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Propaganda preventiva contra la catalanofobia

El PSC sigue esforzándose para que su discurso federalista cuaje entre la izquierda española

Ferran Casas

Mil trescientas guías cargadas de argumentos y datos en favor del sistema de financiación autonómica que dibuja el Estatut catalán saldrán hoy de la sede del PSC en la calle Nicaragua de Barcelona. La guía, que lleva por lema Argumentos para un sistema más justo y solidario y está accesible en la web del partido (www.psc.cat), será enviada en pleno debate sobre el nuevo sistema a cuadros del PSOE, a sus diputados y senadores, a gobiernos autónomos y a líderes de opinión. Más o menos lo que se hizo en otoño de 2005 con el Estatut. Entonces la empresa era más compleja y se preparó una ‘caja roja’ mucho más completa.


Vistas las dificultades del texto durante su trámite en Madrid en el primer semestre de 2006 de poco parece que vaya a servir la última iniciativa “pedagógica” del PSC. Pero si el PP (y algunos en el PSOE) están para crispar ellos para convencer. “Si somos los que más insistimos con la financiación que menos que explicar el porqué”, explica el portavoz del partido Miquel Iceta.


Iceta no se lleva a engaño: “Todo el mundo es escéptico pero emprender iniciativas de este tipo es nuestra obligación. Creemos que con España hay mucho que hacer y por eso somos federalistas”, afirma.


Antes que Iceta y Montilla otros catalanes han intentado  seducir pero pocos lo han conseguido. A veces las actitudes de algunos políticos catalanes poco o nada han ayudado. Lo probaron los gobiernos de CiU y también el tripartito. Y algunas veces se tuvo la sensación de que la cosa funcionaba y que temas como la lengua o la identidad nacional no sólo se comprendían sino que incluso se apreciaban del Ebro para abajo. Pero el Estatut hizo que Catalunya se diera de bruces con la realidad (con el boicot a productos catalanes incluído).


Pedagogía además de turismo


En el último mandato de Pujol se activo el ambicioso programa gubernamental Catalunya Hoy, que comprendía publicaciones, concursos escolares o conciertos. Tenía como producto estrella la exposición Catalunya, tierra de acogida. Aquella exposición, que dio vueltas a España entre el 2000 y el 2003, costó casi 100 millones de pesetas y llevó la realidad catalana a 25 capitales españolas. Las comunidades autónomas se gastan mucho en promocionarse como destino turístico. Catalunya lo hace como cualquier otra pero además se ve obligada a invertir en “propaganda preventiva” para ahuyentar la catalanofobia.


Durante el debate del Estatut desde la oficina de la Presidencia del Govern se puso en marcha otro programa, Catalunya Propone, para ganar complicidades en el proceso estatutario. Joan Saura, que ya era conseller de Relaciones Institucionales en el primer tripartito, se dejó la piel recorriendo el Estado y llamando a todas las puertas habidas y por haber con el mismo objetivo.Durante la ya olvidada exposición Catalunya tierra de acogida Enric Canals era el director general de Difusión Corporativa del Govern. Recuerda la fantástica acogida que tuvo la exposición y como la gente expresaba, al salir, buenas opiniones sobre Catalunya a través de encuestas anónimas.


En Badajoz, el propio Juan Carlos Rodríguez Ibarra se deshizo, ante Pujol, en elogios hacia lo catalán. Dos años después todo parecía de cartón piedra. Canals, que trabaja para el Centre d’Estudis Jordi Pujol, tiene claro que Catalunya “cae bien siempre cuando no plantea cosas que molestan en España como el Estatut”.


Esa es la diferencia entre los últimos años del pujolismo, cuando se renunció de forma explícita a reformar el Estatut por los pactos con el PP, y la época actual de reformas profundas del modelo de relación entre el Estado y las comunidades autónomas, ya sea  a nivel institucional o político. Según apunta Iceta se da, además, la circunstancia de que CiU denosta ahora la pedagogía cuando invirtió en ella desde el Govern. “Que lo haga Esquerra, que es independentista, es normal, pero que lo haga CiU demuestra indefinición”, critica.


Canals explica que el programa Catalunya Hoy encontró una colaboración muy positiva con diversos intelectuales. “Todos ellos desaparecieron durante la tramitación del Estatut sólo dos años después”, lamenta.
Uno de los pocos que no fue corrosivo con el Estatut catalán fue el catedrático de derecho constitucional Javier Pérez Royo. El andaluz razona que, con el Estatut, Catalunya buscó pocas complicidades y “no supo” explicarse. Pero admite que Catalunya siempre parte con cierta desventaja: “A los catalanes les toca hacer un esfuerzo superior de pedagogía y lo hacen, pero con el Estatut se quedaron cortos”.


Sin intermediarios


Pérez Royo, habitual en los medios de comunicación y que colaboró con el programa Catalunya Propone, afirma que con la financiación los catalanes “llegan tarde porque cada uno está a lo suyo y es difícil hacerse escuchar”. Pero en cualquier caso las guías saldrán hoy y el PSC seguirá intentando explicarse “de forma directa y sin intermediarios”.

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