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La escisión de Kosovo incomoda a Zapatero

El Gobierno adoptará “una posición contundente” si se da el sí a la independencia

ANA PARDO DE VERA

Por activa y por pasiva se le preguntó ayer al presidente del Gobierno si España apoyará una eventual independencia de Kosovo con respecto a Serbia, una situación que, en opinión del presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, es ya 'inevitable'.

José Luis Rodríguez Zapatero evitó concretar cuál será la postura española, aunque aclaró que si esta independencia 'se produce, el Gobierno de España tomará una posición muy clara y contundente al respecto'. Y para suavizar lo que suena a oposición rotunda por parte de España a la creación del Estado kosovar, el jefe del Ejecutivo insistió una y otra vez en que el espíritu del Consejo Europeo -reunido ayer en Bruselas como culmen a la presidencia portuguesa de la Unión Europea en 2007- es 'mantener una posición común, única, en torno a lo que representa el estatus futuro de Kosovo y la estabilidad en los Balcanes', así como su relación con Serbia.

La sombra del País Vasco y las reivindicaciones soberanistas de su actual Gobierno, con el lehendakari Juan José Ibarretxe a la cabeza, planearon ayer sobre el Consejo Europeo y sus deliberaciones sobre Kosovo. Hasta Sarkozy confesó en rueda de prensa que a su homólogo español le causaba cierta 'tensión' el tema de una posible independencia kosovar por la repercusión que pudiera tener en Euskadi y poco ayudó que en las conclusiones del Consejo se calificase el espinoso asunto de Kosovo como 'muy excepcional', tal y como repitió Zapatero al término de la cumbre, en un intento por espantar el fantasma de los intentos de independencia del mapa de España.

Mejor unión que división

La situación es complicada, y así lo reconocía ayer varios asesores del presidente del Gobierno al término de su rueda de prensa en Bruselas. España aboga por un pronunciamiento unánime de la UE sobre Kosovo, pero intuyendo que éste -como el de EEUU- será favorable a la independencia, se guarda una última carta, que no mostrará hasta que haya un veredicto. 'El Gobierno de España en más partidario de unir que de dividir. Todos los Estados, y España también, se reservarán su posición en torno al reconocimiento o no de una posible declaración unilateral de independencia', anunció ayer Zapatero.

El jefe del Ejecutivo, tras reconocer que el Consejo Europeo ha convertido Kosovo en 'un tema habitual', anunció la decisión de enviar 'una misión civil institución para reforzar la estabilidad en la zona y, de manera singular, en Kosovo'. Rodríguez Zapatero recordó que España ya está comprometida con la seguridad de una zona cuya situación 'es fruto de una guerra brutal y de una gran contienda militar' y aludió a la misión militar que mantiene a 600 efectivos españoles en ese lugar. Sobre las fórmulas de ejecución de esa misión civil, el presidente del Gobierno dijo que dependerán de lo que establezcan los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.

Aunque los dos temas estrella del Consejo Europeo fueron para España el nombramiento de Felipe González como presidente del Grupo de Reflexión para el Futuro de la Unión Europea y la posición de España con respecto a una eventual independencia de Kosovo, Rodríguez Zapatero contó al término del Consejo que éste se había ocupado, además, de avanzar hacia la adopción por parte de los Estados europeos de una política global de inmigración, que debe luchar contra la inmigración ilegal y decir 'sí a una inmigración legal y ordenada'.

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