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Francia hace redadas contra los tunecinos recién llegados

Alemania apela al espíritu 'intocable' de Schengen pero no descarta apoyar el recorte que exigen París y Roma

A. PÉREZ / P. BAELO

La Policía francesa ha iniciado intensas redadas en los lugares más visibles de París para dar caza a un puñado de tunecinos recién llegados, dentro de la política de mano dura contra la inmigración del Gobierno galo.

Con las redadas, el Gobierno francés confirma que mantiene su particular puja con los ultras del Frente Nacional (FN), con los tunecinos como presas. Marine Le Pen, la líder del FN, calificó de 'una cumbre para nada' el encuentro a máximo nivel que celebraron anteayer Nicolas Sarkozy y su colega italiano, Silvio Berlusconi, del que salió un llamamiento para endurecer el Tratado de Schengen sobre libre circulación en la UE y algunos países asociados.

El alcalde de París denunció 'la indiferencia del Estado'

Ante la afrenta de los ultras, el Gobierno conservador pisó el acelerador, utilizando para ello a la Policía. El martes pasado, los agentes empezaron a actuar por las barriadas de París y sus alrededores, donde últimamente se han estado concentrado entre 200 y 300 tunecinos que, en su mayoría, lograron entrar en Francia en las últimas semanas equipados con su permiso de residencia provisional expedido por el Gobierno italiano.

Los tunecinos estaban en varias plazoletas, en el norte y el este de la capital, y también en las inmediaciones del sector norte de la autopista de circunvalación, dentro del departamento de Seine-Saint-Denis, principal periferia de París. En esos lugares, los tunecinos suelen acampar por grupos, a la espera de la comida que distribuyen varias asociaciones. La Prefectura de Policía de París anunció ayer que, de momento, había controlado a unos 70 tunecinos, de los cuales 'unos 60' fueron detenidos por presunta 'infracción a la legislación' sobre estancia de extranjeros. 'Su situación está siendo examinada', precisó la Prefectura.

La Policía galaha detenido a más de 150 tunecinos huidos de su país

En Seine-Saint-Denis, la prefectura tenía a 16 detenidos y verificaba la identidad de otros nueve. En el caso de Lyon, según el Foro de los Refugiados, las autoridades tienen a 76 tunecinos retenidos en el Centro de Retención Administrativa (CRA), lugar previo a la expulsión, situado en el aeropuerto de la ciudad.

Todas estas operaciones fueron muy visibles mediáticamente, pero inoperantes en términos de gestión real de flujos migratorios. Francia detiene al año a unos 85.000 extracomunitarios sin papeles.

Las cifras que manejan las ONG marcan que, si bien todos los detenidos salen de su encontronazo con la Policía fichados como ilegales, sólo el 34% de ellos son luego expulsados. Por ello, la hiperactividad policial de estos días sólo sirve de cara a las cámaras.

Las ONG han logrado que la justicia libere a varios de los retenidos

Además, la resistencia civil, muy activa en Francia, ha entrado de nuevo en acción. Asociaciones como la Cimade, el Gisti y Francia Tierra de Asilo empiezan a arrancar decisiones judiciales que obligan al Gobierno a liberar a los tunecinos de los centros de retención donde se les interna.

Estas redes recibieron anteayer por la noche un apoyo sustancial por parte del Ayuntamiento de París. El alcalde, Bertrand Delanoë, expresó su 'inquietud' por lo ocurrido, y desbloqueó una primera ayuda de urgencia de 100.000 euros para que distintas organizaciones puedan seguir alimentando a los tunecinos. El alcalde garantizó que se buscarán alojamientos de urgencia para los inmigrantes y se les dará atención sanitaria. Su decisión fue aplaudida calurosamente por la asociación Cáritas Socorro Católico. Más importante: el alcalde denunció la 'indiferencia del Estado' por la situación de los inmigrantes y el tinte electoralista de las medidas.

Y con las elecciones en mente habló también Marine Le Pen: 'El anuncio de un ajuste técnico de Schengen no resolverá absolutamente nada'.

Pero algo ha cambiado desde las elecciones locales celebradas hace un mes. En ellas, cuando los conservadores de Sarkozy esperaban recoger los frutos de la escalada verbal populista del presidente contra los romaníes, en realidad sufrieron una hecatombe electoral: el FN subió y la derecha parlamentaria perdió.

De ahí que la izquierda analice ahora que no es que Sarkozy se esté equivocando por segunda vez en esta escalada con los tunecinos. Al contrario: el presidente sigue apostando deliberadamente por colocar la inmigración como centro del debate político en la carrera presidencial que se inicia de cara a las presidenciales y legislativas de 2012.

Cuando, según los sondeos, dos tercios de los franceses juzgan que el empleo es el tema más importante, uno de cada dos piensan que son los salarios, y uno de cada tres la protección social y las pensiones, Sarkozy, más impopular que nunca en esos terrenos, necesita urgentemente un cambio de tercio.

Los Verdes alemanes critican la insolidaridad de algunos gobiernos

Por su parte, el Gobierno alemán confundió ayer con un doble mensaje: por un lado, dijo, el acuerdo de Schengen es 'intocable', pero susceptible de cambios. El periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung publicó ayer unas declaraciones de un portavoz del ministerio de Interior, por las que el Gobierno de Berlín podría apoyar la propuesta de Sarkozy y Berlusconi de reformar Schengen para controlar la inmigración. 'Al menos en casos extremos, las fronteras Schengen deben ser susceptibles de cambios', afirmó el ministro Hans-Peter Friedrich en boca de su portavoz.

A raíz de la polémica que desataron sus palabras, el portavoz del Ejecutivo, Steffen Seibert, no tardó en reaccionar. Horas más tarde aseguraba que la libertad de circulación en todo el espacio europeo que establece Schengen es 'intocable' y que el Ejecutivo alemán va a defenderla. 'Tenemos que recordar que Schengen es un gran logro europeo', insistió Seibert. A juicio del ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, la idea de modificar el Tratado no es mala del todo, siempre que sirva para mejorar el sistema, aunque la libertad de circulación no deberíacambiarse.

La ultraderecha francesa ha logrado que resurja el debate sobre extranjería

Bruselas, por su parte, se esforzó por aparentar calma. Un portavoz comunitario, Olivier Bailly, estimó que la carta cursada por Silvio Berlusconi y Nicolas Sarkozy al presidente de la Comisión, José Durão Barroso, y al presidente Van Rompuy donde piden reformar Schengen no pretende 'imponer soluciones'. Por el contrario, Bailly afirmó que la misiva señala 'puntos en los que hay que avanzar', cosa que se haría en el marco de una 'respuesta europea'. Un primer paso será una respuesta de Barroso en los próximos días.

Parece que se fragua un intenso debate en el seno europeo, que se concretará con el informe que presentará la Comisión el 4 de mayo y en la cumbre de la UE del 24 de junio. Entre tanto, la jefa de los Verdes alemanes, Claudia Roth, criticó la falta de solidaridad hacia los inmigrantes procedentes de África, y apuesta por que sean acogidos en Europa y nocriminalizados.

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