La Policía Nacional está preparando un protocolo de actuación –será el primero de este tipo– que regulará el uso por parte de sus agentes de la porra, según informa El País en una información firmada por Óscar López-Fonseca. 

De acuerdo con esta información, el ministerio del Interior ha elaborado este protocolo tras gastarse un millón de euros en 15.400 porras extensibles fabricadas en acero. Los responsables policiales creen, según El País, que estas nuevas porras, reclamadas hace tiempor por "tienen numerosas ventajas respecto a las usadas hasta ahora, pero también que su utilización exigirá que los agentes adquieran una formación teórico-práctica para poder emplearlas".

El nuevo protocolo de Interior establece que es "absolutamente imprescindible" que los agentes que las porten reciban una formación práctica pero que también incluya "aspectos deontológicos". Así, el protocolo detalla –cuenta El País– que el policía deberá evitar golpear con la porra en vertical "de arriba hacia abajo" y tampoco hacerlo "bajo ningún concepto en la cabeza, cuello, clavícula o columna vertebral".

El nuevo protocolo prohíbe asimismo que se use la porra en "técnicas de estrangulación". Tampoco se podrá utilizar con mujeres embarazadas o con menores de edad, ni "con personas de edad avanzada o personas débiles de salud". De hecho, el protocolo solo se utilizará para "reducir, inmovilizar o detener" a personas que muestren "una resistencia activa que ponga en riesgo la integridad física de los agentes o terceras personas". 

Los agentes deberán reflejar en un "parte de trabajo" cada vez que hayan esgrimido la defensa extensible aunque no la hayan usado. Fuentes policiales consultadas por López-Fonseca recalcan que la norma "dará mayor seguridad jurídica tanto al agente como a los ciudadanos, porque se sabrá cuándo se puede usar y cuándo no. Antes quedaba a discreción del policía", admiten esas fuentes. 

La Policia Nacional ha elaborado recientemente otro protocolo, en este caso para el uso de las pistolas eléctricas, tras la reciente adquisición de un millar de estos dispositivos conocidos por su nombre comercial, Taser.