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El director de Madrid-I ocultó 15 días la denuncia de la fiesta

El responsable de la cárcel de mujeres, cesado por irregularidades en la prisión, tramitó la queja tras la insistencia de una funcionaria. Otros dos trabajadores contaron a Gallizo el 'descontrol' del centro

ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA

Quince días. Ese es el tiempo que tardó el director de la cárcel de mujeres Madrid-I, José Luis Cuevas, en tramitar la primera denuncia sobre las graves irregularidades registradas en la prisión con varios episodios en los que se pudo mezclar alcohol y juerga entre funcionarios y reclusas, según confirmaron ayer a Público fuentes conocedoras de la investigación. Dichas fuentes precisan que mientras el escrito de la funcionaria que denunció el caso (en el que detalla cómo el compañero ahora expedientado abandonó la mañana del 31 de diciembre su puesto de trabajo para adquirir bebidas alcohólicas que luego introdujo en el centro) había sido redactado el 4 de enero, este no llegó hasta la Inspección de Servicio, el órgano encargado de analizarlo, hasta dos semanas más tarde.

La propia secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, apuntó ayer en rueda de prensa que, cuando finalmente el director ahora destituido remitió el escrito, lo hizo 'sin ninguna valoración' sobre el contenido del mismo, en contra de lo que suele ser habitual en estos casos. 'Se limitó a un escueto adjunto remito y a señalar que lo hacía a petición de la funcionaria, dando a entender que sólo lo hizo cuando insistió su autora', destacan las fuentes consultadas, que interpretan esta actitud del responsable de la cárcel como un intento de 'quitar hierro' a las irregularidades que empezaban a salir a la luz.

En Prisiones creen que el director quiso 'quitar hierro' al tema

Ayer, sin embargo, el propio José Luis Cuevas aseguraba en declaraciones a la Cadena Ser que fue él quien dio cuenta de esta irregularidad y que tanto él como los otros destituidos actuaron 'correctamente'. Desde Instituciones Penitenciarias lo niegan y aseguran que cuando el escrito fue tramitado, en la Secretaría General ya se tenía noticia de la existencia de una denuncia escrita sobre lo que se había bautizado coloquialmente como 'la movida de Nochevieja en Madrid-I'. De hecho, varios funcionarios llevaban desde finales de 2009 denunciando, a veces de forma anónima, distintas irregularidades.

Esta denuncia se convirtió, de hecho, en la primera detallada y con nombres y apellidos sobre la situación que se vivía en la cárcel de mujeres y sirvió para dar un empujón a la investigación. Luego se sumó la que redactó otro funcionario el 7 de abril sobre la visita tres días antes de un compañero suyo a dos internas a su propia celda, en plena noche.

Sin embargo, ambas no fueron las únicas. El pasado 16 de abril, otros dos funcionarios de Madrid-I acudieron a la sede de la Secretaría General para entrevistarse con Gallizo en su despacho. Lo que oyó la máxima responsable de las prisiones españolas en boca de aquellos dos trabajadores sobre el 'descontrol' del centro la llevó a ordenar los ceses. Tres días después, el director, el subdirector de seguridad y el administrador de la prisión eran destituidos.

Las dos presas que participaron en la juerga de la celda han sido trasladadas

Mientras tanto, la investigación continúa abierta, como reconoció ayer Gallizo, quien, sin embargo, no quiso cuantificar el número de funcionarios afectados por la misma. 'No todos tienen el mismo grado de implicación en los hechos', reconoció a Público. De hecho, de la denuncia de enero se desprende que, además del funcionario expedientado, podrían haber tenido 'un comportamiento inaceptable' otra trabajadora y un jefe de servicios, que supuestamente consumieron alcohol.

La denuncia también desvela que otros dos funcionarios fueron testigos de las irregularidades y no hicieron nada. 'Lo único que hay contra ellos son declaraciones. Contra el expedientado están también las grabaciones de seguridad', recalcan fuentes penitenciarias. Algo similar ocurrió con el segundo funcionario sancionado, a quien las cámaras delatan cuando entra en la celda de las dos internas. Estas dos reclusas han sido trasladadas a otra prisión.

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