 25% de los segundos).

En la perspectiva de las próximas elecciones, las posiciones conquistadas por el Partido Popular durante el último semestre son, sin duda, muy favorables, ya que están consolidadas y ha logrado aproximarlas mucho a sus objetivos estratégicos, que se ven relativamente cerca, en términos cuantitativos. Pero las posibilidades de conquistar el terreno que le falta son más inciertas.

Sus abstencionistas e indecisos, de donde tiene que sacar los votos que necesita e incluso sus probables nuevos votantes, son votantes posibles del PP principalmente por su rechazo de Zapatero, pero su identificación con este partido, con la ideología que representa y con su líder son relativamente débiles.

Por sus características ideológicas y sociodemográficas podrían votar a cualquier otro partido o quedarse en la abstención. El PP está cerca, pero la corta distancia que le separa de ganar las elecciones puede resultarle insalvable, y Rajoy podría quedarse, como Moisés, en el asocióloalto de su monte Nebo, contemplando la tierra prometida al alcance de su vista.

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