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¿Un plebiscito?

Extremadura y Castilla-La Mancha se convierten en la clave

ERNESTO EKAIZER

Que las elecciones de mañana son la primera vuelta de las generales, cuya fecha está por determinar, es algo fuera de toda discusión. Y, sin embargo, más allá del castigo plebiscitario al partido en el Gobierno que se ve venir, hay poco más.

Zapatero dice ahora, después de advertir que podría crear problemas a los bancos y bloquear una iniciativa parlamentaria, que se está pensando cómo cambiar la ley para que una hipoteca se pueda cancelar con la entrega de las llaves de una casa, como en EEUU; dice que en mayo habrá una disminución del paro y confiesa ahora que España estuvo en el borde del abismo en mayo de 2010 y que por ello adoptó su 'autorescate' particular: el programa de austeridad en vigor. Este programa ha sumado a los 4,6 millones de parados del segundo trimestre de 2010 casi 300.000 parados más en el primero de 2011, con algo más de 4,9 millones o una tasa del 21,2%.

¿Tiene Rajoy un plan alternativo a los que ya aplica Zapatero?

Sabemos que mayo, junio y julio serán buenos meses para la disminución del paro y el aumento de las afiliaciones a la Seguridad Social, estacionalmente hablando. Y las encuestas de población activa del segundo y tercer trimestre de este año arrojarán caídas en el desempleo. Pero estamos siempre en el borde del 20%.

Mariano Rajoy ha dicho que el PP no tiene más adversario que el paro. Lleva razón. ¿Y se puede saber qué plan tiene para reducir el desempleo en, por ejemplo, una legislatura? ¿Que estos no son comicios generales y por eso no lo dice? Bien. Entonces: ¿por qué afirma que en esta campaña el PP es el único que ha hablado del paro? Hablar por hablar. Porque, veamos un caso: Galicia. En el primer trimestre de 2009, al llegar Alberto Núñez Feijóo, la tasa de paro en España es del 17,3, con 3,9 millones de parados. En Galicia es del 12,2%, con 55.750 parados. En el primer trimestre de 2011, en España la tasa es del 21,2% con 4,9 millones y en Galicia es del 17,3 con 226.500 personas.

Precisamente, ha sido Rajoy quien ha dicho que 'los gobiernos se cambian en las urnas y no en la calle'. Pero si las plazas de España se llenan estos días, ¿no tendrá alguna explicación? Por ejemplo: que los ciudadanos no advierten alternativa a la política ya ensayada con los auspicios del BCE, el FMI y la UE. ¿Tiene Rajoy un plan alternativo a los que ya aplica Zapatero y cuyos resultados son de todos conocidos?

El PP ha creado una sensación de victoria; ha sido el éxito de su campaña

El PP ha creado la sensación de una victoria consumada. Ha sido el éxito de su campaña frente a un PSOE machacado. En Guadalajara, por ejemplo, los últimos sondeos del PSOE esta misma semana señalan que pese a que sus habitantes prefieren a José María Barreda entre 8 y 10 puntos más que a María Dolores de Cospedal, cuando la pregunta es quién cree que va a ganar, la respuesta es: la candidata del PP. Esto es dinámica. Hay que ver si se confirma. Si esta dinámica se impone, quizá incluso en Castilla-La Mancha los problemas socialistas no se limiten sólo a Guadalajara.

El PP ha buscado una guinda inesperada para esta campaña. La de un ministro del Interior mandando cargar contra los manifestantes para defender el orden. Una devolución en cierto modo de aquel sábado 13-M de 2004. Sería para Rajoy matar dos pájaros de un tiro: más votos mañana domingo y dejar fuera de combate a uno de los posibles candidatos del PSOE a la presidencia del Gobierno.

Por lo que a los socialistas se refiere, el plan preliminar de Zapatero de proceder a las primarias a partir del 23 de mayo dependerá en gran medida del alcance de la derrota. Si esta se convierte en un plebiscito contra el PSOE, la página para empezar a escribir el futuro estará en blanco.

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