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La clave andaluza

El PSOE evitó una caída aún mayor debido al aumento del voto en el campo

JUAN MONTABES PEREIRA / CARMEN ORTEGA VILLODRES*

El análisis del comportamiento electoral de los andaluces en las pasadas elecciones municipales del 22 de mayo hay que situarlo previamente en un triple contexto: en el tipo de convocatorias celebradas, así como en el momento político en el que se enmarcaban estas en Andalucía y en el conjunto nacional. Estos tres factores pueden ayudarnos a comprender los resultados de las elecciones municipales en Andalucía, tanto en relación a la participación como en la orientación partidista del voto, en un sistema de gobierno multinivel.

Por lo que se refiere al tipo de convocatorias, el paradigma dominante en la interpretación de las elecciones municipales ha sido el de considerarlas como consultas de 'segundo orden'. Así, en los sistemas parlamentarios de gobierno multi-nivel, las elecciones generales, consideradas las más importantes y de mayor trascendencia, son vistas como consultas 'de primer orden', frente al resto de convocatorias (locales, regionales y europeas).

Un segundo factor a tomar en consideración es la ubicación de las consultas locales en el calendario electoral. Con la excepción de Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco, en el resto de comunidades las consultas locales se celebran simultáneamente con las elecciones a sus Parlamentos Autonómicos. La convocatoria concurrente de dos procesos puede provocar 'efectos de contaminación' entre los dos escenarios, tanto en relación a la participación como a la orientación del voto.

Otra dimensión a considerar, que está también relacionada con el ciclo electoral, es la separación temporal entre las elecciones de 'primer orden' y el resto de convocatorias. Así, la influencia del contexto nacional sobre el resto de escenarios disminuye en función del grado de proximidad. Así, cuanto menos distancia temporal medie entre las consultas generales y las municipales, estas últimas pueden ser interpretadas como una mera segunda vuelta de las nacionales, con un mayor grado de protagonismo de las asuntos locales sobre los nacionales. Por el contrario, cuanto más alejadas están en el tiempo de las anteriores convocatorias y más cercanas de las siguientes se abre la posibilidad de que sean consideradas como unas elecciones primarias de las generales.

Centrándonos en las pasadas elecciones municipales del 22 de mayo en Andalucía se celebraron a menos de un año del plazo límite para la convocatoria de las próximas elecciones generales y autonómicas, con los posibles efectos de las estrategias de nacionalización y de mayor protagonismo del contexto político nacional y autonómico sobre el comportamiento local.

La movilización electoral del pasado 22 de mayo en Andalucía se situó en la línea de la media de participación en este tipo de procesos. Respecto a las municipales de 2007, las pasadas elecciones arrojaron un incremento de la participación de 4,22 puntos porcentuales, con un movilización final del 65,8% del cuerpo electoral.

Estos resultados parecen inicialmente poner en cuestión la impresión generalizada en el ámbito andaluz de que cualquier aumento de la participación beneficia electoralmente al PSOE. De hecho, el incremento apuntado de algo más de cuatro puntos en la participación de las últimas elecciones se produjo en paralelo a una caída superior a los siete puntos del apoyo socialista. No obstante, analizados los datos a nivel municipal, es decir en los 771 municipios de Andalucía, comprobamos que en la escala estrictamente local, a una mayor participación ciudadana en las elecciones se produce una mejora de los resultados socialistas.

Por tipo de hábitat los pueblos de menor tamaño poblacional, asociados tradicionalmente al ámbito rural, fueron los que mayor movilización tuvieron y los que más apoyaron a las candidaturas socialistas. Tales consideraciones deben ser apreciadas en relación al peso demográfico de los centros rurales en el conjunto Andaluz. Estos 671 municipios rurales logran reunir, según los últimos datos demográficos de 2010, en torno a una cuarta parte de la población andaluza.

No obstante dada la mayor participación de este tipo de municipios, esta cuarta parte de población, tendría una equivalencia de una tercera parte de los votantes, ya que en esos medios rurales se produce una participación electoral hasta veinte puntos superior a las concentraciones urbanas.

Así, como conclusión provisional, se podría sugerir que el aumento de algo más de cuatro puntos en la participación electoral, especialmente en los centros rurales, amortiguó una mayor caída electoral del PSOE en Andalucía en las elecciones del pasado domingo.

*Juan Montabes es catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Granada y Carmen Ortega es Profesora titular de Ciencias Políticas

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