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"Reformar la Constitución es una cesión al populismo del Tea Party"

El ex ministro socialista, Jordi Sevilla, asegura que esta reforma le interesa 'a quienes desconfían de los políticos'

PÚBLICO.ES / EUROPAPRESS

El ex ministro socialista Jordi Sevilla considera que reformar la Constitución para introducir la estabilidad parlamentaria es una cesión al 'peligroso populismo 'anti políticos democráticos' que Estados Unidos representa el Tea Party y a quienes creen que cuanto menos Estado, mejor... para ellos'.

En artículo publicado en su página personal, Sevilla ha señalado que la reforma constitucional con la que se despide José Luis Rodríguez zapatero no tiene 'nada que ver con las cuatro que propuso en su debate de investidura' (la sucesión, el Senado, la denominación de las comunidades y la incorporación europea).

La reforma 'no es necesaria' y puede suponer un 'cierre en falso del debate económico'

'La simple comparación entre aquellas y esta, resume todo un mandato de ocho años --argumenta--. Aquellas eran necesarias y su parálisis representó un cierre en falso el debate territorial en España y, por eso, siguen pendientes. Esta, no es necesaria y hacerla puede representar un cierre en falso del debate económico en España'.

Sevilla se declara a favor de la estabilidad presupuestaria, y además la votó como diputado, pero no cree adecuado que elevarla a rango constitucional, incluso mediante referéndum.

A su juicio, los 'abultados' déficit de algunos países, entre otros España, no son consecuencia de 'políticos manirrotos', sino de la crisis, y además se han venido reduciendo en nuestro país de manera significativa mediante 'durísimas medidas de recorte en políticas sociales clave'. 'Esto no tiene nada que ver con la cigarra y la hormiga', protesta.

Esta reforma quieren hacerla los que 'desconfían de los políticos', asegura Sevilla

Admite que 'queda mucho recorrido por hacer para conseguir un gasto público austero y eficiente' y es ahí donde se debe incidir, mientras que reformar la Constitución 'equivale al inútil gesto de rascar donde no pica'.

'¿A quien le pica ahí? —se pregunta—. A quienes vienen proponiendo desde hace décadas, constitucionalizar la prohibición del déficit público o limitarlo severamente: a quienes desconfían de los políticos, del Estado como agente redistribuidor de renta y de la misma democracia. A cierta derecha académica norteamericana, minoritaria, a la que no le habían hecho caso, hasta ahora, ni sus políticos de derechas'.

Tras recordar que muchos economistas aconsejan atenuar los ritmos de reducción del déficit, concluye que 'la reforma constitucional no es para esta crisis, que tendremos que bandear con las disposiciones legislativas existentes que, al parecer, son suficientes'.

En su opinión, ha primado el populismo del tipo 'los políticos tienen la culpa de todo, sin CC.AA nos iría mejor, todos son unos manirrotos, cuando no unos presuntos corruptos, deberían ponerlos a picar piedra, nos roban a manos llenas, etcétera'. 'Echar carnaza a ese festival es lo que se ha conseguido con esta reforma constitucional', avisa.

Sevilla preferiría apostar por un pacto entre PSOE y PP para pactar los Presupuestos para 2012 con una fuerte reducción del déficit y del gasto corriente, implantar los techos de gasto de las CC.AA y su cumplimiento estricto o aprobar una reforma de la ley general presupuestaria incorporando presupuestos base cero. 'Ya sé que lo que propongo es más complicado y, tal vez menos espectacular, que una reforma express de la Constitución. Pero, no tengan dudas, sería mucho más adecuado a las necesidades reales del momento', termina.

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