Las redes sociales jugaron una mala pasada al presidente de Melilla, el conservador Juan José Imbroda. Hasta el punto de que durante un tiempo, el dirigente del PP contaba entre sus amigos de Facebook a Said Chramti, considerado en la ciudad autónoma como uno de los cabecillas del movimiento antiespañol. Durante los últimos días, Imbroda ha sido el ariete del PP contra el Gobierno central en la crisis fronteriza con Rabat.

Pese a que la amistad se rompió el pasado mes de abril, cuando los socialistas de Melilla denunciaron este extraño vínculo, en la oposición el gesto no deja de sorprender. Máxime, cuando el partido presidido por Mariano Rajoy ha decidido hacer del conflicto en Melilla una de las banderas de su oposición al Gobierno. Precisamente, Rajoy envió este lunes a su vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, a Melilla.

Según el PSOE, Chramti, dirigente de la organización Gran Rif de Derechos Humanos, ha sido responsable de las manifestaciones ante la embajada de Rabat contra la españolidad de Melilla. En su día, cuando se destapó la amistad entre Imbroda y Chramti en Facebook, los socialistas exhibieron sus sospechas de que el Gobierno local estaba tras los ataques en la frontera.

En las últimas semanas, cinco comunicados del Gobierno de Rabat culpando a la Policía española de malos tratos a marroquíes en la frontera han agravado la crisis. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, viajará el lunes al país árabe para entrevistarse con las autoridades e intentar desbloquear el conflicto.

Público intentó este lunes sin éxito obtener la versión del Gobierno de Melilla sobre la relación entre Imbroda y Chramti. Pero cuando se conoció que el conservador aparecía entre los amigos del activista en Facebook, el PP lo justificó con el argumento de que en esta red se suele agregar como amigo a todo el que lo solicita. En realidad, los usuarios de esta red pueden rechazar las propuestas de amistad.

Está previsto que hoy González Pons ofrezca una rueda de prensa junto a Imbroda. Este lunes ya dio algunas pistas de su línea argumental: denunciar el abandono al que Zapatero tendría sometida a la ciudad. 'Pienso que el Gobierno tendría que haber hecho un esfuerzo y haber estado ya [en Melilla]. Que no fuésemos los del PP los primeros que llegásemos', señaló en la Cope. Cree Pons que lo que más le preocupa ahora a Zapatero es la crisis de los socialistas madrileños.