El Parlamento Europeo ha aprobado hoy por 398 votos a favor, 175 en contra y 50 abstenciones el acuerdo agrícola entre la Unión Europea y Marruecos, que abre las puertas a los productos de la huerta marroquí.

Pese a que los eurodiputados españoles del Partido Socialista y Partido Popular han votado en bloque contra del acuerdo, el convenio ha conseguido la mayoría de los votos de la Eurocámara. Tan solo se han unido al voto negativo Los Verdes e Izquierda Unitaria.

El acuerdo significa la liberalización de la mayor parte de la huerta marroquí y un aumento en las cuotas de entrada de productos especialmente sensibles para los agricultores españoles de Andalucía, Murcia, Valencia y Canarias, como el tomate, el calabacín, el pepino, el ajo, la fresa y la clementina.

'El voto en contra del acuerdo de los eurodiputados populares no es un 'no' a Marruecos [...] es un 'no' a un acuerdo absolutamente desequilibrado, que no contempla ni una sola garantía de que los derechos de aduana se van a pagar, propicia el fraude y permite una competencia desleal con nuestros productores', dijeron los eurodiputados del PP en un comunicado.

Durante el debate en el pleno, según informó el propio Parlamento, los eurodiputados en contra del acuerdo denunciaron también las pésimas condiciones salariales de los agricultores marroquíes, la falta de normas fitosanitarioas o de seguridad alimentaria y el hecho de que algunas de las zonas donde se cultiva son 'casi desérticas' y obligan a utilizar hasta 10 veces más de agua de lo habitual, lo que perjudica al medio ambiente.

Aunque el negro futuro que han dibujado en las últimas semanas las asociaciones españolas de agricultores no se basa tanto en las condiciones que prevé el nuevo convenio, que consideran de por sí excesivas (como el aumento de más de 50.000 toneladas en el contingente de tomate) sino con el proceder que, denuncian, ha mantenido Marruecos con la aquiescencia de la UE: el incumplimiento de los contingentes y de los precios de entrada de productos hortofrutícolas en la UE, informa Trinidad Deiros.

Desde su punto de vista, la ratificación del acuerdo puede llegar a destruir hasta 450.000 puestos de trabajo en la huerta española.