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El PCE clama por un debate por la República "sin miedo ni coacción"

Los comunistas celebran en Madrid su Conferencia Republicana ante 250 personas. El documento político es respaldado por un 90,2%. Centella pide que se destruya la creencia de que sin monarquía, vendrá el 'caos'

JUANMA ROMERO

Algo insólito en la costumbre del mundo de Izquierda Unida y el Partido Comunista de España. A las 15.30 horas, casi cuatro horas antes de lo programado, concluyó hoy en Madrid la I Conferencia Republicana del PCE, en la que participaron unas 250 personas, entre delegados e invitados. Lo hizo con una grabación desgastadísima del himno de Riego y con La Internacional, claro. Pero de camino había aprobado con una amplísima mayoría del 90,22% su hoja de ruta hacia la construcción de la III República. 

Lo que salió hoy sábado del primer acto monográfico del partido tras su XVIII Congreso (hace justo un año) fue su firme compromiso de 'dar la batalla' por el cambio de régimen. Y para combatir las acusaciones de excentricidad, el PCE liga esa revolución a la crisis. 'La salida progresista de la crisis depende también del avance de las fuerzas republicanas', adujo José Luis Centella, el secretario general, en su intervención final. Lo ha dicho ya en muchas ocasiones: no se trata sólo de hacer caer al rey, sino de construir una 'alternativa global al actual sistema' a través de un 'proceso constituyente', que fluya desde la misma base de la sociedad hasta las instancias de poder. 

Por eso, Centella hizo un 'llamamiento' a toda la sociedad española, para que se abra así, de forma definitiva, el debate de monarquía o república, pero 'sin miedo y sin coacciones'. Ya basta de pensar que sin Corona, vendrá el 'caos', advirtió. Ahora toca abordar este asunto con la 'máxima transparencia y democracia'. Era su manera de pedir juego limpio en una controversia complicada, con difícil encaje en los medios. 'El pueblo español sólo será dueño de su destino cuando pueda elegir desde el presidente de su escalera hasta el jefe del Estado', subrayó.

El PCE no quiere centrar la polémica exclusivamente en la figura del rey, y por eso no dispara a granel contra Juan Carlos I de Borbón. Pero sí recuerda que 'la monarquía no es neutral'. 'No es casual que la vicepresidenta Elena Salgado se reúna con él. Él es parte de esa salida conservadora de la crisis. Por eso habló de la necesidad de un consenso en su discurso del 24 de diciembre del año pasado', ilustró Centella, quien también recalcó que ni siquiera la actual democracia es capaz de poner negro sobre blanco las cuentas de la Casa Real. Esta más parece un 'paraíso fiscal', una 'habitación oscura'.

La ponencia del partido asumió un gran volumen de enmiendas. Las más polémicas, fueron tumbadas votación tras votación. La mayor discusión se nucleó en torno a los apellidos de la República propuesta. El PCE, según su documento de base –redactado, entre otros, por Julio Anguita–, proponía una República democrática. Sin más, aunque muy radical en el fondo, pues parte de la necesidad de consagrar la igualdad económica y el cumplimiento a rajatabla de los derechos humanos y la Carta de la Tierra. Sin embargo, hubo varias federaciones que deseaban adjetivar esa futura y eventual República: socialista, comunista...

Al final, la cúpula ganó la batalla. Sólo añade que se adhiere a la definición que de la República hicieron los constituyentes de 1931: 'España es una República democrática de trabajadores y trabajadoras de toda clase, emanando todos los poderes de todos sus órganos del pueblo'. Esa redacción fue respaldada por el 67,60% (96 votos a favor, 12 en contra y 34 abstenciones).

Tras varios escrutinios, se procedió a la votación global del documento de base, sumadas las enmiendas aprobadas. El aval alcanzó el 90,22% (120 síes y 13 abstenciones). Asimismo, se aprobó por un 82,4% una amplia resolución sobre la memoria histórica, pactada con los grupos memorialistas. Recabó 103 votos a favor, cuatro en contra y 18 abstenciones.

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